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¡Bravo, Carlos Giménez! Norma Aleandro, actriz, directora, nominada al Oscar, ganadora en el Festival de Cannes: “Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo” /entrevista de viviana marcela iriart, Buenos Aires, 29 de agosto de 2013



(Carlos era) “Un ser tierno, encantador, Con un gran carisma y con aquello que los actores llamamos  un “ÁNGEL” impresionante. Con una gran delicadeza en el trato y a la vez una fuerza enorme a la hora de encarar un proyecto.”












¡Bravo, Carlos Giménez!  Porque Carlos (Argentina 1946-Venezuela 1993) en apenas 30 años de carrera dirigió más de 60 obras de teatro en Argentina, Venezuela y en Estados Unidos, donde fue invitado por el mítico Joseph Papp y creó ocho instituciones culturales de gran importancia.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porqué creó  el Festival Internacional de Teatro deCaracas, junto a la entrañable y talentosa María Teresa Castillo; el IUDET (Instituto Universitario de Teatro), el Grupo Rajatabla, el Taller Nacional de Teatro (TNT), el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CDNT), ASITEJ (Asociación Internacional de Teatro para la Juventud), Rajatabla Danza y, en Córdoba,  el grupo El Juglar cuando todavía era adolescente.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque cuando Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura,  vio el “El Coronel no tiene quien le escriba” adaptada y dirigida por ti dijo de sus personajes: “No los reconozco, los conozco. No los había conocido, los conocí ahora. Yo me imaginaba cómo eran, pero nunca los había visto. Ahora los vi.”


¡Bravo, Carlos Giménez!  Por haber llevado a Venezuela lo mejor del teatro del mundo, permitiendo que tomáramos talleres con los grandes Maestros y Maestras y ver sus espectáculos a precios populares: Tadeusz Kantor, Berliner EnsemblePeter Brook, Giorgio StrehlerPeter SteinLindsay KempPina BauschNorma AleandroVanessa RedgraveKazuo OhnoTomaz PandurEva BergmanEugenio BarbaYves LebretonPeter Schumann,   Antunes FilhoGilles MaheuSantiago GarcíaDarío FoEls JoglarsFranca RameEllen StewartJosehp Papp Andrezj WajdaDacia Mariani

¡Bravo, Carlos Giménez! Por hitos como “Señor Presidente” de Miguel Ángel Asturias,  “Bolívar” y “La Muerte de García Lorca” de José Antonio Rial, “Martí, La Palabra” de Ethel Dahbar, “La Honesta Persona de Sechuan” de Brecht, “Tu país está feliz” de Antonio Miranda, “El Campo” deGriselda Gambaro, “La señorita Julia” de Strindberg, “Peer Gynt” de Ibsen, “El Coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez…  Porque sus obras fueron ovacionadas en Europa, Estados Unidos y América Latina.  Porque su talento como director y gerente cultural fue único, extraordinario, irrepetible en la escena latinoamericana.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque a los 19 años gana sus primeros premios internacionales en los festivales de teatro de Cracovia y Varsovia (Polonia), uno de ellos otorgado por el 
Instituto Internacional de Teatro-Unesco (ITI)  y participa en el Primer Festival de Teatro de Nancy (Francia).

¡Bravo, Carlos Giménez!  
Porque a los 22 años recorre América Latina por tierra haciendo teatro para las hijas y los hijos de los mineros, los pescadores, las campesinas, los olvidados y olvidadas de la tierra y nunca dejó de hacerlo.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque fue generoso, amable, humilde y agradecido, aunque a veces la leyenda diga lo contrario. Un ser humano con todas las virtudes, defectos y contradicciones de los seres humanos.
Porque fue un genio.
Y nos hace mucha falta.











“Camino del Teatro Palais Royal a su casa, Moliere
asume “la triste hora de la vida (…) Es el rito del horror. 
¿Por qué tanto odio? pregunta (…) Sus enemigos 
lo persiguen después de muerto (…) 
Ya vendrán los libelos y los epitafios. 
Nosotros recogemos el del padre jesuita Bouhours:
“Moliere, nada a tu gloria faltaría, si entre los 
defectos que también descubriste, 
hubieras incluido tan negra ingratitud”. 







Norma Aleandro. Foto Sergio Parra 





Señora Aleandro, ¿en qué año y en qué ciudad conoció a Carlos Giménez? ¿En qué circunstancias?

Fue en algún momento durante 1967. Yo estaba haciendo El Rehén en Buenos Aires, con el Grupo Gente de Teatro y se me presentó un joven muy encantador para decirme que era cordobés y que con su grupo de teatro necesitaban una ayuda para ir al Festival de Manizales en Colombia, y que para eso me pedía ir a Córdoba con algún espectáculo y hacerlo a beneficio para de esa manera conseguir lo que necesitaban. Yo le pedí un tiempo para pensarlo, porque no tenía nada preparado. Armé un unipersonal de poemas y cuando lo tuve listo arreglamos para que viajara a Córdoba un lunes. Cuando llegué me enteré que habían contratado un estadio de basquet y que estaba lleno, repleto. Fue tal el éxito, que no sólo consiguieron el dinero, sino que hasta quisieron pagarme algo, cosa a la que por supuesto me negué, Me dieron las gracias. Partieron. Y nunca más supe nada de ellos. Luego, años después y estando yo en España, un día me dice Marilina Ross –con quien compartíamos el exilio entre otros argentinos- que un muchacho argentino con un curioso acento, andaba preguntando por mí y que necesitaba verme. Hacemos una cita para encontrarnos días después en el bar Gijón y allí fui, llena de dudas sobre quien sería, y suponiendo que él me reconocería a mí, ya que yo no tenía idea de quien se trataba. Cuando se me presenta, al verlo me resultó una cara conocida pero no podía acertar de donde. Entonces me dijo quien era, y lo agradecido que estaba hacia mí por la ayuda que le había brindado, gracias a la cual luego de aquel Festival de Manizales se había ido a Venezuela, donde estaba llevando a cabo una exitosa carrera. Y me ofreció ir a trabajar allí, a Caracas. Fui varias veces. Llevé La Señorita de Tacna, con un suceso impresionante. Fue una hermosa devolución.

¿Qué le pareció Carlos?

Un ser tierno, encantador, Con un gran carisma y con aquello que los actores llamamos  un “ÁNGEL” impresionante. Con una gran delicadeza en el trato y a la vez una fuerza enorme a la hora de encarar un proyecto.

En ese momento Carlos era el director de teatro más famoso de Venezuela y casi el hombre más poderoso de la cultura venezolana. ¿Se le sentía el poder?

No. Eso es algo que el siempre supo manejar muy bien. Nunca dejó de ser el muchacho encantador que yo había conocido.

¿Lo volvió a ver fuera de Venezuela?

No. Nunca.

Carlos era un hombre muy generoso, de ayudar mucho a la gente tanto con dinero como con trabajo.  En general tenía un carácter muy apacible pero cuando se enojaba estallaba como un volcán. Yo, que trabajé con él, lo escuché gritar muchas veces pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue su relación con él?

Tuvimos una relación maravillosa, de mucho cariño y ambos nos estábamos mutuamente agradecidos por todo lo que te conté al principio. Nuna lo escuché gritar en mi presencia.

En 1981 usted tuvo un éxito arrollador en el FITC con La Señorita de Tacna: el público venezolano la amaba como si usted fuera una estrella de rock. En 1983 Carlos la invitó para que inaugurará el Festival Internacional de Teatro de Caracas con la obra Kathie y el hipopotamo,  de Vargas Llosa, una distinción que pocas veces tenía una actriz latinoamericana.  ¿Cómo fue esa experiencia? 

Pudimos disponer de todo lo que necesitábamos para la puesta en escena, fuimos recibidos con enorme cariño tanto por la prensa como por el público. Una experiencia altamente gratificante y que recuerdo con mucho cariño.  El día del estreno fue inolvidable, con todas las autoridades presentes, la presencia de toda la prensa y un teatro lleno. Todo lo que hacía Carlos era en si mismo anecdótico.

¿Cuál de las obras de Carlos le impactó más?

Todas y cada una de las que pude ver. Por motivos distintos, todas tenían ese algo especial,  el toque “carlos gimenez”

¿Cuándo se enteró de la muerte de Carlos? 

Tiempo después de que sucediera. No recuerdo el motivo. Pero sé que cuando me enteré, ya había pasado tiempo.

¿Qué significó para usted su muerte?

Una enorme tristeza. Como no podía ser de otra manera.

 ¿Y para la cultura latinoamericana?

Una pérdida irreparable.

 Usted volvió a actuar en Caracas después de la muerte de Carlos, en el teatro Teresa Carreño, y lo recordó con mucho cariño. En los pocos días que estuvo, ¿le pareció que se sentía mucho la ausencia de Carlos?

Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo.

¿Le hubiera gustado ser dirigida por Carlos? ¿O co-dirigir con él?

Pienso que  ambas cosas hubiesen sido  experiencias sumamente interesantes.

¿Qué es lo que más valora de su trabajo y de su persona?

Del trabajo, el tesón, el esfuerzo, la alegría puesta en cada proyecto. De su persona su cariño, su dulzura, su don de gente.

¿Quiere contarme alguna anécdota que haya vivido con él?

Como te dije antes. Carlos es en si mismo una anécdota. Tal vez la más graciosa sea la de nuestro encuentro la primera vez en Buenos Aires y el reencuentro en España. En esos momentos fuimos alternativamente dos personas necesitadas de afecto y de trabajo. Siempre en medio del paisaje más triste y desolador se puede encontrar esa sonrisa que nos hace falta. Y esa mano que se tiende para ayudarte.

 Si Carlos pudiera escucharla, ¿qué le diría?

Muy poquito. Sólo le diría: ¡Gracias!

Muchas gracias, señora Aleandro, por ser parte de este pequeño homenaje a Carlos Giménez, a 20 años de su partida, para recordar su legado.

Ha sido un gusto para mí recordar a un compañero tan querido y talentoso como él.


Buenos Aires
29 de agosto de 2013


Entrevista incluída en el libro: ¡Bravo, Carlos Giménez!,  cuya tercera edición estará a la venta próximamente en Amazon (2024).











Norma Aleandro. Foto Sergio Parra

Actriz – Directora - Regisseur de Opera-  Autora – Docente

Ha recibido entre otras distinciones, los siguientes premios:
Golden Globe: Mejor Actriz por La Historia Oficial (Estados Unidos)
Nominación al Oscar  (Academia de Artes y Ciencias de Hollywood): Mejor Actriz por Gaby (Estados Unidos)
David di Donatello (Academia del Cine Italiano): Mejor Actriz por La Historia Oficial (Italia)
Obie del Village Voice de New York: Mejor Actriz de Teatro (Estados Unidos)
Premio ACE de Oro (Asociación de Cronistas del Espectáculo): A la Trayectoria
Premio Cóndor de Plata (Asociación de Cronistas Cinematográficos): Mejor Actriz en cine (Argentina)
Premio ACE: Mejor Actriz de Comedia (Argentina)
Premio ACE:   Mejor Actriz Dramática (Argentina)

Norma Aleandro ha sido declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por voto unánime de los miembros del Honorable Concejo Deliberante de esta ciudad y Maestra del Arte por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


En teatro protagonizó entre otras, las siguientes obras: “Agosto” de Tracy Letts,  “Mi Querido Embustero” de Jerome Kilty,  (2 temporadas en Buenos Aires e interior de Argentina; temporada en Madrid y 2 giras por todo el interior de España), “El Juego del Bebé” de Edward Albee, “Largo Viaje de un Día Hacia la Noche” de E. O’Neil, “Master Class” de Terrence McNally (en dos versiones, una en 1997 y la segunda en 2012), “Escenas de la Vida Conyugal” de I. Bergman, “Las Pequeñas Patriotas” de Tritek, Aleandro y Aizenberg, “La Srta. de Tacna”, de Vargas Llosa, “Sobre el Amor y otros cuentos sobre el amor” basado en textos propios y clásicos españoles y latinoamericanos. Con éste espectáculo también realizó dos largas giras por toda España en 2006 -2007

En cine, interpretó en Argentina y en el extranjero – entre otros: “La historia Oficial” de L. Puenzo, ganadora del Oscar de la Academia de Hollywood Mejor Película Extranjera, “El hijo de la Novia” de Juan José Campanella con Ricardo Darín y Héctor Alterio,  “Cleopatra”, “Sol de Otoño”, de Eduardo Mignona , “Los Siete Locos” de L. Torre Nilsson, “La Tregua” de S. Renán, “Cien veces no debo” de A. Doria, “Gaby” de L. Mandoki, “La Guerra de un hombre” de P. Weiss, “Signos Vitales” de M. Silver, “Primos” de J. Schumacher, “Deseo” de Gustavo Herrero, “Seres Queridos” de Harari y Pellegri. “Cama adentro” de Jorge Gaggero, “Paco” de Diego Raffecas,  “Anita” de Marcos Carnevale, “Música en espera” de Hernán Goldfrid, y  “Todas las azafatas van al cielo” y “La suerte en tus manos,” ambas de Daniel Burman.

Es autora, entre otras obras, de: “Los Herederos” (historia y guión cinematográfico originales), “Los Chicos quieren entrar” y “De rigurosa Etiqueta” (teatro) “Poemas y Cuentos de Atenazor” (Cuentos- Sudamericana 1986), “El Diario Íntimo” (Emece 1993)

Ha dirigido en teatro “La Venganza de Don Mendo” – “Medea” (Eurípides), “Lo que vio el mayordomo” de J. Orton,  “Prisionero de la 2da. Avenida” de Neil Simon, “Hombre y Superhombre” de George Bernard Shaw,  “De Rigurosa Etiqueta” de su propia autoría y el montaje de un solo para el bailarín Julio Bocca sobre “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía” de García Lorca recitado en vivo  por Alfredo Alcón y  recientemente “Escenas de la vida conyugal” con Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli.

En 2002 fue convocada por el Teatro Argentino de la ciudad de La Plata para realizar su primera reggie de ópera con  “La Cenerentola”  de G. Rossini.



Links
Norma Aleandro (oficial)





















¡BRAVO, CARLOS GIMÉNEZ!, segunda edición, prólogo de José Pulido, textos de Carlos Giménez, portada de José Augusto Paradisi Rangel, entrevistas de Viviana Marcela Iriart, 18 de octubre de 2023




En conmemoración de sus 30 años de ausente presencia. Segunda edición ampliada del libro publicado en 2016.

Con textos de José Pulido, Carlos Giménez, José Augusto Paradisi Rangel, Teresa Selma, Roberto Moll, Juan Pagés, Esther Dita Khon de Cohen, Mariel Jaime Maza, Carlos Cassina, Roberto Magurno, Juan José Bartolomeo, José Luis Montero Conde, María José Alfaro, Carlos Pérez-Ariza, María Teresa Castillo, Viviana Marcela Iriart.

Entrevistas a Norma Aleandro, Rolando Peña, Ángel Acosta, Ángel Ancona, Betty Angelotti, Jorge Arán, Irene Arcila, Alvin Astorga, Leonardo Azparren Giménez, Diego Balaguer, Miguel Bazano, Cecilia Bellorín, David Blanco, Marta Candia, Carmen Carmona, José Simón Escalona, Paulina Gamus, Luis Garván, Aitor Gaviria,  Migdalia Guerrero, Elaiza Irizarri, Gabriela Llanos, Sonia M.Martin, Ángel Mateu, Rodolfo Molina, Rubén Monasterios, Xiomara Moreno, Néstor Muzo, Elio Palencia,  Jorge Pinus, Marcelo Pont, José Pulido, Aura Rivas, Francis Rueda, Teresa Selma.


El libro, editado por la editorial  Escritoras Unidas & Cía. Editoras, podrá comprarse pròximamente en Amazon (2024).








CARLITOS SIN OLVIDO por JOSÉ PULIDO, prólogo del libro “¡Bravo, Carlos Giménez!” (2023)

 




 

 

Carlos Giménez salía de una llamada telefónica y entraba en otra. No descansaba. Lo llamaban desde todos los continentes. Para el Festival Internacional de Teatro había invitado a Vanessa Redgrave, pero por inconvenientes en la política inglesa que afectaban su agenda, ella no podría asistir a la reunión de Caracas en aquella ocasión. Le comenté a Carlitos que me hubiese gustado entrevistarla. Y Carlitos, sencillamente, levantó el teléfono y dijo: -Good afternoon, dear, ¿could you talk to a friend for a moment? ¿Yeah? thank you. I kiss you.

 Y sin dejar de revisar carpetas me pasó el teléfono. Era Vanessa Redgrave.

 Él siempre nos sorprendía con sus amistades. En una ocasión bebimos cerveza con integrantes del Citizen's Theatre de Glasgow (Escocia), entre quienes destacaba un actor y guionista inglés que todavía no había tenido el éxito que merecía y que mucho después se transformó en uno de los actores y directores fulgurantes del cine internacional: Gary Oldman. 

 Oldman actuaba en la obra Chinchilla, del Citizen's Theatre y once años después de estar en Caracas, protagonizó la película Drácula, dirigida por Francis Ford Coppola y acompañado por Anthony Hopkins, Keanu Reeves y Winona Ryder.

Gracias a Carlitos, hablé con Arthur Miller y con tantos otros seres del teatro, como Tamas Fodor quien llevó a Caracas la obra “Woyzeck”, con el grupo Studio

“K” y la presentó en la sala Rajatabla. “Woyzeck” es una obra escrita por Georg Büchner en 1836, y ha sido considerada como la primera pieza, realmente moderna, del teatro.

Gracias a él entrevisté a Lindsay Kemp, un artista inspirado por el circo antiguo,

Isadora Duncan y el amor a Inglaterra que Lindsay manifiesta a través de Shakespeare

También me invitó a una reunión con Tadeusz Kantor, el genio creativo del Cricot 2. Recuerdo que Kantor estaba sentado en silla de utilería, cerca de una mesa de utilería y frente a un vaso de agua verdadero. Le acompañaban María Teresa Castillo, Carlos Giménez y Andrés Martínez.

Carlos Giménez era como una emanación del teatro y de la poesía que consolidó el universo de William Shakespeare. Su conversación era muy culta pero además poseía una especie de comprensión profunda de las cosas, de los comportamientos humanos y de la poesía. En especial: tenía la cualidad de captar lo que otros no veían, esa especial característica que a veces aparece en cualquier expresión artística y que han llamado duende. El duende. Carlos sabía reconocerlo antes de que sucediera.

Tal vez por eso descubría talentos. Y calaba hondamente en todos los seres que viven en el ámbito de la escena teatral y de la cinematografía. Hubo instantes en que su voz y el teatro eran lo mismo.

Por eso no era de extrañar que los mejores se acercaran a su persona tan carismática o permitieran que él se les acercara: Carlos Giménez era uno de los más grandes talentos que ha tenido el teatro en el siglo veinte.  

 ESTREMECÍA

 Hace poco tiempo Carlos Giménez estremecía y emocionaba los escenarios montando obras de teatro que se convertían en acontecimientos de la cultura latinoamericana. Quienes fueron espectadores de aquella época teatral sienten que eso fue ayer nomás. Pero en realidad, los años pasaron como una angustiosa tromba, tan aprisa, que hoy, cuando se menciona el nombre de Carlos Giménez, muy pocos individuos de las nuevas generaciones saben de quién se está hablando y por qué. El olvido es una injusticia.

Sin embargo, la memoria que envuelve como una matriz a Carlos Giménez, está allí, consolidándose en hemerotecas y bibliotecas, en la historia del teatro mundial y latinoamericano. Y siempre habrá alguien transitando los ámbitos de los archivos y los recuerdos. Alguien que perennemente se encontrará con Carlitos y sus hazañas en el arte y lo mencionará y lo hará renacer.

Con su trabajo elaborado en un nivel que suscitaba admiración y asombro, Carlos Giménez  logró que resultara imposible olvidar su obra y su carismática persona. El día que captó la atención de una creadora llamada Viviana Marcela Iriart, se puso en marcha la maravilla de incorporar la palabra del espectador al proceso mágico y emocional del teatro.

Transcurrieron los años sin ese teatrero portentoso y siguen transcurriendo con ese vacío, pero ahora Viviana se ha dedicado a buscar la opinión de muchos latinoamericanos sobre lo realizado por Carlos Giménez en el teatro, y muy particularmente en la escena venezolana.

Ella ha logrado que mucha gente saque a relucir sus recuerdos, sus vivencias con Giménez y eso enriquece esta memoria y ahuyenta el olvido. Porque cada persona escogida conoció a Carlitos, lo trató, lo vivió como una temporada dinámica, transformadora y muy especial del arte escénico.

 Leonardo Azparren Jiménez dijo algo tan auténtico y sincero que vale la pena reproducirlo aquí:

 "La muerte de Carlos Giménez significó para el teatro la pérdida de su dirigente más importante y más temido, incluso por las instancias gubernamentales. Porque más allá de su labor como director, que fue sumamente importante porque nadie pudo ser y nadie podrá ser indiferente a sus criterios sobre la puesta en escena y sobre la forma como él construía sus espectáculos, supo ser un gran dirigente con una marcada influencia social. De tal manera que el teatro venezolano no ha vuelto a tener una persona como él. Yo, que lo critiqué duro y que la gente en el mundo del teatro sabía que no había una sintonía buena entre nosotros dos, reconozco que su ausencia es una de las peores cosas que le ha ocurrido al teatro venezolano”.

En medio de sus reflexiones honestas y certeras, Marta Candia dijo “Hola Carlitos, no estoy recordándote porque siempre estás en el tiempo que pasa tan rápido...”. Y por su parte, Sonia Martin también le habló al hombre y su recuerdo: “Viniste a este mundo a hacer lo que tenías que hacer y lo has hecho perfecto. Te puedes ir con tranquilidad y los honores te los pondremos nosotros, los que te admiramos”.

Cada persona motivada por Viviana Marcela Iriart, fue haciendo un retrato de Giménez, un perfil revelador y eso se verá, más temprano que tarde, como un álbum valioso de la familia latinoamericana. No hay alabanzas inmerecidas ni descripciones exageradas: sólo reconocimientos de un espíritu y de una obra colocados en la justa balanza del arte.

Pilar Romero, una de las mejores amigas y compañeras de teatro de Carlos Giménez en Venezuela expresó: “Es el gran ausente de la escena venezolana. En la época de los festivales internacionales estaba en Caracas –sin muchos recursos- el mejor teatro del mundo y Carlos siempre con su voz de mando decía ¡Puerta libre!  Era teatro del primer mundo sin tener que costearnos caros pasajes a tierras lejanas. Fueron banquetes artísticos…Tenía una generosidad que se perdía de vista”.

La actriz Norma Aleandro, cuyo talento es recordado siempre en Venezuela, comentó lo siguiente sobre Carlos Giménez:

“Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo”. 

Carlos era un ser humano tan individual que brillaba en cualquier oscuridad y bajo las luminarias del más intenso encandilar. Pero sabía unir a las personas en torno a una idea sin que se convirtiesen en masa amorfa, porque nada le gustaba más que la libertad de pensar por sí mismo.

Carlos Giménez hablaba con el sonido fascinante de la verdad, que en teatro se vuelve poesía y termina invocando al espíritu de Shakespeare. Su tono alcanzaba en los corazones la potencia y la belleza de una trompeta idónea para el juicio final. 

 Nadie podría explicar con certera justicia por qué Carlos Giménez era tan creativo, inteligente y  carismático, aunque la lectura constante y profunda tuvo mucho que ver. Pero ese modo de ser que no se detenía en obstáculos y que lograba despertar lo mejor de cada quién será siempre una virtud misteriosa.

Cuando falleció tenía 46 años de edad y una trayectoria inimaginable: había estremecido los escenarios de varios continentes con el grupo Rajatabla del Ateneo de Caracas. Se dirá, con mucha razón, que un año de Carlos Giménez equivalía a una década. Pero esa sensación solo persiste en el ánimo de quienes tuvieron el privilegio de ver las obras que él dirigía. 

En una entrevista con Viviana Marcela Iriart, Carlos Giménez dijo:

  “…Invariablemente hay temas que me preocupan como el aspecto de la intemporalidad: el teatro no es un video, no es una película, sino algo absolutamente transitorio en su esencia. Sabemos que cuando baja el telón hemos visto una función que no volverá a repetirse nunca jamás”.

 


©José Pulido 

Caracas, febrero 2016 / agosto 2023




"¡BRAVO, CARLOS GIMÈNEZ!": próximamente tercera edición de venta en Amazon (2024).







JOSÈ PULIDO

Poeta, escritor y periodista venezolano, nacido en Villa de Cura, el 1° de noviembre de 1945. En 2023 fue electo miembro de la  Academia  Venezolana de la Lengua.  Actualmente vive en Génova, ciudad de Italia. Estuvo a cargo de la revista BCVCultural, del Banco Central de Venezuela hasta el año 2012. Y de la revista Circunvalación del Sur editada por el Círculo Metropolitano de poesía, 2008. Dirigió las páginas de arte de El Nacional (1981-1988), El Diario de Caracas (1991-1995) y El Universal (1996-98). Miembro fundador de los suplementos Bajo Palabra (Diario de Caracas-1995) y El otro cuerpo (Suplemento del Ateneo de Caracas, en El Nacional-1997-1998). Jefe de redacción, bajo la dirección de Salvador Garmendia, de la revista Imagen (1994-1996). Corresponsal de Agencia Venezolana de Noticias, Venpres en Perú, 1990. Corresponsal de la Organización de Estados Iberoamericanos, (Ciencia y Cultura)1992; y asesor del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber. 1996.

En el 2000 le fue otorgado el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos.
Obtuvo el segundo premio Miguel Otero Silva de novela, que promueve la editorial Planeta, con su novela Una mazurkita en La mayor.

 

BIBLIOGRAFÍA

Poesía:
Esto, García Hijos, editores. 1971.
Paralelo Lelo, García Hijos, editores. 1971.
Los Poseídos, Ediciones Pavilo. 1999.
Peregrino de vidrieras. Ediciones Pavilo. 2001.
Duermevela. Ediciones Pavilo. 2004.
Es coautor de los poemarios: Linajes. 1994. Vecindario. 1994. Cortejos. 1995. Invocaciones, 1996, editados por Ediciones Pavilo.

Narrativa:
Muro de confesiones, entrevistas. Ediciones Academia de la Historia. 1985.
Pelo Blanco, novela, Editorial Planeta. 1987.
Una mazurkita en La Mayor, novela, Premio Otero Silva, de Planeta, 1989.
Vuelve al lugar que se te ha señalado, cuentos. Ediciones Contraloría General de la República.
Un cuento de este libro fue publicado en Narrativa venezolana attuale, Bulzoni Editore, Roma) (1995) (Consiglio Nazionale delle ricerche). A cura di Judit Gerendas e José Balza. Ulzoni Editore-Roma. 1995.
Los Mágicos, novela, Monte Ávila. 1999.
La canción del ciempiés, novela, Editorial Alfadil. 2004.
La sal de la tierra, entrevistas, Banco Central de Venezuela, 2004.
El bululú de las Ninfas, novela, Editorial Alfa, Colección Orinoco, 2007.
Dudamel, la sinfonía del barrio, biografía, Libros de El Nacional. 2011.
El requetemuerto, novela, Ediciones B. 2012.
Los héroes son villanos tímidos, cuentos, 2013 Otero Ediciones.
Forma parte de la Antología en homenaje a Miguel de Unamuno, XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca 2012
Luis Domínguez Salazar: El pintor de los misterios, biografía. 2013.
Ponzoña de paisaje, novela. 2015, Editorial Negro sobre Blanco.
Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Antología en homenaje a las universidades de Salamanca y San Marcos de Lima, y a los poetas Diego de Torres Villarroel y Alejandro Romualdo) Salamanca 2018.
Invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova en 2018.
Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas desde hace más de treinta años en Serie José Pulido pregunta.

 


 

 

 

 

 

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¡Vive, Carlos Giménez! por Rodolfo Molina, Córdoba, España, 3 de noviembre de 2023












Con la obra realizada por ti, estimada  Viviana; me he quedado impactado por la inmensidad de tu trabajo en honor a Carlos Giménez. En ella no sobra ni falta nada, es toda una obra maestra. ¡Eres sorprendente!. Cuando digo "inmensidad" no es sólo por el volumen de lo recopilado, lo es también, por la carga emocional y espiritual que conllevan todos esos brillantes escritos de reconocidos figuras del arte teatral, el cine, la televisión, la música, la pintura, la arquitectura, el canto y el diseño. Todos venidos de distintas latitudes del orbe,  expresando con total desprendimiento y sinceridad, lo que fue para cada uno de ellos, ése gigante del teatro de Venezuela y Argentina: CARLOS GIMÉNEZ.

VIVIANA MARCELA IRIART,  escribo todo tu nombre con letras mayúsculas por el merecimiento que tengo de tu obra como entrevistadora. Todo mi respeto y admiración. Mereces todas las consideraciones por este gran logro literario e histórico.

Recuerdo alguna vez que dije... y también lo escuché de otros artistas, que Carlos no debió irse tan pronto, pero cuando uno ve su gran obra plasmada en  está recopilación fantástica, única, de relevancia inusitada de la mano de Viviana,  dice: No es cierto. Carlos vivió todo lo que vivió y lo hizo todo en el tiempo que tenía marcado en hacerlo. 

Hoy disfrutamos de su maravillosa aventura que jamás será olvidada.

Mi abrazo de felicitaciones por tu hazaña, Viviana.
Tu amigo,

Rodolfo Molina

Venezolano residenciado en España.  Director, productor, actor, diseñador de vestuario y escenografía, docente, gerente cultural, pedagogo teatral, dramaturgo, guionista cine. Fundador del Festival Internacional de Teatro de Los Andes, Teatro Móvil Campesino y El Theatrón Centro Dramático (Mérida). Ex Presidente del Consejo Regional de Teatro del Estado Mérida. Ganador de varios premios nacionales e internacionales. Participó en más de 20 festivales internacionales de teatro. Trabajó con César Rengifo, Márquez Páez, Gilberto Pinto, Rodolfo Santana. Tomó talleres con Augusto Boal (Brasil), Enrique Buenaventura (Colombia) y Ruggiero Jacobi (Italia). Ha dirigido más de 45 obras de teatro y realizado giras por varios países, entre ellos  España, Francia, Colombia, Portugal y México.

CARLOS GIMÉNEZ Y YO, POR JOSÉ LUIS MONTERO CONDE/ HOMENAJE A SUS 30 AÑOS DE AUSENTE PRESENCIA, Maracaibo, Venezuela, 7 de agosto de 2023

 



 

Yo trabajaba en la Compañía Nacional de Teatro cuando se decide hacer una coproducción con Rajatabla y montar  Fuenteovejuna. Había que dividir el elenco: mitad CNT y mitad Rajatabla.  Y cuando se hace el reparto yo quedo afuera porque la elección era de mayor a menor, primero las personas con más experiencia,  y yo era de los mas nuevos.  Laurencia era Francis Rueda que era de la CNT y  el Comendadora Alexander Milic que era de Rajatabla. Yo me quedé sin papel pero tenía derecho a tener un libreto y a ir a los ensayos. Y yo decidí  ir a todos los ensayos. Y eso fue lo que hice y anotaba en mi libreto todas las indicaciones que Carlos daba. Los ensayos eran en la Sala Rajatabla y yo me sentaba en la última fila, calladito. Me acuerdo que mis compañeros que también habían quedado fuera del montaje me decían: “¿Qué haces tú perdiendo el tiempo yendo al ensayo si no tienes personaje ni te van a dar personaje?” Y yo les decía que para  mí no era perder el tiempo, que yo estaba haciendo un taller de  teatro, que ver a Carlos Giménez dirigir Fuenteovejuna para mí era un taller de teatro y además gratis.

Pasaron  los ensayos y un actor empezó a tener problemas con su  personaje y  el  famoso Monólogo de El Ensangrentado y todos los días Carlos estaba insatisfecho y le daba indicaciones   pero el actor, que es un actor brillante, maravilloso,  no daba con el personaje. Y yo anotaba todo lo que Carlos le decía y me iba a mi casa a poner en práctica sus indicaciones y por supuesto hacía rato que yo ya me sabía el monólogo.

Pero yo le tenía pánico a Carlos Giménez.  A mí Carlos Giménez se me paraba cerca y a mí me temblaban las piernas, porque de verdad que el tipo me intimidaba; Carlos tenía una personalidad impresionante, arrolladora, intimidante.

En los ensayos Carlos daba una pausa para descansar y en una de esas pausas yo estoy conversando con algunos integrantes de Rajatabla y estos  manifestaba su preocupación por este actor que no daba con el personaje. Y entonces yo les comento: “Yo me lo sé.” Entonces se ponen contentisimos y me dicen que le diga a Carlos. “¡¿Qué le diga a Carlos?!” No, no, yo no me atrevo a hacer eso, no me atrevo a  hablar con Carlos.” Y me dicen: “A Carlos le gusta la gente atrevida.” Y yo les digo: “Bueno, pero a eso yo no me atrevo.” Y yo soy muy atrevido, me he atrevido a muchas cosas en la vida, pero la verdad es que Carlos intimidaba, me frenaba. Hay un mito de que Carlos era un dictador en el escenario y eso no es verdad. Se dice que Carlos maltrataba al elenco y eso es absolutamente falso. Yo nunca vi a Carlos maltratar a nadie. Todo lo contrario. Yo vi a Carlos ayudar a mucha gente. Yo vi a Carlos  inventar personajes en una puesta para ayudar a actores que necesitaban trabajar. Y lo vi hacer eso varias veces. Pero aparte de eso, lo vi a ayudar a la gente de muchas otras maneras.

Bueno, yo estaba conversando con estos compañeros y Carlos se acerca a saludar y estos veteranos le dicen: “Carlos, él se sabe el personaje.” Y Carlos me miró de pies a cabezas, me escaneó, y me dijo:

-                                       -        ¿Ah, sí?

-        Sí, Maestro -le respondí.

-        Muy bien, mañana lo hace en el ensayo.

Te imaginarás la emoción. Me fui a mi casa y no domí de los nervios. Al día siguiente estaba tempranísimo en el ensayo, muy nervioso pero a la vez muy seguro. El ensayo comenzó, lo volvió a hacer este actor y cuando éste termina Carlos para el ensayo y dice:


-        ¿Aquí está José Luis Montero? -por supuesto todo el mundo se miró porque nadie entendía.

-        Sí, Maestro, aquí estoy -le respondí desde la última fila.

-       

Carlos da una pausa para descansar y cuando el ensayo se reanuda el actor se pone en su puesto y Carlos dice:

-        No, yo  necesito que lo haga José Luis Montero.

-        

Yo bajo, me paro en el sitio, en el medio de dos compañeros que hacían de soldados, dos actores que no eran mis amigos porque eran de Rajatabla y apenas los estaba conociendo, pero uno de ellos me dice: “Si se te va el texto me haces una seña y yo te soplo.” Y yo le respondo: “Gracias pana, pero no se me va a ir el texto.” Hago el monólogo, no se me olvidó ni una coma, aplicando todas las explicaciones que Carlos había dado en  los ensayos previos. Ah, entre paréntesis, dejame decirte que de Fuenteovejuna sólo se iban a hacer 2 funciones en la Anna Julia Rojas para luego  ir al Festival de Spoleto en Italia y luego al  Festival Internacional de Ciudad de México. Retomando, cuando termino el monólogo Carlos vuelve a parar el ensayo, sale de la sala y me dice:

-                                        -        Sígame.

 

Yo lo sigo y cuando estamos en el hall del edificio Rajatabla, yo estaba temblando de miedo, muy asustado, me dice:

-        ¿Usted tiene pasaporte?

-        Sí, Maestro.

                -     Felicitaciones. Usted se va a Italia. El personaje es suyo. Lo felicito

Yo me quedé sin palabras. Todavía  me emociono cuando lo recuerdo. Carlos entonces dio todas las instrucciones para que me sacaran fotos para que yo apareciera en el programa de mano de las funciones en Italia, que me buscaran vestuario para la sesión de fotos, que yo redactara rápido una biografía…total que yo me fui. Pero antes hicimos dos funciones en la Anna Julia Rojas, luego nos fuimos a Spoleto, donde tuvimos un éxito impresionante, y al regresar descansamos una semana antes de irnos a México.  Ah, yo me voy a Spoleto como actor de la CNT, que estaba muy contenta por este logro mío que también era de ella, pero antes de irnos a México un día, me acuerdo que era viernes,  estábamos caminando Carlos y yo desde Rajatabla hasta el Teresa Carreño y me dice:

-                                        -¿Cuánto ganas tú en la Compañía Nacional?

  Yo le digo cuánto era, que no me acuerdo ahorita, y él  me dijo textualmente:

-                                        -Eso es un insulto a tu talento. Te ofrezco el triple y te vienes a Rajatabla.

 

Imaginate, estar en Rajatabla, que era el gran grupo, el grupo de vanguardia, era el sueño de todo actor. Y me dice:

-                            -Eso sí. Hoy haces la carta de renuncia, hoy la llevas a la Compañía y hoy me traes la copia firmada por la CNT. Porque el lunes te quiero en la nómina de Rajatabla.

(…) Le llevé la copia firmada y Carlos llamó a Paco Alfaro, el administrador y vicepresidente del  grupo,  y le dijo que me pusiera en la nómina de Rajatabla. Entonces yo me voy a México ya como actor de Rajatabla.

(…) Yo estuve poco en el grupo porque cuando en 1992 hicimos Oficina Número 1 de Larry Herrera,  basada en el libro de Miguel Otero Silva, que fue el último montaje que dirigió Carlos con Rajatabla,  ya Carlos había sido diagnosticado de VIH.

Cuando terminamos Oficina Número 1  a Carlos lo hospitalizan. Y yo me voy al  Zulia porque me invitan para trabajar con una directora croata, Nenni Delmestre, y Rajatabla me da el permiso, con la condición de que aparezca como actor invitado.

Pero antes de empezar a ensayar regreso a Caracas para despedirme de Carlos. Fue muy triste porque estaba la idea errónea de que a los pacientes con  VIH no se los podía tocar, no se les podía besar, no se podía estar cerca de ellos, no se los podía abrazar, cosa que era absolutamente falsa. Entonces  fue muy triste porque Carlos estaba con tapaboca, yo con tapaboca, casi que me ponen una bata, y no dejaban que me acercara a él. Yo le conté que me iba a Maracaibo a hacer Bodas de Sangre y él se puso muy contento y así nos despedimos, los dos con lágrimas en los ojos… No poder abrazarlo, no poder darle un beso a Carlos…fue muy duro.

Regresé al Zulia y  estrenamos el Día Internacional del Teatro, el 27 de marzo. (…) Después del estreno, cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que quería dormir hasta tarde y  que no me despertara por nada del mundo. A las 6 de la mañana del 28 de marzo me despierta mi mamá y me dice que me llama Lina Vengoechea, la Directora del Centro de Bellas Artes de Maracaibo y Lina me dice:

-                                                -Carlos acaba de morir.

 

Carlos le dio  muchísimo al teatro venezolano, no fue sólo Rajatabla. Carlos creó muchísimas instituciones en beneficio del artista venezolano, del actor, del dramaturgo, del director. Creó el Centro de Investigación, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CNDT); creó junto al Maestro Abreu el sistema  Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), del cual yo fui gerente en su núcleo Zulia; creó el Taller Nacional de Teatro (TNT), que era la escuela de formación de Rajatabla; el Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), uno de los más importantes de mundo y Rajatabla llegó a ser la compañía más internacional de Venezuela, ¡yo con Rajatabla fui a Corea del Sur!

Carlos  fue un ser excepcional, un ser de otro mundo y todavía nos hace mucha falta.

 


JOSÉ LUIS MONTERO

Actor y gerente cultural. Realiza sus estudios en la Escuela de Teatro "Inés Laredo" y en la Sociedad Dramática de Maracaibo. Paralelamente a su formación actoral recibe una intensa preparación en danza y canto. Ha formado parte de la Compañía Nacional de Teatro, el grupo Rajatabla y el TNJ-Zulia (donde se desempeñó como actor y gerente), así como artista invitado en numerosas agrupaciones teatrales. Ha trabajado con los grandes del teatro, el cine y la tv como Carlos Giménez, Román Chalbaud y Julio César Mármol, entre otros. Se ha presentado en escenarios de América, el Caribe, Europa y Asia. Premio Municipal de Teatro-Caracas 2004 y Orden al Mérito en el Trabajo en su primera clase en el 2009, entre otros reconocimientos. Actualmente reside en Maracaibo donde se desempeña como Coordinador General del Ballet Juvenil Teresa Carreño-Zulia y como actor de forma independiente.


Fragmento de la entrevista de Luis Perozo Cervantes en el  podcast Puerto de Libros: Librería Radiofónica, a quien agradecemos nos haya permitido su reproducción.

 





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