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CASTA DIVA, de Ethel Dahbar, Carlos Giménez Diseño de Iluminación: 1984










CASTA DIVA
Autora: Ethel Dahbar

Actriz: Alma Ingianni

Vestuario: Eva Ivanyi
Escenografía: Martín Lopez

Diseño Iluminación: Carlos Giménez

Dirección: Rubén Rega
Sala de Conciertos, Ateneo de Caracas
1984





                   
                    



Fuente: viviana marcela iriart

LOS AMORES DE DON PERLIMPLÍN Y BELISA EN SU JARDÍN, de Federico García Lorca. Dirección Carlos Giménez: Córdoba 1969




Hector Varonese y Gladys Reale





















María Rosa Grotti, Esther Plaza,  Graciela Castro, Mario Delgado, Héctor Veronesi, Hugo Arneodo, Juan Pagés. Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, dirección de Carlos Giménez. Elenco de la gira latinoamericana. Fuente: Juan Pagés









Presentada en el II Festival Latinoamericano de Teatro Universitario, Manizales, Colombia, octubre de 1969.



Fuente:Viviana Marcela Iriart / Miguel Bazano/ Juan Pagés





PICNIC EN EL CAMPO DE BATALLA, de Fernando Arrabal. Dirección Carlos Giménez: Córdoba 1969




Juan Pagés, Mario Delgado, Carlos Giménez, María Rosa Grotti.
Fuente: Juan Pagés






PICNIC EN EL CAMPO DE BATALLA
Autor:  Fernando Arrabal
Dirección Carlos Giménez

Elenco:
Juan Pagés
Mario Delgado
 Carlos Giménez
 María Rosa Grotti.


1969
Córdoba capital, Argentina

El Teatro Nacional Juvenil (creado por Carlos Giménez) revive con duende lorquiano/ por Indira Rojas, Caracas, 14 de noviembre de 2015, El Universal






En 1990, el director de teatro Carlos Giménez (1946-1993) fundó el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (Tnjv), con el propósito de que fuera una institución de producción escénica y a la vez una escuela, y como abreboca la agrupación se estrenó con Comedia sin título del poeta y dramaturgo español Federico García Lorca. Además, Giménez y el dramaturgo y director Aníbal Grunn concibieron el proyecto como un sistema: pretendían instalar 24 módulos regionales. "Llegamos a tener 14 núcleos", dice Héctor Becerra, miembro del Tnjv desde sus inicios y quien lleva ahora la jefatura del grupo.


Han pasado 25 años de estas aspiraciones, engendradas en un apartamento de Parque Central, y en el recorrido Giménez falleció. Para homenajear los inicios de la compañía, así como su primera inspiración (Federico García Lorca), la agrupación presentará hasta el 29 de noviembre en el Celarg Yo Federico, una pieza escrita por Jan Thomas Mora Rujano y dirigida por Dairo Piñeres.


Bajo las luces tenues del teatro, el escritor andaluz (interpretado por Theylor Plaza) se encuentra en lo que parece ser un limbo. En el lugar (¿o no lugar?) alucinaciones y recuerdos comparten espacio y se abalanzan sobre su inventor. Lorca también les interpela y expresa lo que siente. "Yerma está viva y le habla. Bernarda Alba está viva y le habla", expone Becerra, productor del montaje, sobre los personajes creados por Lorca que se manifiestan en la pieza. "Él murió tan joven que no pudo ver el derrotero de sus creaciones. Es como si hubieran quedado cosas que resolver con ellas".


El Tnjv comparte con Yo Federico ese estado de tiempo suspendido, ese limbo, pero eso no le detiene para celebrar sus 25 años. Prevalecen las memorias de un tiempo mejor (la única de las 14 sedes que sostiene el nombre jurídico como Tnjv es la de Caracas, otras cerraron sus puertas) así como el espíritu para continuar como una fábrica teatral.


"Por cuestiones financieras los núcleos fueron desapareciendo. Pero la semilla quedó sembrada, y eso es lo más importante. Aún encuentras quienes dicen 'yo sigo siendo Tnjv porque allí formé'. Gloriosos fueron los 90 y principios del 2000, y apelamos al patrimonio que queda de esa época", declara Becerra. "Ahora trabajamos por proyectos, aunque hay una familia permanente como de 8 personas que siguen trabajando en el grupo. Se mantiene también el espíritu de escuela, aunque ha cambiado un poco porque ahora se dictan talleres específicos para cada montaje". El productor aprovecha la oportunidad para contar que la bailarina Angélica Escalona impartió clases "intensísimas a los actores para que se expresaran a través de la danza contemporánea" en Yo Federico.


A los personajes lorquianos que danzan alrededor del autor español se suman Mariana Pineda, La Vieja Pagana, y La Poncia, así como aquellos que no forman parte de la ficción y que fueron propios de su época y de su vida, como el torero Ignacio Sánchez Mejía, Francisco Franco, el artista Salvador Dalí, y su hermana Concha.


En el libreto original, todos menos Lorca pertenecen al mundo inanimado: son muñecos estáticos cuyos pensamientos se reflejan en el monólogo que sostiene el poeta. Pero Piñeres prefirió darles voz propia. "Se me ocurrió que fueran otros actores. Así podía armar el recorrido a nivel físico, con el cuerpo, y emocional a través de la actuación".


Becerra describe la pieza como "un mega performance teatral, con música en vivo y coreografías", y ahora que estará en el Celarg, espera que sea recibida con igual entusiasmo por un público nuevo. "Nos fue muy bien con las funciones piloto en la Unearte".


Yo Federico se presenta en la sala 2 del Celarg con funciones viernes y sábados a las 7:30 p.m. y domingos a las 7:00 p.m.


irojas@eluniversal.com


Caracas, 14 de noviembre de 2015,
Fuente: El Universal









Carlos Giménez: “No hay que hacer un teatro para el público, hay que formar a un público para el teatro” / Centro Cultural Chacao, Venezuela, 2016











Hace 23 años falleció Carlos Giménez, director de teatro, gerente cultural y escritor argentino-venezolano que fundó el Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), el Instituto Universitario de Caracas (Iudet), el grupo Rajatabla, el Taller Nacional de Teatro, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro y el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela. Su visión artística y existencial sigue tan vigente como siempre
Carlos Giménez nació en Rosario, Argentina, el 13 de abril de 1946. Estudió en la Escuela de Arte Dramático, organizó el primer Festival de Teatro de Córdoba y se autoexilió en Europa por la dictadura militar.
Su concepción estética, artística y creativa, así como también su visión de promoción teatral cuando Europa se encontraba en ruinas después de la guerra estuvieron inspiradas en el actor y director italiano Giorgio Strehler. Fue tildado de “izquierdista”, pues a sus 15 años ya mostraba tendencias de vanguardia, en contraste con el estilo clásico argentino de la época.
En 1969 llegó a Venezuela, donde fue recibido por la periodista y directora del Ateneo de Caracas, María Teresa Castillo, y  su esposo, Miguel Otero Silva, director del diario El Nacional. Realizó aproximadamente 80 montajes en Argentina, Estados Unidos, México, Perú, España, Rusia, Italia y Venezuela, que participaron en los más prestigiosos festivales internacionales de teatro del mundo.
Su vanguardia fue recibida con elogios por algunos y con críticas por otros. Uno de sus clásicos, “La orgía”, causó conmoción entre los gobernantes y la conservadora sociedad caraqueña. Era una propuesta simbolista que denunciaba a todos los niveles la corrupción imperante, como lo afirma Gloria Pazos en su artículo “Rajatabla, presencia y significación”.
El montaje fue suspendido por amenazas del gobierno de Rafael Caldera y otros sectores influyentes del país, que lo consideraron “pornografía”.
Luego de la suspensión de “La orgía”, Giménez volvió a Córdoba hasta que Miguel Otero Silva lo invitó a dirigir una versión de Don Mendo. En ese momento volvió a Caracas definitivamente.
Durante sus viajes adoptó una visión pública del teatro y decidió aplicarla en Venezuela. Su objetivo era abrir las tablas a un público más amplio. Para lograrlo, trabajó con jóvenes de liceos caraqueños, como el Gustavo Herrera, y desarrolló  temáticas críticas.
Con el grupo Rajatabla, primera compañía teatral del país, captó el interés de los más jóvenes y montó exitosas piezas como “Lanzas coloradas”, una adaptación de la obra de Arturo Uslar Pietri.
Me interesa que mis espectáculos sean vistos siempre por la mayor cantidad de público, pero pienso que no hay que hacer un teatro para el público, hay que formar un público para el teatro. El teatro es una reserva moral, por eso tiene que cumplir una misión”, dijo Giménez en una entrevista con E.A Moreno-Uribe.
Carlos Giménez murió en Caracas, el 28 de marzo de 1993, a los 46 años de edad.





Murió en Caracas el gran creador teatral Carlos Giménez/ El Tiempo, Bogotá, 11 de abril de 1993






Venezuela ha sido en los últimos lustros refugio de escritores y artistas. Ahí llegó en los años 60, para quedarse el dramaturgo y teatrero argentino Carlos Giménez. Fundó y puso a toda máquina el famoso grupo Rajatabla, tomando el nombre del libro de cuentos de Luis Britto García, ganador del Casa de las Américas. Controvertido, apasionado (era natural de Córdoba), llorón, dirigió el Festival Internacional de Teatro de Caracas, organizó el Centro de Directores para el Nuevo Teatro y el Taller Nacional de Teatro, y montó Fiebre de Otero Silva, El señor presidente de Asturias, Bolívar de Rial, El coronel no tiene quién le escriba de Gabo. Y terminó, ahí en Caracas, su última función en la última semana de marzo, aún joven, vencido por el sida.


Fuente: El Tiempo, Bogotá, 11 de abril de 1993










Carlos Giménez y Carlos Andrés Pérez / por Carmen Guedez, Tinta Indeleble, España





(...)

A CAP le vi una sola vez y me dejó un buen recuerdo. Fue el día del velatorio del director de teatro Carlos Giménez. CAP hizo un alto en sus actividades y, sorpresivamente, se presentó en la funeraria “Vallés” y cubrió el féretro con nuestra bandera nacional. Cuando vi aquello, rompí a llorar de la emoción por algo tan inesperado. Todavía me parece ver a la anciana madre de Carlos, en el cementerio, con nuestra bandera en sus manos mientras su genial hijo descendía al lugar de su último reposo.

(...)

Carmen Guedez
Tinta Indeleble


Lee el artículo completo: aquí




Carlos Giménez deportado de México en 1973 mientras ensayaba "Torquemada" de Augusto Boal / Instituto Augusto Boal, Brasil, 20/10/2017

Fuente: Luisa Huertas/ Teresa Selma





Programa de mano







La obra teatral "Torquemada", escrita por Augusto Boal cuando estuvo encarcelado durante la Dictadura Militar brasilera, fue estrenada en el Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística de la Universidad Nacional Autónoma de México (CLETA – UNAM) en 1973.

El grupo de teatro venezolano Rajatabla y su director Carlos Giménez llegaron a México en 1972. Cuando estaba iniciando los ensayos de "Torquemada", Carlos Giménez fue deportado, violentamente retirado de su hotel en México y  colocado en un avión de regreso a Buenos Aires.

El espectáculo fue estrenado en mayo de 1973, en el Foro Isabelino y estuvo dos meses en temporada, dedicando las funciones al director Carlos Giménez.

Sobre el estreno de Torquemada, Gerardo de la Torre cuenta en su libro "Torquemada contra viento y marea":


"A los pocos días del estreno, todo el mundo - chicas y chicos cansados, y sin embargo llenos de vitalidad - corren, se preocupan en pintar las paredes, colocar la iluminación, barrer los camerinos,  coser los botones al vestuario. Ensayan a la tarde, de noche y de madrugada,  critican y se autocritican."



Torquemada no México


A peça Torquemada, escrita por Augusto Boal durante a prisão durante da Ditadura Militar brasileira, foi encenada no Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística de la Universidad Nacional Autónoma de México (CLETA – UNAM) em 1973.
O grupo de teatro venezuelano Rajatabla e seu diretor Carlos Giménez chegou ao México em 1972. Enquanto iniciava a montagem de Torquemada, Carlos Giménez foi deportado, violentamente retirado de sua hospedagem no México e colocado em um avião de retorno a Buenos Aires.
 El grupo de teatro venezolano Rajatabla y su director Carlos Giménez llegaron a México en 1972. Cuando estaba iniciando los ensayos de "Torquemada", Carlos Giménez fue deportado, violentamente retirado de su hotel en México y  colocado en un avión de regreso a Buenos 
O espetáculo teve sua estréia em maio de 1973 no Foro Isabelino e ficou dois meses em temporada, dedicando as apresentações ao diretor Carlos Giménez.
Sobre a estreia de Torquemada, Gerardo de la Torre conta em seu livro “Torquemada: contra viento y marea”:

A poucos dias da estreia, todo mundo – moças e rapazes cansados, porém cheios de vitalidade – correm, se preocupam em pintar as paredes, colocar a iluminação, varrer os camarins, colocar os botões no figurino. Ensaiam a tarde, de noite e de madrugada,  criticam e se auto-criticam.




Carlos Giménez, Fundación Rajatabla e o teatro na Venezuela / Instituto Augusto Boal, Brasil, 22/09/ 2017

Herencia salvaje de Carlos Giménez, por E.A.Moreno Uribe, El Universal, 7 de diciembre de 2017






Si el Sida no lo hubiese quitado del camino, ahora tendría 71 años y habría materializado muchos de sus proyectos artísticos y personales los cuales coincidían en uno solo: el definitivo desarrollo del teatro venezolano, el cual por ahora tiene que esperar unos años más. Pero de aquel  Juan Carlos Giménez Gallardo solo nos quedan millones de recuerdos en las memorias de quienes lo conocimos y aplaudimos sus experimentaciones teatrales, sin desechar algunos pocos textos sobre su innegable y valioso periplo existencial, además de la contundente huella física de unos valientes seguidores al no salir o huir del provisional edificio que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) construyó como galpón para el Ateneo de Caracas, en una parcela ubicada en el lado norte del Teatro Teresa Carreño.
Ahí, en esos tres pisos de un pequeño edificio de ladrillos rojos, está la sala y la sede administrativa del que fuera el grupo teatral más importante de finales del siglo XX, Rajatabla, muy venido a menos ahora tras la desaparición de su fundador, en 1993, y la muerte del inolvidable gerente general, Francisco Alfaro, en 2011.  En el edificio Rajatabla, como se le conoce desde 1983 –con un busto metálico de Carlos Giménez en la plazoleta de entrada a la edificación– se realizan, desde 1984, unos intensos y hasta originales talleres para la formación actoral, los cuales han servido para el debut de centenares de actores y actrices. Toda la gloria artística de los montajes de Rajatabla se habrá perdido o sustituido, pero esa cantera de preparación artística ha permanecido, en medio de las más difíciles circunstancias, de las cuales hemos sido testigos, porque la formación del recurso humano del teatro venezolano no cesa, es como el relámpago del Catatumbo pero en lo teatral, bajo la mirada oportuna de William (José Rosario) López, el relevo en las lides administrativas.
Y es por todo esos trabajos colectivos que en estos días se presenta el espectáculo de grado de la promoción XXVII del Taller Nacional de Teatro  (TNT 2016-2017) de la Fundación Rajatabla, en honor al actor Antonio Delli. Se trata del montaje Salvajes, cuyo texto está basado en la obra contemporánea de teatro chileno En la oscuridad de Marcelo Arcos, y en la novela Detectives salvajes de Roberto Bolaño Roberto (Santiago de Chile 1953/Barcelona 2003), bajo la adaptación y dirección general de Luis Domingo González. Las actuaciones están a cargo de los egresados del TNT 2016-2017: Luis Bolívar, Howard Madrid, Bárbara Ordóñez, Lady Villamizar, Nelly Sosa, Edison Mejías, Joel Madrid, Carlos Gallardo, Estefanote Ramos y Samelis Zabala.
En Salvajes –muy apropiado el  titulo para lo que enseñan los 90 minutos de la acción escénica– se plasma la cruda historia de dos hermanos a quienes la vida les impidió amar y aprendieron las peores formas para hacerlo; terminando perdidos en el laberinto de una sociedad devastada y fragmentada en innumerables trozos de vidrios rotos,  que nadie se atreve a recoger,  sin poder gritar con furia sus sentimientos; ellos encuentran en la muerte su único medio de liberación para amar, como explica, muy didácticamente, el director y versionista  González, el mismo que acaba de realizar un arqueológico trabajo escénico con el  sainete El rompimiento, de Rafael Guinand, para la Compañía Nacional de Teatro.
Ante una sociedad venezolana que juzga con todos sus cánones, esta pieza teatral Salvajes plantea como es imposible la posibilidad eterna de amar y como lo que más parece unir a dos personas es lo que termina separándolos trágicamente. Así mismo propone cómo la memoria y los sufrimientos del ayer parecen ser un vago recuerdo del pasado; cuando en realidad siguen latentes en el presente, ya que sólo se cuenta con una esperanza futura que es abrumadora, difusa, y hablamos de la Venezuela que nos atormenta, reitera González, cuyo espectáculo fue iluminado por David Blanco y producido por Rajatabla.
El montaje, que se desarrolla en un espacio escénico en negro y a la italiana, únicamente tiene como dispositivo escenográfico una docena de sillas cubiertas por bolsas plásticas negras, esas que se utilizan para recoger basura o restos humanos. Ahí posible ponderar el vigor físico de ese grupo de muchachas y muchachos que martillan los oídos y las conciencias de los espectadores con sus textos desgarrados y desgarradores, ya que aunque el lenguaje es poético y hasta rudimentario, la incesante movilidad de los interpretes recrean imágenes que no dejan nada a la imaginación por la truculencia de las mismas y por la veracidad de sus contenidos.
Es innegable el trabajo físico y artístico de este elenco de graduados, quienes además demuestran un compromiso sociopolítico poco frecuente. No hay duda que han utilizado muy bien las líneas que les dejó Bolaños y que además Arcos les aportó. El director González es, pues, el artífice de ese experimento artístico que merece ser visto, aplaudido y comentado .No todo se ha perdido y el teatro no se detiene.
Recomendación 
Este grupete de jóvenes egresados –sus edades promedio no superan los 23 años– deben asociarse y continuar trabajando juntos, porque si se dispersan se les hará imposible reagruparse.
Hace 24 años de la desaparición física de Carlos Giménez, pero resulta que él dejó uno de los proyectos pedagógicos más importantes en la historia del teatro en Venezuela, hasta ahora. El Taller Nacional de Teatro desde su creación hasta la fecha ha formado más de un centenar de actores y actrices. Hay que  hacer estudios sobre ese TNT, hacerle promoción y el valor que se merece debido a la calidad de enseñanza que reciben los alumnos, por fomentar la idea de la actuación como una profesión y por colaborar con el desarrollo de las artes escénicas en nuestro país, como comenta una ex alumna.
La falta de instituciones privadas en las tareas formativas es lamentable, pero ahora se gesta un experimento que puede ser histórico, tal es el proyecto de Escénicas, en la Montaña Creativa, donde Gerardo Blanco lleva la batuta, acompañado de José Tomás Angola Heredia y Matilde Corral, entre otros. En el teatro venezolano se sueña y se construye otro país, y en ese colectivo participamos muchos.
 emorenouribe@gmail.com
@EAMORENOURIBE
 7 de diciembre de 2017

Fuente: El Universal







Nota: Los enlaces fueron agregados por este blog

Agradecemos profundamente a la escritora Elisa Lerner 
por habernos enviado este artículo.






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