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"Los Noventa son nuestros" de Ana Diosdado, dirección Ángel Fernández Mateu, obra realizada por el TNJV creado por Carlos Giménez, San Cristóbal, 1991



















Diseño escenográfico


Fuente: Ángel Fernández Mateu




Carlos Giménez y la creación del Festival Latinoamericano de Teatro de Córdoba, Argentina: 1984-1991 / Verónica del Valle Heredia y María Verónica Basile, Revista Afuera; Fundación Proa; La Voz del Interior










"(...) El I Festival se desarrolló del 18 al 28 de octubre de 1984 y buscó enmarcarse dentro de la euforia democrática que se vivía en el país, haciendo visible características asociadas con la libertad: ocupación de lugares públicos, funciones en los barrios marginales, la participación de aquellos que volvían del exilio y la gran difusión del mismo a través de los medios de comunicación.

Es de destacar el papel que se le otorgó a Carlos Giménez (4), una especie de niño prodigio del teatro independiente cordobés que se había exiliado en los años setenta (Moll, Pinus, Flores, 1996: 58). Radicado en Venezuela, formó el grupo Rajatabla y se convirtió en uno de los directores latinoamericanos más reconocidos. Allí crea en 1973 el Festival Internacional de Teatro de Caracas, que aún permanece vigente como uno de los festivales más relevante de la región latinoamericana. Por su reconocimiento y trayectoria en el extranjero y su condición de artista exiliado, es convocado por el gobierno de Córdoba y él mismo acepta la propuesta para ser parte y Coordinador en la organización de IFLT, admitiendo la magnitud que el evento adquiría desde la restauración de la democracia al país.



Otras de las figuras representativas del teatro cordobés que regresaron al país para participar del festival fueron María Escudero, Jorge de la Vega y Graciela Ferrari, integrantes del mítico grupo Libre Teatro Libre (5).

Es la idea de democracia lo que quería reflejar el festival, iniciar el nuevo periodo político de la provincia haciendo manifiestas características propias del sistema: participación popular, obras con fuerte contenido político, la gente masivamente ocupando la calle provocando así un clima de fiesta permanente.







El  IFLT estaba conformado por una muestra oficial con representaciones de Brasil, Ecuador, España, Colombia, México, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela. La delegación local la componían   La Comedia Cordobesa - elenco estable de la provincia - y el grupo La Banda Trama surgido del circuito del teatro independiente local, además de grupos de Buenos Aires y Entre Ríos. El resto de los participantes que integraron la muestra paralela del festival eran grupos teatrales provenientes de distintos puntos del país además de Chile, Italia y Canadá. Esta sección generó un significativo impacto a partir de la participación del público, constituyéndose en lo distintivo  del festival. Se destacaba el uso del espacio público a través del teatro callejero. Su difusión en plazas, calles, escuelas, barrios y lugares marginales fue la imagen que quedó como recuerdo del festival, asociada a una fiesta por la libertad recuperada. En los balances sobre los resultados del festival se le asignó un lugar especial a la gran participación de la gente en la calle: Los espectáculos callejeros que siempre fueron recibidos por mucho público (…) supera cualquier posibilidad de estimación (LVI 28/10/1984). Esto nos conduce a preguntarnos si parte de esos espectadores eran un público frecuente en las salas teatrales o fueron atraídos eventualmente por las características festivas de los grupos callejeros.


Por otra parte, desde el lado de los grupos, la muestra paralela funcionó como la sección de la grilla que buscaba asegurar el apoyo y la difusión de los grupos independientes de Córdoba (LVI 06/02/1984). En gran medida, el IFLT contribuyó a un proceso de renacimiento del teatro callejero clausurado bajo los regímenes autoritarios. (...)


El FLT comenzaría a ser parte del circuito internacional de festivales de teatro, integrado por el de Manizales, Colombia (1968), el Cervantino de Guanajuato, México (1972), Festival Internacional de Teatro de Caracas, Venezuela (1973) el Festival Internacional de Teatro Latino de Nueva York de la mano de Joseph Papp (1984) y luego vendría el de Bogotá (1988). Los grupos locales habían sido invitados además a participar en festivales europeos como el de Nancy (1963)  (...)



Por otra parte, pese a que aún no hemos profundizado, es preciso realizar una breve referencia acerca de cómo los medios de comunicación destacaron la participación de los jóvenes: El público predominante del IFLT fueron los jóvenes, que asistieron a todas las funciones y desde cualquier ubicación, por insólita que fuese, y derribando todo los obstáculos previos (LVI 11/11/1984). En principio, consideramos habría dos posibles lecturas sobre esta operación. Por un lado, en relación al pasado reciente, en el cual – si bien desde la década de los sesenta algunos autores comienzan a hablar sobre la idea de una cultura juvenil (Hobsbawn, 2007:322-345) en el contexto particular de la Argentina cobrarán visibilización definitiva desde fines de los sesenta. En una primera instancia como problema social pasaron a formar parte más importante de la agenda de investigación de las ciencias sociales a fines de 1970 (Chaves,2010:32) en tanto, siguiendo a González (2002-2003: 58-70) durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional los jóvenes fueron sospechados como enemigos- subversivos siendo los destinatarios de biopoliticas represivas, para finalmente destacar la actuación de sectores sociales “jóvenes” tanto en la apertura como en la institucionalización democrática(..) comenzaron a constituirse protagonistas sociales de diverso tipo que empezaron a movilizarse (..)

Luego del primer Festival hubo cinco más de carácter bianual (1984-1986-1988-1990-1992-1994). Sin embargo el que quedará en la memoria colectiva de los cordobeses será su primera edición. Esto se debió a varios factores: el despliegue alcanzado en la primera edición, la gran participación de los ciudadanos y los múltiples problemas económicos y organizativos que se irán sucediendo en las siguientes ediciones que harán que el mismo pierda convocatoria, calidad y relevancia para los cordobeses."


Verónica del Valle Heredia y  María Verónica Basile



(4) Con 19 años participa en el Primer Festival de Teatro de Nancy con su grupo El Juglar. Posteriormente viajan a Polonia donde obtienen una mención de honor. De vuelta a Córdoba crea el Primer Festival Nacional de Teatro. Sin embargo en 1967, luego de poner en escena la obra Fuenteovejuna, recibe amenazas por lo que decide abandonar el país y radicarse de manera definitiva en Venezuela. (Volver)

(5) Surgió en el año 1969 como grupo de creación colectiva a partir de la iniciativa de María Escudero con un grupo de estudiantes de la licenciatura en teatro de la Universidad Nacional de Córdoba. En términos de Osvaldo Pelletieri esta agrupación trascendió el mundo cultural nacional y latinoamericano (2007:562)(Volver)

Fuentes
Catálogo del I Festival Latinoamericano de Teatro.1984, Gobierno de la Provincia Córdoba, Córdoba.
Periódico La Voz del Interior. 1983, 1984, 1985, 1986. (Abreviado con las siglas LVI)
Catalogo en línea muestra Escenas de los ’80, Teatro: introducción. Consultado en línea




Primer Festival,  teatro de calle, 1984.




FUNDACIÓN PROA

“1984 fue un año de extrema apertura para el teatro argentino a nivel internacional. En ese año se realiza el Primer Festival Latinoamericano de Teatro cuya convocatoria fue liderada por Carlos Giménez y apoyado por el Gobernador radical de la provincia de Córdoba, Eduardo Angeloz. El Periodista titulaba ‘Cordobazo Teatral' una nota de octubre del ‘84 y Cossa escribía en el mismo medio: ‘En definitiva en Córdoba estalló la democracia y el teatro tomó la apariencia de un hecho vivo. Más vivo que nunca'.










“Un pueblo que en los últimos tiempos sólo ha capitalizado errores y frustraciones no puede ni debe desperdiciar este acierto. Porque el festival no terminó… El festival puede y debe seguir produciendo hechos, no sólo para dentro de dos años, sino para dentro de dos días, para nosotros los cordobeses y las otras provincias”, de esta forma se expresa una nota periodística publicada en el diario La Voz del Interior el 4 de noviembre del año 1984, a raíz del Primer Festival Latinoamericano de Teatro realizado del 18 al 28 de octubre en Córdoba y en las sedes de Carlos Paz y Alta Gracia.

El festival continúa produciéndose cada dos años. Pero de 1995 a 2000 está ausente de la escena. En 2000, el Gobierno de la Provincia de Córdoba toma la firme decisión de restituirlo con el nuevo nombre de Festival Internacional de Teatro del Mercosur. De esta forma, el encuentro teatral volvía a sus legítimos propietarios: la comunidad teatral y el pueblo de Córdoba.

El teatro parece ser un vehículo para la unidad latinoamericana, buscada de tantas maneras desde que las naciones del “nuevo continente” se declararan independientes en el siglo 19. Cesar Vieira, cabeza de la compañía brasileña Uniao e Olho Vivo, sintetiza ese espíritu de hermandad continental cuando dice: “Argentina está a travesando un período importante, ha vuelto a la democracia. Por eso venimos aquí”.

El primer festival dura 10 días y lleva espectáculos a salas teatrales, asociaciones civiles que prestan sus auditorios para la función, también en la peatonal cordobesa y en las plazas, con un mandato claro y decidido: “Que el teatro invada la ciudad”, según su consigna.

Los memoriosos recuerdan la impactante actuación de La fura del baus, la compañía española que dirige Andrés Marten. En su carta de presentación, el elenco dice: “No es un fenómeno social, no es un grupo, no es un colectivo político, no es un círculo de amistades afines, no es una organización pro-alguna causa. Es una organización delictiva dentro del panorama actual del teatro”.

Otra de las grandes presentaciones que iluminan los pasillos de la memoria es la del elenco Rajatabla, que crea el destacado director Carlos Giménez (1946-1993), hacedor teatral que nace en Córdoba y fija residencia en Venezuela. Junto con su hermana Ana y el destacado escenógrafo, Rafael Reyeros, crea en Córdoba el grupo teatral El juglar y La casa del teatro. Hacedor de una imaginación portentosa, Giménez se radicó en Venezuela en el año 1969."

Córdoba, 31 de agosto de 2017







EL CEMENTERIO DE AUTOMÓVILES, de Fernando Arrabal. Dirección Carlos Giménez: Perú, 1971










Cementerio de Automóviles
Autor
Fernando Arrabal

Elenco (incompleto)
Roberto Moll

Escenografía
Rafael Reyeros

Producción
Mario Delgado Vásquez

Productor General
Carlos Ruibal

Dirección General
Carlos Giménez

Teatro Universitario   y Asociación Cultural Arena
Lima, Perú
1971


Mario Delgado Vásquez: “El trato que las autoridades militares de Lima, con su censura y mil obstáculos más, le dieron a Cementerio de automóviles, que Giménez dirigió con el auspicio de Arena para su sesión inaugural; más la falta de solidaridad de la sociedad limeña para con un proyecto que adelantándose a su tiempo quería propiciar el desarrollo del teatro en la ciudad, hicieron que Arena sucumbiera en su primer intento.” 


Mario Delgado Vásquez"Juntar veinte años de “Festivales de Caracas” a las expresiones mas modernas del teatro del mundo y a las más antiguas tradiciones del teatro de Oriente y Occidente en el teatro latinoamericano fue el más generoso y moderno acto teatral de Carlos Giménez, y del país que lo acogió como hijo y ciudadano: Venezuela.

Desde 1969 hasta 1993, fecha de su trágica partida, Giménez fue el protagonista más polémico del teatro Venezolano; amado y odiado por cientos de teatreros del mundo, logro como en un acto único e inédito, una suerte de “Performance” de su propio final: no solo Carlos Andrés Pérez, presidente del país, declaró ante su prematura y lamentable muerte, tres días de duelo nacional , sino que además el mismo Pérez lo acompaño con el cortejo fúnebre, a su ultima morada. 

Giménez nos dio a las gentes de teatro de Latinoamérica y a sus amigos, los que lo acompañamos desde sus inicios en esta gran batalla de sacar al teatro latinoamericano de su ostracismo provinciano y de su estado colonial, el mayor y mas significativo banquete de teatro moderno jamás ofrecido.

Giménez juntó a los pobres teatros de América Latina con los más grandes del mundo. Grupos marginados de la cultura oficial que veníamos a su vez de sociedades marginadas culturalmente de los centros hegemónicos del poder. Sin ningún tipo de apoyo estatal, parias, para ellos Carlos Giménez hizo ese gran banquete. (...)

Me puse entonces a preparar todo para el montaje de El cementerio de automóviles. Hice el casting y escogí el elenco para que Giménez venga a dirigir. Entonces me llama él y me dice:" Tu País está Feliz es el éxito más grande de la historia del teatro venezolano. Once de la mañana, doce de la noche, a la hora que se dé las muchedumbres de jóvenes y adolescentes rompen las puertas del Ateneo para entrar." "¿Qué has hecho?" le pregunté. Simplemente había hecho un resumen de todo lo que habíamos realizado con él en El Juglar, solo que interpretado por unos jovencillos maravillosos. Estaban además el texto de Antonio Miranda, la frescura de los chicos, la música tan contagiosa. Un montaje realmente extraordinario. Giménez me trae la cinta de la grabación que me mandó Antonio, yo la escucho y sigo con la idea de que va ser el próximo espectáculo de Arena, en Lima. 

Giménez vino y monto El cementerio de automóviles. Entonces yo sentí la lucha de este maestro, este amigo, ese hermano realmente audaz, y su ambición por el poder, su deseo de epatar y provocar. (...)

Yo me fuí con Giménez porque en él encontré entonces el espíritu grupal que no había hallado en el Instituto Nacional Superior de Arte Dramático, donde había estudiado de 1966 a 1968. En la escuela, por el contrario, había mucho individualismo, mucha competencia. Todos querían ser divos, todos querían tener su compañía, era la moda en el teatro nacional."

Lima, Perú
Fundador del grupo Cuatrotablas
Integrante del grupo El Juglar, primero grupo creado por Carlos Giménez.


CASTA DIVA, de Ethel Dahbar, Carlos Giménez Diseño de Iluminación: 1984










CASTA DIVA
Autora: Ethel Dahbar

Actriz: Alma Ingianni

Vestuario: Eva Ivanyi
Escenografía: Martín Lopez

Diseño Iluminación: Carlos Giménez

Dirección: Rubén Rega
Sala de Conciertos, Ateneo de Caracas
1984





                   
                    



Fuente: viviana marcela iriart

LOS AMORES DE DON PERLIMPLÍN Y BELISA EN SU JARDÍN, de Federico García Lorca. Dirección Carlos Giménez: Córdoba 1969




Hector Varonese y Gladys Reale





















María Rosa Grotti, Esther Plaza,  Graciela Castro, Mario Delgado, Héctor Veronesi, Hugo Arneodo, Juan Pagés. Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, dirección de Carlos Giménez. Elenco de la gira latinoamericana. Fuente: Juan Pagés









Presentada en el II Festival Latinoamericano de Teatro Universitario, Manizales, Colombia, octubre de 1969.



Fuente:Viviana Marcela Iriart / Miguel Bazano/ Juan Pagés





PICNIC EN EL CAMPO DE BATALLA, de Fernando Arrabal. Dirección Carlos Giménez: Córdoba 1969




Juan Pagés, Mario Delgado, Carlos Giménez, María Rosa Grotti.
Fuente: Juan Pagés






PICNIC EN EL CAMPO DE BATALLA
Autor:  Fernando Arrabal
Dirección Carlos Giménez

Elenco:
Juan Pagés
Mario Delgado
 Carlos Giménez
 María Rosa Grotti.


1969
Córdoba capital, Argentina

El Teatro Nacional Juvenil (creado por Carlos Giménez) revive con duende lorquiano/ por Indira Rojas, Caracas, 14 de noviembre de 2015, El Universal






En 1990, el director de teatro Carlos Giménez (1946-1993) fundó el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (Tnjv), con el propósito de que fuera una institución de producción escénica y a la vez una escuela, y como abreboca la agrupación se estrenó con Comedia sin título del poeta y dramaturgo español Federico García Lorca. Además, Giménez y el dramaturgo y director Aníbal Grunn concibieron el proyecto como un sistema: pretendían instalar 24 módulos regionales. "Llegamos a tener 14 núcleos", dice Héctor Becerra, miembro del Tnjv desde sus inicios y quien lleva ahora la jefatura del grupo.


Han pasado 25 años de estas aspiraciones, engendradas en un apartamento de Parque Central, y en el recorrido Giménez falleció. Para homenajear los inicios de la compañía, así como su primera inspiración (Federico García Lorca), la agrupación presentará hasta el 29 de noviembre en el Celarg Yo Federico, una pieza escrita por Jan Thomas Mora Rujano y dirigida por Dairo Piñeres.


Bajo las luces tenues del teatro, el escritor andaluz (interpretado por Theylor Plaza) se encuentra en lo que parece ser un limbo. En el lugar (¿o no lugar?) alucinaciones y recuerdos comparten espacio y se abalanzan sobre su inventor. Lorca también les interpela y expresa lo que siente. "Yerma está viva y le habla. Bernarda Alba está viva y le habla", expone Becerra, productor del montaje, sobre los personajes creados por Lorca que se manifiestan en la pieza. "Él murió tan joven que no pudo ver el derrotero de sus creaciones. Es como si hubieran quedado cosas que resolver con ellas".


El Tnjv comparte con Yo Federico ese estado de tiempo suspendido, ese limbo, pero eso no le detiene para celebrar sus 25 años. Prevalecen las memorias de un tiempo mejor (la única de las 14 sedes que sostiene el nombre jurídico como Tnjv es la de Caracas, otras cerraron sus puertas) así como el espíritu para continuar como una fábrica teatral.


"Por cuestiones financieras los núcleos fueron desapareciendo. Pero la semilla quedó sembrada, y eso es lo más importante. Aún encuentras quienes dicen 'yo sigo siendo Tnjv porque allí formé'. Gloriosos fueron los 90 y principios del 2000, y apelamos al patrimonio que queda de esa época", declara Becerra. "Ahora trabajamos por proyectos, aunque hay una familia permanente como de 8 personas que siguen trabajando en el grupo. Se mantiene también el espíritu de escuela, aunque ha cambiado un poco porque ahora se dictan talleres específicos para cada montaje". El productor aprovecha la oportunidad para contar que la bailarina Angélica Escalona impartió clases "intensísimas a los actores para que se expresaran a través de la danza contemporánea" en Yo Federico.


A los personajes lorquianos que danzan alrededor del autor español se suman Mariana Pineda, La Vieja Pagana, y La Poncia, así como aquellos que no forman parte de la ficción y que fueron propios de su época y de su vida, como el torero Ignacio Sánchez Mejía, Francisco Franco, el artista Salvador Dalí, y su hermana Concha.


En el libreto original, todos menos Lorca pertenecen al mundo inanimado: son muñecos estáticos cuyos pensamientos se reflejan en el monólogo que sostiene el poeta. Pero Piñeres prefirió darles voz propia. "Se me ocurrió que fueran otros actores. Así podía armar el recorrido a nivel físico, con el cuerpo, y emocional a través de la actuación".


Becerra describe la pieza como "un mega performance teatral, con música en vivo y coreografías", y ahora que estará en el Celarg, espera que sea recibida con igual entusiasmo por un público nuevo. "Nos fue muy bien con las funciones piloto en la Unearte".


Yo Federico se presenta en la sala 2 del Celarg con funciones viernes y sábados a las 7:30 p.m. y domingos a las 7:00 p.m.


irojas@eluniversal.com


Caracas, 14 de noviembre de 2015,
Fuente: El Universal









Carlos Giménez: “No hay que hacer un teatro para el público, hay que formar a un público para el teatro” / Centro Cultural Chacao, Venezuela, 2016











Hace 23 años falleció Carlos Giménez, director de teatro, gerente cultural y escritor argentino-venezolano que fundó el Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), el Instituto Universitario de Caracas (Iudet), el grupo Rajatabla, el Taller Nacional de Teatro, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro y el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela. Su visión artística y existencial sigue tan vigente como siempre
Carlos Giménez nació en Rosario, Argentina, el 13 de abril de 1946. Estudió en la Escuela de Arte Dramático, organizó el primer Festival de Teatro de Córdoba y se autoexilió en Europa por la dictadura militar.
Su concepción estética, artística y creativa, así como también su visión de promoción teatral cuando Europa se encontraba en ruinas después de la guerra estuvieron inspiradas en el actor y director italiano Giorgio Strehler. Fue tildado de “izquierdista”, pues a sus 15 años ya mostraba tendencias de vanguardia, en contraste con el estilo clásico argentino de la época.
En 1969 llegó a Venezuela, donde fue recibido por la periodista y directora del Ateneo de Caracas, María Teresa Castillo, y  su esposo, Miguel Otero Silva, director del diario El Nacional. Realizó aproximadamente 80 montajes en Argentina, Estados Unidos, México, Perú, España, Rusia, Italia y Venezuela, que participaron en los más prestigiosos festivales internacionales de teatro del mundo.
Su vanguardia fue recibida con elogios por algunos y con críticas por otros. Uno de sus clásicos, “La orgía”, causó conmoción entre los gobernantes y la conservadora sociedad caraqueña. Era una propuesta simbolista que denunciaba a todos los niveles la corrupción imperante, como lo afirma Gloria Pazos en su artículo “Rajatabla, presencia y significación”.
El montaje fue suspendido por amenazas del gobierno de Rafael Caldera y otros sectores influyentes del país, que lo consideraron “pornografía”.
Luego de la suspensión de “La orgía”, Giménez volvió a Córdoba hasta que Miguel Otero Silva lo invitó a dirigir una versión de Don Mendo. En ese momento volvió a Caracas definitivamente.
Durante sus viajes adoptó una visión pública del teatro y decidió aplicarla en Venezuela. Su objetivo era abrir las tablas a un público más amplio. Para lograrlo, trabajó con jóvenes de liceos caraqueños, como el Gustavo Herrera, y desarrolló  temáticas críticas.
Con el grupo Rajatabla, primera compañía teatral del país, captó el interés de los más jóvenes y montó exitosas piezas como “Lanzas coloradas”, una adaptación de la obra de Arturo Uslar Pietri.
Me interesa que mis espectáculos sean vistos siempre por la mayor cantidad de público, pero pienso que no hay que hacer un teatro para el público, hay que formar un público para el teatro. El teatro es una reserva moral, por eso tiene que cumplir una misión”, dijo Giménez en una entrevista con E.A Moreno-Uribe.
Carlos Giménez murió en Caracas, el 28 de marzo de 1993, a los 46 años de edad.





Murió en Caracas el gran creador teatral Carlos Giménez/ El Tiempo, Bogotá, 11 de abril de 1993






Venezuela ha sido en los últimos lustros refugio de escritores y artistas. Ahí llegó en los años 60, para quedarse el dramaturgo y teatrero argentino Carlos Giménez. Fundó y puso a toda máquina el famoso grupo Rajatabla, tomando el nombre del libro de cuentos de Luis Britto García, ganador del Casa de las Américas. Controvertido, apasionado (era natural de Córdoba), llorón, dirigió el Festival Internacional de Teatro de Caracas, organizó el Centro de Directores para el Nuevo Teatro y el Taller Nacional de Teatro, y montó Fiebre de Otero Silva, El señor presidente de Asturias, Bolívar de Rial, El coronel no tiene quién le escriba de Gabo. Y terminó, ahí en Caracas, su última función en la última semana de marzo, aún joven, vencido por el sida.


Fuente: El Tiempo, Bogotá, 11 de abril de 1993










Carlos Giménez y Carlos Andrés Pérez / por Carmen Guedez, Tinta Indeleble, España





(...)

A CAP le vi una sola vez y me dejó un buen recuerdo. Fue el día del velatorio del director de teatro Carlos Giménez. CAP hizo un alto en sus actividades y, sorpresivamente, se presentó en la funeraria “Vallés” y cubrió el féretro con nuestra bandera nacional. Cuando vi aquello, rompí a llorar de la emoción por algo tan inesperado. Todavía me parece ver a la anciana madre de Carlos, en el cementerio, con nuestra bandera en sus manos mientras su genial hijo descendía al lugar de su último reposo.

(...)

Carmen Guedez
Tinta Indeleble


Lee el artículo completo: aquí




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