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WILLIAM LOPEZ: “La importancia del FITC en la escena teatral venezolana fue fundamental, fue lo más descollante que tuvo el teatro en Venezuela”, Caracas, noviembre de 2023 / del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992"




©Rolando Peña-Karla Gómez



Yo trabajé con Carlos Giménez desde el I FITC en 1973 hasta el último que él dirigió en 1992, siempre como Director de Logística. Y después seguí trabajando en los siguientes festivales que se hicieron después de la muerte de Carlos.

El FITC fue muy importante para mí porque fue mi realización como profesional, una profesión que yo había empezado con Carlos y Rajatabla en 1971 y el FITC, con sus grandes retos, me enseñó muchas cosas, a resolver graves problemas de forma inmediata, a inventar donde supuestamente no se podía hacer nada. Y quizá por eso Carlos me convirtió en una especie de su mano derecha, aparte de lo que significó Gisela Pérez Guzmán para Carlos y el  festival.  El FITC fue una gran escuela para mí. Me enseñó mucho de producción; me  ayudó a conectarme con la mayoría de los directores del mundo; viajé a muchos países enviado por Carlos. El FITC tuvo una significación descollante en mi vida, pues.  Me ayudó a construir parte de mi personalidad.

La importancia del FITC en la escena teatral venezolana fue fundamental, fue lo más descollante que tuvo el teatro en Venezuela, le permitió a los grupos relacionarse con los mejores grupos del mundo y con los directores y directoras de teatro del mundo entero. Y el público venezolano tuvo la oportunidad de ver las  mejores obras y espectáculos que había en el mundo, a precios accesibles y hasta gratis. El FITC marcó y fue una huella importante en la  historia del teatro venezolano. Y no creo que el festival haya perjudicado en nada al teatro nacional, al contrario, se benefició al ver esas grandes puestas en escenas y también por tener la posibilidad de tomar talleres y asistir a conferencias de los grandes referentes del teatro mundial. Y además originó el despertar de jóvenes directores que estaban empezando en esa época.

Yo creo que el dinero que se usó en el FITC estaba muy bien utilizado porque el dinero que se invierte en cultura enriquece al pueblo. Además con ese dinero se acondicionaron todos los teatros, no sólo de Caracas sino también del interior del país, teatros  que luego fueron usados por los grupos nacionales. Así que creo que fue una gran inversión.

María Teresa Castillo para nosotros fue alma y vida. Gracias a ella se pudo hacer el FITC y también se pudo crear Rajatabla. Y además fue el alma mater de la cultura de Venezuela durante más de 70 años. Siempre contamos con su apoyo y sin ella el festival nunca se hubiera podido hacer, porque ella nos ayudaba con sus contactos y su presencia era vital, era como una diosa para nosotros.

La presencia de Carlos en el quehacer teatral venezolano fue importantísima, vital, un ángel generador  de sueños y de proyectos que llenó de vida al teatro venezolano. Él era el corazón, la columna vertebral, él era todo. Para Rajatabla, para el mundo teatral venezolano y fundamentalmente para la existencia del festival que existió gracias a esa capacidad de trabajo y creativa  y los contactos internacionales que Carlos tenía. Carlos fue pieza fundamental e imprescindible en el FITC.

Anécdotas tengo miles. Como hacerme pasar por el secretario del presidente Carlos Andrés Pérez para poder sacar del aeropuerto una carga, el día sábado, de una exposición que se iba a inaugurar al día siguiente. La aduana estaba cerrada ese día así que  yo conseguí el teléfono del gerente de la aduana, le dije que era el secretario del presidente y que necesitaba urgente que me diera esa carga… ¡y me la dio!  

Otra anécdota es cuando yo vivía en París. Carlos me llamó un día y me dijo que fuera, con una nota de él, a Grecia para entrevistarme con la actriz y ministra de cultura Melina Mercouri para invitarla al FITC como invitada especial. Llegando a Atenas la llamé y ella tuvo un gesto muy bonito, ya que no sólo recibió la carta de Carlos sino que me invitó a almorzar en un restaurante que habían creado en su honor.

Cuando vino invitado  el ministro de Cultura de Francia, Jack Lang, muy amigo de Carlos y a quien Carlos había conocido en su primera gira europea a los 18 años, Carlos me dijo que fuera su ataché y yo en mi moto lo llevaba para todas partes para que conociera Caracas.

Quiero hacer un reconocimiento a Francisco “Paco” Alfaro, que también se nos fue, que fue siempre el administrador del festival y hacía malabares para resolver los problemas económicos que teníamos, cuando la plata no llegaba o no alcanzaba. Con él y Carlos vivimos grandes momentos y los tres éramos piezas fundamentales del festival junto a Gisela Pérez Guzmán y por supuesto María Teresa Castillo.

 

 

WILLIAM LOPEZ

Productor teatral y cultural venezolano. Presidente de la Fundación Rajatabla. Ex Director de Logística del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Ex Director de Cultura de la Alcaldía Mayor de Caracas.  Ex Director del programa cultural “Caracas te quiero” del Ministerio de Cultural. Ex presidente del Poliedro de Caracas. Ex Director del Programa Cultural del Palacio Presidencial Miraflores.

Estudió cine en París y teatro en España, además de en Venezuela.




 

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MARÍA TERESA-CARLOS-FITC 







 

CARLITOS SIN OLVIDO, por José Pulido: "Con su trabajo elaborado en un nivel que suscitaba admiración y asombro, Carlos Giménez logró que resultara imposible olvidar su obra y su carismática persona", Caracas febrero 2016, prólogo del libro "¡Bravo, Carlos Giménez!" (2016)





Hace poco tiempo Carlos Giménez estremecía y emocionaba los escenarios montando obras  de teatro que se convertían en acontecimientos de la cultura latinoamericana. Quienes fueron espectadores de aquella época teatral sienten que eso fue ayer nomás. Pero en realidad, los años pasaron como una angustiosa tromba, tan aprisa, que hoy, cuando se menciona el nombre de Carlos Giménez, muy pocos individuos de las nuevas generaciones saben de quién se está hablando y por qué. El olvido es una injusticia.

Sin embargo, la memoria que envuelve como una matriz a Carlos Giménez, está allí, consolidándose en hemerotecas y bibliotecas, en la historia del teatro mundial y latinoamericano. Y siempre habrá alguien transitando los ámbitos de los archivos y los recuerdos. Alguien que perennemente se encontrará con Carlitos y sus hazañas en el arte y lo mencionará y lo hará renacer.

Con su trabajo elaborado en un nivel que suscitaba admiración y asombro, Carlos Giménez  logró que resultara imposible olvidar su obra y su carismática persona. El día que captó la atención de una creadora llamada Viviana Marcela Iriart, se puso en marcha la maravilla de incorporar la palabra del espectador al proceso mágico y emocional del teatro.

Transcurrieron los años sin ese teatrero portentoso y siguen transcurriendo con ese vacío, pero ahora Viviana se ha dedicado a buscar la opinión de muchos latinoamericanos sobre lo realizado por Carlos Giménez en el teatro, y muy particularmente en la escena venezolana.

Ella ha logrado que mucha gente saque a relucir sus recuerdos, sus vivencias con Giménez y eso enriquece esta memoria y ahuyenta el olvido. Porque cada persona escogida conoció a Carlitos, lo trató, lo vivió como una temporada dinámica, transformadora y muy especial del arte escénico.

Leonardo Azpárren Jiménez dijo algo tan auténtico y sincero que vale la pena reproducirlo aquí:

 "La muerte de Carlos Giménez significó para el teatro la pérdida de su dirigente más importante y más temido, incluso por las instancias gubernamentales. Porque más allá de su labor como director, que fue sumamente importante porque nadie pudo ser y nadie podrá ser indiferente a sus criterios sobre la puesta en escena y sobre la forma como él construía sus espectáculos, supo ser un gran dirigente con una marcada influencia social. De tal manera que el teatro venezolano no ha vuelto a tener una persona como él. Yo, que lo critiqué duro y que la gente en el mundo del teatro sabía que no había una sintonía buena entre nosotros dos, reconozco que su ausencia es una de las peores cosas que le ha ocurrido al teatro venezolano”.

En medio de sus reflexiones honestas y certeras, Marta Candia dijo “Hola Carlitos, no estoy recordándote porque siempre estás en el tiempo que pasa tan rápido...”. Y por su parte, Sonia Martin también le habló al hombre y su recuerdo: “Viniste a este mundo a hacer lo que tenías que hacer y lo has hecho perfecto. Te puedes ir con tranquilidad y los honores te los pondremos nosotros, los que te admiramos”.

Cada persona motivada por Viviana Marcela Iriart, fue haciendo un retrato de Giménez, un perfil revelador y eso se verá, más temprano que tarde, como un álbum valioso de la familia latinoamericana. No hay alabanzas inmerecidas ni descripciones exageradas: sólo reconocimientos de un espíritu y de una obra colocados en la justa balanza del arte.

Pilar Romero,  una de las mejores amigas y compañeras de teatro de Carlos Giménez en Venezuela expresó: “Es el gran ausente de la escena venezolana. En la época de los festivales internacionales estaba en Caracas –sin muchos recursos- el mejor teatro del mundo y Carlos siempre con su voz de mando decía ¡Puerta libre!  Era teatro del primer mundo sin tener que costearnos caros pasajes a tierras lejanas. Fueron banquetes artísticos…Tenía una generosidad que se perdía de vista”.

La actriz Norma Aleandro, cuyo talento es recordado siempre en Venezuela, comentó lo siguiente sobre Carlos Giménez:
“Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo”. 

 Carlos era un ser humano tan individual que brillaba en cualquier oscuridad y bajo las luminarias del más intenso encandilar. Pero sabía unir a las personas en torno a una idea sin que se convirtiesen en masa amorfa, porque nada le gustaba más que la libertad de pensar por sí mismo.

Carlos Giménez hablaba con el sonido fascinante de la verdad, que en teatro se vuelve poesía y termina invocando al espíritu de Shakespeare. Su tono alcanzaba en los corazones la potencia y la belleza de una trompeta idónea para el juicio final.

 Nadie podría explicar con certera justicia por qué Carlos Giménez era tan creativo, inteligente y  carismático, aunque la lectura constante y profunda tuvo mucho que ver. Pero ese modo de ser que no se detenía en obstáculos y que lograba despertar lo mejor de cada quién será siempre una virtud misteriosa.

Cuando falleció tenía 46 años de edad y una trayectoria inimaginable: había estremecido los escenarios de varios continentes con el grupo Rajatabla del Ateneo de Caracas. Se dirá, con mucha razón, que un año de Carlos Giménez equivalía a una década. Pero esa sensación solo persiste en el ánimo de quienes tuvieron el privilegio de ver las obras que él dirigía. 


En una entrevista con Viviana Marcela Iriart, Carlos Giménez dijo:

 “…Invariablemente hay temas que me preocupan como el aspecto de la intemporalidad: el teatro no es un video, no es una película, sino algo absolutamente transitorio en su esencia. Sabemos que cuando baja el telón hemos visto una función que no volverá a repetirse nunca jamás”.

Caracas, febrero 2016





Lee gratis el libro haciendo clik abajo:







EL DÍA QUE DEJÓ DE LLOVER, versión de Pilar Romero de A la diestra de Dios Padre de Enrique Buenaventura, dirección Carlos Giménez: créditos 1981








Fuente: Carlos Cassina 
Ed. Monte Avila -Presidencia de la República de Venezuela, 1991








Fuente: 





MAGNUS E HIJOS, de Ricardo Monti, dirección Carlos Giménez: España, 1975




España, 1975





Fuente: 




AGUALINDA de Ricardo Acosta. Dirección e Iluminación: Carlos Giménez, 1983


















Fuente: Carlos Cassina 
Rajatabla 20 años, de Blanca Sánchez y David Rojas
Ed. Monte Avila -Presidencia de la República de Venezuela, 1991
Fotos Miguel Gracia



¡Bravo, Carlos Giménez! Esther Dita Kohn de Cohen: "Venezuela quedo como viuda de teatro", Caracas, marzo 2016













Yo planté 18 árboles en Israel a nombre de Carlos, porque 18 en hebreo significa vida, Jai, y yo quería por lo menos sentirme bien y que hubiera por lo menos 18 árboles con el nombre de Carlos porque yo lo quería muchísimo. Él estaba muy mal, habló mucho conmigo (cuando Carlos estaba internado en el Centro Médico y ella fue a visitarlo)…y… fue terrible… fue fuerte.

¡Y para la cultura venezolana ni se diga! Claro que significó fuertemente una pérdida demasiado grande para Venezuela, Venezuela quedó como viuda de teatro. Terrible.

No te puedo contar mucho de Carlos porque fueron muchas cosas pequeñas y grandes las que compartimos. Yo le ofrecí Prisma (antes de que Carlos se enfermara) pero él no lo quiso y después ofreció comprármelo pero el espacio ya estaba vendido (ríe con dolor). Yo se lo dije tanto a Carlos y a todos, pero nadie me apoyó cuando quería entregarle el espacio al gobierno, nadie quiso, ni siquiera él que podría haber dicho “déjamelo a mí” pero no quiso.

Tantas cosas que te dije, Carlos, podrías haber seguido con el teatro, tenías un espacio tan bonito conmigo y  hubieras hecho obras conjuntamente con el Rajatabla y yo me hubiera  ido tranquila porque sabía que en tus manos hubiera continuado realmente el seguimiento de mi obra, de lo que yo empecé a hacer.


©Esther Dita Kohn de Cohen
Mecenas de la cultura venezolana. Fundadora del Centro Cultural Prisma y Espacio Anna Frank.
Caracas, marzo 2016



Texto incluido en el libro ¡Bravo, Carlos Giménez! (2016)








¡Bravo Carlos Giménez! Marta Candia, directora de teatro: “Carlos era un generador de proyectos, tenía el sentido del avance, de la oportunidad…” / entrevista de viviana marcela iriart, fotos cortesía Marta Candia, Montreal, Enero 2016


Marta Candia y Carlos Gimènez














Carlos Gimènez,  Norma Aleandro y Marta Candia






¡Bravo, Carlos Giménez!  Porque Carlos (Argentina 1946-Venezuela 1993) en apenas 30 años de carrera dirigió más de 60 obras de teatro en Argentina, Venezuela y en Estados Unidos, donde fue invitado por el mítico Joseph Papp y creó ocho instituciones culturales de gran importancia.

¡Bravo, Carlos Giménez!  Porqué creó  el Festival Internacional de Teatro deCaracas, junto a la entrañable y talentosa María Teresa Castillo; el IUDET (Instituto Universitario de Teatro), el Grupo Rajatabla, el Taller Nacional de Teatro (TNT), el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CDNT), ASITEJ (Asociación Internacional de Teatro para la Juventud), Rajatabla Danza y, en Córdoba,  el grupo El Juglar cuando todavía era adolescente.

¡Bravo, Carlos Giménez!  Porque cuando Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura,  vio el “El Coronel no tiene quien le escriba” adaptada y dirigida por ti dijo de sus personajes: “No los reconozco, los conozco. No los había conocido, los conocí ahora. Yo me imaginaba cómo eran, pero nunca los había visto. Ahora los vi.”

¡Bravo, Carlos Giménez!  Por haber llevado a Venezuela lo mejor del teatro del mundo, permitiendo que tomáramos talleres con los grandes Maestros y Maestras y ver sus espectáculos a precios populares:Tadeusz Kantor, Berliner EnsemblePeter Brook, Giorgio StrehlerPeter SteinLindsay KempPina Bausch,Norma AleandroVanessa RedgraveKazuo OhnoTomaz PandurEva BergmanEugenio BarbaYves LebretonPeter Schumann,   Antunes FilhoGilles MaheuSantiago GarcíaDarío FoEls JoglarsFranca RameEllen StewartJosehp Papp Andrezj WajdaDacia Mariani

¡Bravo, Carlos Giménez! Por hitos como “Señor Presidente” de Miguel Ángel Asturias,  “Bolívar” y “La Muerte de García Lorca” de José Antonio Rial, “Martí, La Palabra” de Ethel Dahbar, “La Honesta Persona de Sechuan” de Brecht, “Tu país está feliz” de Antonio Miranda, “El Campo” deGriselda Gambaro, “La señorita Julia” de Strindberg, “Peer Gynt” de Ibsen, “El Coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez…  Porque sus obras fueron ovacionadas en Europa, Estados Unidos y América Latina.  Porque su talento como director y gerente cultural fue único, extraordinario, irrepetible en la escena latinoamericana.

¡Bravo, Carlos Giménez!  Porque a los 19 años gana sus primeros premios internacionales en los festivales de teatro de Cracovia y Varsovia (Polonia), uno de ellos otorgado por el 
Instituto Internacional de Teatro-Unesco (ITI)  y participa en el Primer Festival de Teatro de Nancy (Francia).

¡Bravo, Carlos Giménez!  
Porque a los 22 años recorre América Latina por tierra haciendo teatro para las hijas y los hijos de los mineros, los pescadores, las campesinas, los olvidados y olvidadas de la tierra y nunca dejó de hacerlo.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque fue generoso, amable, humilde y agradecido, aunque a veces la leyenda diga lo contrario. Un ser humano con todas las virtudes, defectos y contradicciones de los seres humanos.
Porque fue un genio.
Y nos hace mucha falta.







“Esta gira significó un descubrimiento pavoroso de América Latina, que va más allá de lo epidérmico. Entramos en contacto con la miseria total de América Latina.” 





Marta Candia








Marta, ¿en qué año, en qué ciudad y en qué circunstancias conociste a Carlos Giménez?
Caracas 1977. Yendo con un grupo a ver Los Caballeros de la Mesa Redonda, en una versión y puesta en escena de Temístocles López, donde participaba Hugo Márquez con su grupo Tiempo Común, además de muchos artistas independientes, otros de la calle, y Antonieta Colón con sus variaciones vocales que conferían a la pieza, una atmósfera muy particular. Un recuerdo para ese teatro derruido que quedaba en La Pastora, el Teatro Alcázar…imponente, todo un coliseo en ruinas con una iluminación que confería a la pieza así como al público un ambiente casi sobrenatural.

¿Cómo era Carlos entonces?

Carlos era Carlos como yo soy yo….cómo explicar, era un artista, a los artistas no se los explica, se los ve inmersos en sus obras y en su continuidad creativa.

¿Crees que Carlos cambió cuando se hizo famoso y se convirtió casi en el hombre más poderoso de la cultura venezolana?

Que yo sepa nunca hubo hombres poderosos en la Cultura Venezolana….qué significa ser poderoso….lo que ocurre es que Carlos era un generador de proyectos, tenía el sentido del avance, de la oportunidad y por supuesto que esa dinámica le daba una proyección diferente a su trabajo y su aproximación al Ministerio de la Cultura. Además la creación del Festival Internacional de Teatro lo propulsaba más aún….y le daba acceso a relaciones de alto nivel no solo  nacionales sino también internacionales.
Si hablamos no de poder sino de ambición, Carlos la tenía y a pesar de no haber dejado un relevo de puesta en escena….yo diría…. quién, aparte de Orlando Arocha y Juan Carlos Gené lo hicieron…fíjate, el TNT continuó, el Teatro del Contrajuego, el GA80, sin olvidar a Eduardo Gil  y su magnífico equipo en el Teatro Luis Peraza.
Por lo que concluyo que ser “poderoso” es tener proyectos y producirlos.

Carlos era un hombre muy generoso, de ayudar mucho a la gente tanto con dinero como con trabajo.  En general tenía un carácter muy apacible pero cuando se enojaba estallaba como un volcán. Yo, que trabajé con él, lo escuché gritar muchas veces pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue tu relación con él?

Excelente, él me decía lo que me tenía que decir y yo lo mismo o al revés…..nunca nos dejamos de hablar y nos queríamos y respetábamos mucho.

Como directora de teatro, ¿qué era lo que más te impactaba de su trabajo como director?

Lo espectacular….

Cuando Carlos tuvo que renunciar al Ateneo el Centro Cultural Prisma, que tú fundaste junto a Dita Cohen, le abrió las puertas y lo contrató, cuando  yo trabajaba con ustedes. Un día Carlos llegó y me contó lo agradecido que estaba porque ustedes le habían llamado. A mí me sorprendió, porque no pensé que necesitaba dinero, pero sí, necesitaba. ¿Cómo fue tu relación con ese Carlos caído en desgracia?

La Fundadora del CCPrisma fue Dita Cohen, como Presidenta,  junto a Omar Gonzalo como Director Académico y yo como Directora Artística.  Carlos era muy querido en Prisma y fue contratado con otros profesores para dar 2 charlas sobre La Puesta en Escena dentro del ciclo “Acercamiento al hecho teatral”. Que Carlos haya tenido un traspié no quiere decir caer en desgracia… uno se levanta y sigue… a lo mejor los traspiés hay que agradecérselos a la vida.
Mi relación con Carlos siempre fue la misma, colegas y afectuosas.

¿Cómo era Carlos como profesor?

No sé, yo presencié solamente algunos ensayos y siempre pensé que para él lo más apropiado era  "poner en escena", lo cual no dejaba de ser también un aprendizaje para todos los que quisieran reconocerlo.

¿Cuál de sus obras te impactó más?   
                        
La muerte de García Lorca (José Antonio Rial)
Bolívar (José Antonio Rial)

¿Qué significó para ti la muerte de Carlos?

Así como el nacimiento es el momento más bello e iluminado, la muerte está allí y aparte de la separación momentánea, tenemos delante un espacio desnudo... un espacio de luz para recrearnos en otra historia.

¿Y para la cultura venezolana?

¡Fue una pérdida muy importante! Carlos llegó y sacudió el ritmo teatral caraqueño…obligando a hacer del teatro una fiesta… sacarlo a la calle… que todos se sintieran partícipes, pues en ese pequeño edificio de Rajatabla se fabricaba el pan….

 ¿Qué es lo que más valoras de su trabajo y de su persona?

 La honestidad como artista y la lealtad como persona.
¿Quieres contarme alguna anécdota que hayas vivido con él? Puede ser más de una.
Una vez en su casa, estábamos un grupo bebiendo champagne y Carlos, que había tomado muchísimo pues era su bebida favorita, de pronto desapareció… después de un larguísimo rato escucho que me llama a los gritos... voy  a su cuarto. Estaba sentado en la cama  con la cabeza inclinada mirando sus zapatos, estático, como embrujado. Me dice "Martita, no me puedo atar los zapatos, ¿podrías tú hacerlo?". Me arrodillo para atárselos y  él comenzó a reír mientras decía "menos mal que no hay ningún crítico de teatro aquí, saldría la foto de la gran Marta Candia atándole  los zapatos al gran Carlos Giménez... ¿qué estarán tramando…?"

¿Hay  algo que no te haya preguntado que quieras contar?

 A Carlos se le podía tener una mezcla de amor-odio, ó de amor ó de odio, pero nunca ignorarlo… fue un grande en muchos sentidos y también sumamente imperfecto… Yo no puedo olvidar aquel Festival Internacional  de Teatro, el último… inmenso, increíble con La Gran Parada realizada por la compañía francesa "Royal de Luxe",  casi una gran despedida que nos dejó  Carlos... una exaltación de lo grandioso del teatro propio o ajeno... pero de todos...

Si Carlos pudiera escucharte, ¿qué le dirías?

Hola Carlitos, no estoy recordándote porque siempre estás en el tiempo que pasa tan rápido...
 

Enero 2016
©Fotos cortesía Marta Candia



Blog Carlos GiménezCG
Blog Marta Candia: MC




 Marta Candia: directora de teatro. Fundadora del “Centro Cultural Prisma” junto a Esther Dita Cohen y Omar Gonzalo. Ha dirigido más de 30 obras en Argentina, Venezuela y Canadá. 





Entrevista incluida en el libro













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