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Norma Aleandro sobre Carlos Giménez: “Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo” /entrevista del libro "¡Bravo Carlos Giménez" (2025) de Viviana Marcela Iriart, de venta en Amazon



(Carlos era) “Un ser tierno, encantador, Con un gran carisma y con aquello que los actores llamamos  un “ÁNGEL” impresionante. Con una gran delicadeza en el trato y a la vez una fuerza enorme a la hora de encarar un proyecto.”




Cuadro Paradisi Rangel. Diseño gráfico Jairo Carthy











“Camino del Teatro Palais Royal a su casa, Moliere
asume “la triste hora de la vida (…) Es el rito del horror. 
¿Por qué tanto odio? pregunta (…) Sus enemigos 
lo persiguen después de muerto (…) 
Ya vendrán los libelos y los epitafios. 
Nosotros recogemos el del padre jesuita Bouhours:
“Moliere, nada a tu gloria faltaría, si entre los 
defectos que también descubriste, 
hubieras incluido tan negra ingratitud”. 







Norma Aleandro. Foto Sergio Parra 


Cuadro José Augusto Paradisi Rangel / Diseño gráfico Jairo Carthy C.




Señora Aleandro, ¿en qué año y en qué ciudad conoció a Carlos Giménez? ¿En qué circunstancias?

Fue en algún momento durante 1967. Yo estaba haciendo El Rehén en Buenos Aires, con el Grupo Gente de Teatro y se me presentó un joven muy encantador para decirme que era cordobés y que con su grupo de teatro necesitaban una ayuda para ir al Festival de Manizales en Colombia, y que para eso me pedía ir a Córdoba con algún espectáculo y hacerlo a beneficio para de esa manera conseguir lo que necesitaban. Yo le pedí un tiempo para pensarlo, porque no tenía nada preparado. Armé un unipersonal de poemas y cuando lo tuve listo arreglamos para que viajara a Córdoba un lunes. Cuando llegué me enteré que habían contratado un estadio de basquet y que estaba lleno, repleto. Fue tal el éxito, que no sólo consiguieron el dinero, sino que hasta quisieron pagarme algo, cosa a la que por supuesto me negué, Me dieron las gracias. Partieron. Y nunca más supe nada de ellos. Luego, años después y estando yo en España, un día me dice Marilina Ross –con quien compartíamos el exilio entre otros argentinos- que un muchacho argentino con un curioso acento, andaba preguntando por mí y que necesitaba verme. Hacemos una cita para encontrarnos días después en el bar Gijón y allí fui, llena de dudas sobre quien sería, y suponiendo que él me reconocería a mí, ya que yo no tenía idea de quien se trataba. Cuando se me presenta, al verlo me resultó una cara conocida pero no podía acertar de donde. Entonces me dijo quien era, y lo agradecido que estaba hacia mí por la ayuda que le había brindado, gracias a la cual luego de aquel Festival de Manizales se había ido a Venezuela, donde estaba llevando a cabo una exitosa carrera. Y me ofreció ir a trabajar allí, a Caracas. Fui varias veces. Llevé La Señorita de Tacna, con un suceso impresionante. Fue una hermosa devolución.

¿Qué le pareció Carlos?

Un ser tierno, encantador, Con un gran carisma y con aquello que los actores llamamos  un “ÁNGEL” impresionante. Con una gran delicadeza en el trato y a la vez una fuerza enorme a la hora de encarar un proyecto.

En ese momento Carlos era el director de teatro más famoso de Venezuela y casi el hombre más poderoso de la cultura venezolana. ¿Se le sentía el poder?

No. Eso es algo que el siempre supo manejar muy bien. Nunca dejó de ser el muchacho encantador que yo había conocido.

¿Lo volvió a ver fuera de Venezuela?

No. Nunca.

Carlos era un hombre muy generoso, de ayudar mucho a la gente tanto con dinero como con trabajo.  En general tenía un carácter muy apacible pero cuando se enojaba estallaba como un volcán. Yo, que trabajé con él, lo escuché gritar muchas veces pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue su relación con él?

Tuvimos una relación maravillosa, de mucho cariño y ambos nos estábamos mutuamente agradecidos por todo lo que te conté al principio. Nuna lo escuché gritar en mi presencia.

En 1981 usted tuvo un éxito arrollador en el FITC con La Señorita de Tacna: el público venezolano la amaba como si usted fuera una estrella de rock. En 1983 Carlos la invitó para que inaugurará el Festival Internacional de Teatro de Caracas con la obra Kathie y el hipopotamo,  de Vargas Llosa, una distinción que pocas veces tenía una actriz latinoamericana.  ¿Cómo fue esa experiencia? 

Pudimos disponer de todo lo que necesitábamos para la puesta en escena, fuimos recibidos con enorme cariño tanto por la prensa como por el público. Una experiencia altamente gratificante y que recuerdo con mucho cariño.  El día del estreno fue inolvidable, con todas las autoridades presentes, la presencia de toda la prensa y un teatro lleno. Todo lo que hacía Carlos era en si mismo anecdótico.

¿Cuál de las obras de Carlos le impactó más?

Todas y cada una de las que pude ver. Por motivos distintos, todas tenían ese algo especial,  el toque “carlos gimenez”

¿Cuándo se enteró de la muerte de Carlos? 

Tiempo después de que sucediera. No recuerdo el motivo. Pero sé que cuando me enteré, ya había pasado tiempo.

¿Qué significó para usted su muerte?

Una enorme tristeza. Como no podía ser de otra manera.

 ¿Y para la cultura latinoamericana?

Una pérdida irreparable.

 Usted volvió a actuar en Caracas después de la muerte de Carlos, en el teatro Teresa Carreño, y lo recordó con mucho cariño. En los pocos días que estuvo, ¿le pareció que se sentía mucho la ausencia de Carlos?

Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo.

¿Le hubiera gustado ser dirigida por Carlos? ¿O co-dirigir con él?

Pienso que  ambas cosas hubiesen sido  experiencias sumamente interesantes.

¿Qué es lo que más valora de su trabajo y de su persona?

Del trabajo, el tesón, el esfuerzo, la alegría puesta en cada proyecto. De su persona su cariño, su dulzura, su don de gente.

¿Quiere contarme alguna anécdota que haya vivido con él?

Como te dije antes. Carlos es en si mismo una anécdota. Tal vez la más graciosa sea la de nuestro encuentro la primera vez en Buenos Aires y el reencuentro en España. En esos momentos fuimos alternativamente dos personas necesitadas de afecto y de trabajo. Siempre en medio del paisaje más triste y desolador se puede encontrar esa sonrisa que nos hace falta. Y esa mano que se tiende para ayudarte.

 Si Carlos pudiera escucharla, ¿qué le diría?

Muy poquito. Sólo le diría: ¡Gracias!

Muchas gracias, señora Aleandro, por ser parte de este pequeño homenaje a Carlos Giménez, a 20 años de su partida, para recordar su legado.

Ha sido un gusto para mí recordar a un compañero tan querido y talentoso como él.


Buenos Aires
29 de agosto de 2013






Norma Aleandro. Foto Sergio Parra

Actriz – Directora - Regisseur de Opera-  Autora – Docente

Ha recibido entre otras distinciones, los siguientes premios:
Golden Globe: Mejor Actriz por La Historia Oficial (Estados Unidos)
Nominación al Oscar  (Academia de Artes y Ciencias de Hollywood): Mejor Actriz por Gaby (Estados Unidos)
David di Donatello (Academia del Cine Italiano): Mejor Actriz por La Historia Oficial (Italia)
Obie del Village Voice de New York: Mejor Actriz de Teatro (Estados Unidos)
Premio ACE de Oro (Asociación de Cronistas del Espectáculo): A la Trayectoria
Premio Cóndor de Plata (Asociación de Cronistas Cinematográficos): Mejor Actriz en cine (Argentina)
Premio ACE: Mejor Actriz de Comedia (Argentina)
Premio ACE:   Mejor Actriz Dramática (Argentina)

Norma Aleandro ha sido declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por voto unánime de los miembros del Honorable Concejo Deliberante de esta ciudad y Maestra del Arte por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


En teatro protagonizó entre otras, las siguientes obras: “Agosto” de Tracy Letts,  “Mi Querido Embustero” de Jerome Kilty,  (2 temporadas en Buenos Aires e interior de Argentina; temporada en Madrid y 2 giras por todo el interior de España), “El Juego del Bebé” de Edward Albee, “Largo Viaje de un Día Hacia la Noche” de E. O’Neil, “Master Class” de Terrence McNally (en dos versiones, una en 1997 y la segunda en 2012), “Escenas de la Vida Conyugal” de I. Bergman, “Las Pequeñas Patriotas” de Tritek, Aleandro y Aizenberg, “La Srta. de Tacna”, de Vargas Llosa, “Sobre el Amor y otros cuentos sobre el amor” basado en textos propios y clásicos españoles y latinoamericanos. Con éste espectáculo también realizó dos largas giras por toda España en 2006 -2007

En cine, interpretó en Argentina y en el extranjero – entre otros: “La historia Oficial” de L. Puenzo, ganadora del Oscar de la Academia de Hollywood Mejor Película Extranjera, “El hijo de la Novia” de Juan José Campanella con Ricardo Darín y Héctor Alterio,  “Cleopatra”, “Sol de Otoño”, de Eduardo Mignona , “Los Siete Locos” de L. Torre Nilsson, “La Tregua” de S. Renán, “Cien veces no debo” de A. Doria, “Gaby” de L. Mandoki, “La Guerra de un hombre” de P. Weiss, “Signos Vitales” de M. Silver, “Primos” de J. Schumacher, “Deseo” de Gustavo Herrero, “Seres Queridos” de Harari y Pellegri. “Cama adentro” de Jorge Gaggero, “Paco” de Diego Raffecas,  “Anita” de Marcos Carnevale, “Música en espera” de Hernán Goldfrid, y  “Todas las azafatas van al cielo” y “La suerte en tus manos,” ambas de Daniel Burman.

Es autora, entre otras obras, de: “Los Herederos” (historia y guión cinematográfico originales), “Los Chicos quieren entrar” y “De rigurosa Etiqueta” (teatro) “Poemas y Cuentos de Atenazor” (Cuentos- Sudamericana 1986), “El Diario Íntimo” (Emece 1993)

Ha dirigido en teatro “La Venganza de Don Mendo” – “Medea” (Eurípides), “Lo que vio el mayordomo” de J. Orton,  “Prisionero de la 2da. Avenida” de Neil Simon, “Hombre y Superhombre” de George Bernard Shaw,  “De Rigurosa Etiqueta” de su propia autoría y el montaje de un solo para el bailarín Julio Bocca sobre “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía” de García Lorca recitado en vivo  por Alfredo Alcón y  recientemente “Escenas de la vida conyugal” con Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli.

En 2002 fue convocada por el Teatro Argentino de la ciudad de La Plata para realizar su primera reggie de ópera con  “La Cenerentola”  de G. Rossini.



Links
Norma Aleandro (oficial)






En papel y e-book de venta en AMAZON

Parte de las ganancias  de la venta del libro serán usadas para DONARLO   a bibliotecas de Venezuela y Argentina.





















Marcelo Pont, director de arte, nominado al Premio Goya: “(Carlos) no era una persona que buscaba la gloria para sí. No era fatuo ni banal.” / fragmento del libro ¡BRAVO CARLOS GIMÉNEZ! (2025) de Viviana Marcela Iriart, de venta en Amazon








Cuadro José Augusto Paradisi Rangel/ Diseño gráfico Jairo Carthy C.


“Por eso ha habido en mí una marcada preocupación hacia la puesta en escena y alejarme, como yo creo que lo han hecho los grandes creadores, de la actuación rutinaria, de la lectura literal del texto. Por ejemplo Stanislavsky quien realizó la revisión integral del actor, no disociaba la labor del mismo actor con elementos externos, por ejemplo el olor, decía que ojala saliera olor del escenario. Y eso es lo que yo llamo la preocupación por la lectura no literal del espectáculo.” Carlos Giménez (entrevista)
 




 


“Bien podría haber sido un megalómano que aprovechara su carisma a su favor y no dejara nada tras de sí. Por el contrario yo conocí a un hombre tímido, inteligente y sensibilísimo que se escondía tras una coraza de altanería.”



Carlos Giménez en Central Park, New York, dirigiendo "La Tempestad". Foto: Marcelo Pont






Marcelo, ¿en qué año y en qué ciudad conociste a Carlos?

En 1990, en el Festival Latinoamericano de Teatro de Córdoba, que organizó desde 1984 a 1991 junto a mi padre, el artista plástico Pedro Pont-Vergés, en ese momento Director de Actividades Artísticas de la Provincia.
          
¿En qué circunstancias?

Desde que entré “colado” a la sección popular por los techos del teatro San Martín para ver “Bolívar” del grupo Rajatabla que había agotado todas las entradas, me quedé maravillado y descubrí que ese era el teatro que quería diseñar, hacer. A través de mi maestro y luego socio Rafael Reyeros, conocí a Carlos y un año después estaba en Caracas presentándole mi carpeta en la sala de reuniones de Rajatabla frente a todo el elenco que debía decidir si me tomaban o no. Para que no hubiera suspicacias sobre un favoritismo por mi origen cordobés, me enviaron por seis meses a dar clases y formar técnicos en la Sede San Cristóbal del Teatro Nacional Juvenil. La obra fue un éxito y me incorporaron a la compañía con oficina propia entre producción y la oficina de Carlos.

¿Cómo era Carlos entonces?

Como siempre fue: polémico, “era el hombre mas querido y mas temido del lugar” como rapeaba en esos años el entonces joven e idealista Fito Páez refiriéndose a Simón Bolívar.
  
En 1990 Carlos ya era una leyenda en Venezuela y parte del mundo, muy famoso y muy poderoso. ¿Se le sentía el poder?

Sí, él era absolutamente consciente de su poder y sabía ejercerlo, no hubiese llegado a tenerlo si no hubiese tenido la sabiduría para aprovecharlo y dirigirlo en beneficio de su grupo, de la cultura venezolana y la mundial, porque no era una persona que buscaba la gloria para sí. No era fatuo ni banal. Sabía que debía aprovechar el poder para construir y eso fue lo que hizo con total generosidad e inteligencia. Le dio un lugar de privilegio a Rajatabla en el orden mundial, a Venezuela como país-emblema de la cultura teatral y al mundo con el intercambio a través de uno de los mejores y más prestigiosos Festivales del mundo. Bien podría haber sido un megalómano que aprovechara su carisma a su favor y no dejara nada tras de sí. Por el contrario yo conocí a un hombre tímido, inteligente y sensibilísimo que se escondía tras una coraza de altanería.

Yo ya lo conocí así, pero mi proceso fue inverso. Cuanto más lo conocía más descubría su enorme humanidad y fragilidad. Si se convirtió en el hombre mas poderoso de la cultura venezolana es porque afortunadamente no dejó pasar la oportunidad de serlo y su fin último no perseguía el poder sino para construir un mundo cultural más ancho y más alto.

¿Carlos era valorado en Córdoba? Porque tengo la sensación de que el mundo cultural de Buenos Aires no tenía interés por su trabajo, aunque tuvo un gran éxito de público las veces que se presentó allí.

Carlos no era reconocido en Argentina como fueron Arias o Lavelli, ni siquiera como Gené o Emilio Alfaro. En Córdoba fue valorado más por el público a partir de su regreso con el Festival Latinoamericano de Teatro, con las  míticas presentaciones de Rajatabla y con su versión de “El Reñidero” con la Comedia Cordobesa.
Buenos Aires hasta el día de hoy lo ignora, como a la mayoría de los creadores del interior que no entran en el juego de las “tertulias virreynales” y el patético star system de una capital aislada del mundo. El problema que Argentina a pesar de su Constitución Republicana, jamás fue una Confederación de Provincias sino una Aduana que administra las riquezas que entran y salen del país. Entonces, es incapaz de ver lo que no se genera dentro de sí misma, una ciudad macrocefálica y autorreferencial.


Carlos era un hombre muy generoso, de ayudar mucho a la gente tanto con dinero como con trabajo. En general tenía un carácter apacible pero cuando se enojaba estallaba como un volcán. Yo, que trabajé con él, lo escuché gritar muchas veces pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue tu relación con él?

Mi relación con Carlos era muy particular, siempre fue muy respetuoso conmigo y valoraba mucho mis observaciones y consejos, era uno de los pocos que podía entrar en su oficina sin filtro y tratar con el Carlos cotidiano. Su carácter era muy volátil por la impotencia que le daba la falta de comprensión ante la catarata de ideas brillantes que generaba constantemente, su euforia podía pasar a ira cuando se sentía incomprendido, como si viera caer una antorcha y desparecer en la oscuridad de un pozo profundo.
Pero también lo hacía pour la galerie, como un famoso momento que presencié. Estaba en mi oficina cuando sentí a Carlos vociferar y lanzar una máquina de escribir que cruzó su despacho y fue a parar la pared de la secretaría. Entré por una puerta lateral preocupado y encontré a la comisión directiva con la cabeza gacha mientras él me veía entrar y me guiñaba el ojo con picardía. En realidad estaba relajado y divertido. Todo era un acto para lograr algún objetivo incomprendido.

¡Increíble! Eres el primer entrevistado que vio la famosa escena de la máquina de escribir, que ya es leyenda urbana.

Jajá, no sólo lo vi. Escuche un estruendo que aún hace eco a través de los años. Como toda leyenda urbana fue creada con una mezcla de picardía y mise en scene.






Carlos Giménez en Central Park, New York, dirigiendo "La Tempestad". Foto: Marcelo Pont

Carlos Giménez y la escenografía de "El Campo", de Griselda Gambaro. Foto y escenografía: Marcelo Pont




Marcelo, ¿en qué obras trabajaste con Carlos?

Mi primer trabajo con Carlos fue “La Tempestad”, que montamos en New York en Teatro Delacorte en el Central Park durante 15 días en el New York Shakespeare Festival. Luego vinieron la Gala Presidencial para la Cumbre de Presidentes Latinoamericanos en México, “El Campo”, “Oficina Número Uno”, “La Noche de los Tiempos”, “Mozart el Ángel Amadeus” (con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Teatro Teresa Carreño).

¿Tienes alguna anécdota del montaje en Nueva York?

En los ensayos Carlos metía mucha presión como siempre para tener lo antes posible listo el montaje para pulir al máximo cada detalle. Era una escenografía monumental de 25 metros de ancho por nueve de alto, con una grúa de doce metros y un piso de toneladas de arena estéril. Y el equipo técnico del teatro Delacorte trabajaba al eficiente estilo yanqui con su hora de tomar el chocolate, su parsimonia protocolar y sus lógicas reglas de seguridad (de hecho tuvimos que hacer la grúa en escenografía porque movíamos actores colgados de ella y una real no entraba en el seguro). Así que el ritmo no era negociable. Terminé peleándome con el Jefe Técnico que hizo retirar ofendido a su personal para que permanecieran de brazos cruzados fuera del escenario y como el elenco de Rajatabla estaba organizado para montar sus propios espectáculos (ya habíamos hecho un premontaje en el Cuartel San Carlos antes de viajar), nos pusimos todos a terminarlo y lo dejamos listo dos días antes. Durante el día montábamos y durante la noche se ensayaba e iluminaba. A pesar de nuestra soberbia, que entonces interpretábamos como “prepotencia de trabajo” nos ganamos el respeto de los técnicos y se tuvo el tiempo necesario para terminar todo al nivel de excelencia buscado. Es que recién con la “orquesta afinada” podíamos probar como “sonaba la sinfonía” y Carlos trabajaba con un criterio de precisión absoluto que por supuesto yo también siempre he compartido.

¿Cómo nacían las escenografías? ¿Él tenía una idea, te la contaba y tú la desarrollabas? ¿Tú le proponías una idea? ¿Entre los dos la creaban? ¿Cómo era el proceso de creación? Porque para Carlos la escenografía era tan importante como la palabra.

Sí, en la obra de Carlos es inescindible la narrativa de la estética, porque se trata de una estética narrativa, algo similar al cine de Kurosawa. Primero leía cada uno la obra, luego nos juntábamos a hacer un brainstorming, donde en general Carlos daba una idea del clima que sentía en la obra o cual podía ser el detonante. Buscábamos reducir el concepto a una idea fuerza y la cruzábamos con un clima narrativo. Era un teatro de imágenes pero que partía de las imágenes literarias. Luego yo desarrollaba lo conversado y lo ajustábamos hasta simplificar y compactar al máximo la propuesta escénica, para que aumentara su potencial evocativo.

           
¿Cuál de sus obras de teatro te impactó más? ¿Por qué?

Ante un autor de universos escénicos inagotables es imposible elegir sólo uno. Hay artistas que hacemos una o dos obras memorables y con eso ya aportamos nuestra llama, están los que con tantas creaciones iluminan el camino.

¿Qué es lo más importante que aprendiste de Carlos?

Respetar el espacio teatral como un lugar sagrado, una fuente de poder, una ventana del espíritu humano.

¿Qué es lo que más valoras de su trabajo y de su persona?

Su infatigable talento para hacer trascender ese profundo humanismo que transformaba a sus obras en una experiencia inolvidable así como la invalorable cantidad de clases magistrales que recibimos de él en cada ensayo.


¿Qué significó para ti la muerte de Carlos?

La muerte no tiene un significado ni un propósito, se lleva a Mozart y a Mengele por igual. El dolor que nos cause depende del puente emotivo que logremos construir con el que se va. Ese dolor por grande que sea no superará jamás la pérdida.

¿Y para la cultura venezolana?

La extinción de una edad de oro. Es imposible reemplazar el brillo de algunas personas, será la suma de talentos y esfuerzos lo que genere un nuevo hito. De ellos dependerá si asumen el riesgo y la responsabilidad.

¿Y para Córdoba?

Con su habitual digestión lenta, pasó más de una década para que se lo considerara y recordara. Actualmente la sala principal del Teatro Real (una especie de Teatro Nacional), sede de la Comedia Cordobesa, lleva el nombre de Sala Carlos Giménez.

¿Quieres contarme alguna anécdota que hayas vivido con él?

Poco antes de enfermarse me confesó que estaba a punto de dar un gran giro en su carrera, tenía invitaciones de dos de los principales teatros de Europa. Además comenzaba a soñar con el cine y me invitaba a acompañarlo creativamente en esos nuevos caminos, su duda era cómo compatibilizarlo con sus funciones y sobre todo con Rajatabla porque no podía ausentarse tanto tiempo.
No tuvo tiempo de resolver su último dilema.

 Si Carlos pudiera escucharte, ¿qué le dirías?

Si tal extravagancia existiera, creo que preferiría escucharlo.

Buenos Aires
15 de octubre de 2013

Fotografías: cortesía Marcelo Pont




De venta en AMAZON

Este libro será donado a bibliotecas de Venezuela y Argentina con parte de las ventas del mismo.










Director de Arte. Escenógrafo.
Miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina.
http://marcelopont.com.ar/
Contacto: marcelopont@gmail.com

Premios.
Premio Goya Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España
(Nominado Mejor Dirección de Arte, EL SECRETO DE SUS OJOS, 2010)

Premio Cóndor de Plata Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina
(Nominado Mejor Dirección de Arte, EL SECRETO DE SUS OJOS, 2010)

Premio Sur Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina
(Mejor Dirección de Arte, EL SECRETO DE SUS OJOS, 2009)

Premio Festival de Cine Venezolano de Mérida
(Mejor Director de Arte, PURAS JOYITAS, 2008)

Premio Municipal de Cine
(Mejor Director de Arte, PURAS JOYITAS, 2008)

Premio ANAC de Cine (Mejor Director de Arte, 100 AÑOS DE PERDÓN, 1997)

Bronze World Medal New York Festival
(Mejor Director de Arte en Cine Publicitario, 1997)

Cine: Diseño de Producción, Director de Arte en Largometrajes, Cortometrajes y Documentales. Mas de 200 comerciales para América y Europa.

Teatro: Director de Arte, Escenógrafo y Vestuarista (Autodidacta, discípulo del Maestro Rafael Reyeros) Mas de 300 obras entre Óperas, Espectáculos Musicales, Teatro y Danza. Formó parte del Grupo Rajatabla, trabajó para los principales grupos teatrales fundacionales de Venezuela y Argentina.


LARGOMETRAJES

EL SECRETO DE SUS OJOS (2009, Buenos Aires/Argentina)
Dirección: JUAN JOSÉ CAMPANELLA.
Premios de las ACADEMIAS DE ARTES Y CIENCIAS CINEMATOGRÁFICAS:
PREMIO OSCAR MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA.
PREMIO GOYA MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA.
PREMIO ARIEL MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA.
PREMIO SUR MEJOR PELÍCULA

AZUL Y NO TAN ROSA (2012, Caracas/Venezuela – Madrid/España)
Dirección: MIGUEL FERRARI.

PIEDRA, PAPEL O TIJERA (2012, Caracas/Venezuela)
Dirección: HERNÁN JABES.

LA HORA CERO (2010, Caracas/Venezuela)
Dirección: DIEGO VELASCO.

PURAS JOYITAS (2007, Caracas/Venezuela)
Dirección: HENRY RIVERO Y CÉSAR OROPEZA.

JENNIFER´S SHADOW (2004, USA/Argentina)
Dirección: DANIEL DE LA VEGA Y PABLO PARÉS.

100 AÑOS DE PERDÓN (1998, Caracas/Venezuela)
Dirección: ALEJANDRO SADERMAN.

EL GENERAL Y LA FIEBRE (1993, Córdoba/Argentina)
Dirección: JORGE COSCIA.


CORTOMETRAJES
 EN LOS ROQUES (1998, Caracas/Venezuela)
Dirección: HERNÁN JABES.

900-PANICO (2003, Caracas/Venezuela)
Dirección: HERNÁN JABES.


TALLERES, SEMINARIOS Y CONFERENCIAS
Seminario de Diseño de Producción y Dirección de Arte.
IV Simposio Internacional de Cine y Estética.
FUNDEARC, Fundación para el Desarrollo de las Artes y la Cultura.
ULA (Universidad de Los Andes), Mérida, Venezuela. (2012)

Conferencia Semana ABC (Asociación Brasilera de Cinematografía).
Cinemateca Brasilera de San Pablo, Brasil. (2012)

Seminario de Diseño de Producción y Dirección de Arte.
UNAB (Universidad Autónoma de Bucaramanga).
Bucaramanga, Colombia. (2012)

Seminario de Diseño de Producción y Dirección de Arte.
MICCBO (Muestra Internacional de Cine Ciudad de Bogotá).
Universidad De Bogota Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, Colombia. (2012)

Seminario de Diseño de Producción y Dirección de Arte.
CINEXPERIENCIA (Seminarios de Capacitación Cinematográfica).
Centro Cultural "Victoria Ocampo", Mar del Plata, Argentina. (2010)

Taller intensivo de Diseño de Producción y Dirección de Arte.
CERO EN CONDUCTA (Gimnasio Cinematográfico).
Cine Club Municipal "Hugo del Carril", Córdoba, Argentina. (2010)


Marcelo Pont y el teatro: En 1983 comienza su carrera como Diseñador de Escenografía y Vestuario para Teatro, Cine y Televisión, formándose con el maestro Rafael Reyeros, para luego especializarse en el género del Teatro Lírico trabajando para la Fundación Libertador (Córdoba) en óperas como L´Orontea, Cuentos de Hoffmann, La Traviata. Y en el 2004, Aída, I Pagliacci y La Voz Humana en el Teatro Argentino de La Plata. Actualmente está preparando el montaje de Amahl y los visitantes nocturnos a estrenar en septiembre en el Teatro Municipal de Santa Fé. Trabajó junto a regisseurs como Constantino Juri, Eduardo Rodríguez Arguibel, Cheté Cavagliatto, José María Paolantonio.

En 1991 se radica en Caracas, Venezuela contratado por el Grupo Rajatabla dirigido por Carlos Giménez, con quien desarrolla obras como La Tempestad (Central Park, New York y Annenberg Centre, Philadelphia en el marco del New York Shakespeare Festival)El Campo, Oficina Número Uno, Mozart el Ángel Amadeus (con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Teatro Teresa Carreño). Posteriormente para las principales compañías teatrales de Caracas, bajo la dirección de Ugo Ulive, Raúl Brambilla, Margo Sappington, Alberto Isola, Javier Vidal, Héctor Manrique, Michel Hausmann y otros destacados directores. Con más de ochenta obras en su haber, ha recibido numerosos premios entre los cuales cabe destacar: Premio Carlos, mejor Escenografía por DiscepolínPremio Nacional del Artista, por CalígulaPremio Municipal de Teatro, por Israfel y CalígulaPremio TIN, por ZaperocoPremio Nacional del Artista, mejor Vestuario por Cómicos.


Desde el año 2001 se reinstala en Buenos Aires, donde diseña una nueva versión de Israfel para el Teatro Cervantes (ternado para el Trinidad Guevara 2001); El Corazón en una Jaula (2002), El Televidente (2003), La Zarza Ardiendo (2003), Teatro Cervantes; Juan Moreira (2004) en el Teatro del Pueblo; El Hombre de la Mancha (2005) en El Nacional –nominado premios ACE 2004/2005-; Víctor Victoria (2006), Teatro El Nacional –nominado premios ACE 2005/2006-; Transilvania y los fantasmas de la guerra (2008), Teatro del Abasto; Por Tu Padre (2010) con Federico Luppi, Multiteatro; La Paz del Hogar (2010), Teatro Payró; Pablo y Olinda (2011), Teatro de la Cooperación; Yepeto (2011), Teatro Cervantes; actualmente está diseñando Incendios, Bogotá; Reflejos, Teatro de La Cooperación Buenos Aires; Lobo Rojo, VAF New York.




José Simón Escalona, fundador del grupo Theja, escritor, director: “Carlos era un hombre lleno de una energía contagiosa. De palabras que emocionaban. Era un imán de emociones. Un hombre de acción y del arte. Una conjugación perfecta de negociador y artista” /fragmento del libro ¡BRAVO CARLOS GIMÉNEZ! (2025) de Viviana Marcela Iriart, de venta en Amazon

 



 


Cuadro José Augusto Paradisi Rangel/ Diseño gráfico Jairo Carthy C.


 

“Carlos Giménez es un ser inolvidable para todos, pero en especial para mí”

 


José Simón, ¿en qué año, en qué ciudad y en qué circunstancias conociste a Carlos?


En el año 1974, cuando fue a ver nuestro primer montaje. Carlos desde siempre fue un amigo, cercano, atento. Disfruté de su amistad tanto como de su teatro.


¿Qué te pareció Carlos en ese momento?


Un hombre lleno de una energía contagiosa. De palabras que emocionaban. Era un imán de emociones. Un hombre de acción y del arte. Una conjugación perfecta de negociador y artista.


¿Se le notaba el poder?


Se le notaba sus enormes capacidades para crear y concretar empresas. Por supuesto que a veces podía ser intimidante.


¿Habías visto alguna obra suya?


Vi Tu país está feliz. Era un espectáculo de poesía, música, belleza, juventud, ideales. Me fascinó. Creo que influyó mucho en mí.


¿En qué obras o proyectos trabajaste con él?


En proyectos como la Asociación Venezolana de Profesionales del Teatro; también en la creación de la Asamblea Nacional de Teatros Independientes. Viajamos por todo el país. Recuerdo las tantas veces que conversábamos en los autobuses, con la gente de teatro de todo el país. Como dije antes, contagiaba sus emociones y proyectos.


Carlos era un hombre muy generoso, de ayudar mucho a la gente tanto con dinero con trabajo. ¿Fue así contigo?


Fue un gran compañero. Influyó mucho con su prestigio y contactos para que llegáramos el Eugene O´Neill Theater Center de USA, donde presentamos por primera vez con Jav & Jos.


En general tenía un carácter apacible pero cuando se enojaba estallaba como un volcán.  Yo lo escuché gritar muchas veces, pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue tu relación con él?


No trabajamos en montajes conjuntos. Alguna vez me invitó, pero yo temía perder a mi Grupo Theja. Siempre respetó ese hecho. Jamás lo escuché gritarle a nadie. Hubo un tiempo es que estuve muy cerca de él, cuando tuvo un accidente en el Teatro Teresa Carreño. Todos temimos por su vida. Verlo recuperarse de algo tan duro, fue una alegría inmensa. Creo que después de ese hecho me separé un poco, también por los constantes enfrentamiento entre él y mi compadre Javier Vidal. Traté de mantenerme alejado de esas discusiones. También sentí un poco de recelos cuando Pilar Romero no siguió trabajando con nosotros para irse a Rajatabla. Así sucedió también con otros artistas Theja como nuestro queridísimo Germán Mendieta; pero todo eso fue consiguiendo su serena comprensión y se convirtió en orgullo. Yo le escribí una carta en sus días finales, cuando ya no podíamos visitarlo por razones lógicas. Y sé que sonrió al escucharla. Yo le agradecí tanta vida, amor, aprendizaje, belleza, arte. Carlos Giménez es un ser inolvidable para todos, pero en especial para mí.


Hay muchas definiciones maravillosas sobre Carlos, pero no puedo citarlas a todas así que sólo citaré tres. Para Rubén Monasterios era “un ángel furibundo. Para Azparren Giménez “hubo una pasión por Carlos Giménez que siempre me recordó al personaje de Teorema, la película de Pasolini”. Y para la nominada al Oscar, Norma Aleandro, Carlos tenía un “ÁNGEL” impresionante”, y el “ángel” lo dijo en mayúsculas. ¿A qué Carlos conociste tú o conociste a los tres?


Él era un prisma de talentos y virtudes. Supongo, que de existir, no conocí sus defectos humanos.


¿Qué es lo que más valoras de él como persona?


Su manera de entusiasmar y ganar adeptos. Era un hombre guía.


¿Y cómo creador?


Me fascinaban sus montajes. Podía verlos varias veces.


¿Crees que el FITC que Carlos creó junto a María Teresa Castillo hizo aportes valiosos al teatro venezolano?


Quien piense lo contrario es mezquino e ingrato. Pero hay de todo en el mundo.


De todas las instituciones que creó, ¿cuál te parece más significativa?


Indiscutiblemente Rajatabla era su mayor orgullo. Nos enseñó a amar a los grupos de teatro. Mi vida es el Theja, y supongo que en mucho lo aprendí de Carlos, además de mis primeros maestros: Edgar Mejías e Ibrahim Guerra.


¿Crees que Carlos cambió cuando se convirtió en el hombre más poderoso del teatro venezolano?


No soy admirador del poder, prefiero hablar de sus realizaciones. En lo demás hay mucho de política, y como te dije antes de negociador. Admiré sus capacidades artísticas y ejecutivas, pero no creo que sea “el poder” lo que lo definió.


¿Quieres contarme alguna anécdota que hayas vivido con él? Puede ser más de una.


Cuando fue a ver nuestro “Jav y Jos”, teníamos una rutina de seleccionar a alguien del público. Yo estaba asombrado de que Carlos estuviera entre los espectadores, y siempre pensé que lo hizo por mí. Además, él había influido definitivamente para que esa obra se desarrollara en el increíble mundo del Centro O´Neill de New York. Pues, cuando abrimos una botella de champagne en escena, el corcho cayó en las piernas de Carlos. Así que tuvo que participar de las bromas que hacíamos a las personalidades presentes. Estuve a punto de pedirle que se abrazara con JAV. Pero no quise llegar tan lejos. Adoré su sonrisa siempre, pero en aquella oportunidad me hizo llorar de emoción. Era un niño jugando con nosotros en el teatro.


¿Hay algo que no te haya preguntado que quieras contar?


Es uno de los hombres  más maravillosos que conozco en mi vida. Por supuesto hay otros axen´pas de mi padre y mi hermano menor, también Chocrón, Cabrujas, Chalbaud y Elías Pérez Borjas, además de mis maestros entre los cuales cuento a mi cuñado Alberto Sánchez y mi compadre Javier Vidal. He tenido la suerte de vivir entre grandes artistas.


¿Qué significó para ti la muerte de Carlos?


Cuando murió, pasé años sin dirigir, ni siquiera a mi grupo. Pasé más de cinco años para recuperar mis deseos de seguir dirigiendo. Eso solo lo saben mis íntimos. Es la primera vez que lo menciono.


Gracias por contarmelo, José Simón. ¿Y  qué crees que significó para la cultura venezolana?


Se fue demasiado pronto.


Si Carlos pudiera escucharte, ¿qué le dirías?


Lo que le escribí en la  carta donde le pedí que no nos dejara huérfanos.


Muchas gracias, José Simón. Fue una entrevista estremecedora.

Caracas, 27 de septiembre de 2023

 

 

 



JOSÉ SIMÓN ESCALONA

 


 

 Nace en Ciudad Bolívar, Edo. Bolívar, Venezuela, el 17 de mayo de 1.954. Estudió Arquitectura en la Universidad Simón Bolívar y Artes en el Instituto Pedagógico de Caracas. Inicia su actividad artística como actor en 1.967 y funda el GRUPO THEJA en 1.973, agrupación cuyos éxitos han traspasado nuestras fronteras y en la cual se desempeña como Presidente Fundador y Director Principal. Página web: Theja

 

 

 

 


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Este libro será donado a bibliotecas de Venezuela y Argentina con parte de las ventas del mismo.


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