©Rolando Peña-Karla Gómez |
Yo trabajé con Carlos Giménez desde el I FITC
en 1973 hasta el último que él dirigió en 1992, siempre como Director de
Logística. Y después seguí trabajando en los siguientes festivales que se
hicieron después de la muerte de Carlos.
El FITC fue muy importante para mí porque fue mi realización
como profesional, una profesión que yo había empezado con Carlos y Rajatabla en
1971 y el FITC, con sus grandes retos, me enseñó muchas cosas, a resolver graves
problemas de forma inmediata, a inventar donde supuestamente no se podía hacer
nada. Y quizá por eso Carlos me convirtió en una especie de su mano derecha,
aparte de lo que significó Gisela Pérez Guzmán para Carlos y el festival. El FITC fue una gran escuela para mí. Me
enseñó mucho de producción; me ayudó a
conectarme con la mayoría de los directores del mundo; viajé a muchos países
enviado por Carlos. El FITC tuvo una significación descollante en mi vida, pues. Me ayudó a construir parte de mi
personalidad.
La importancia del FITC en la escena teatral
venezolana fue fundamental, fue lo más descollante que tuvo el teatro en
Venezuela, le permitió a los grupos relacionarse con los mejores grupos del
mundo y con los directores y directoras de teatro del mundo entero. Y el
público venezolano tuvo la oportunidad de ver las mejores obras y espectáculos que había en el
mundo, a precios accesibles y hasta gratis. El FITC marcó y fue una huella
importante en la historia del teatro
venezolano. Y no creo que el festival haya perjudicado en nada al teatro
nacional, al contrario, se benefició al ver esas grandes puestas en escenas y también
por tener la posibilidad de tomar talleres y asistir a conferencias de los
grandes referentes del teatro mundial. Y además originó el despertar de
jóvenes directores que estaban empezando en esa época.
Yo creo que el dinero que se usó en el FITC estaba muy
bien utilizado porque el dinero que se invierte en cultura enriquece al pueblo.
Además con ese dinero se acondicionaron todos los teatros, no sólo de Caracas
sino también del interior del país, teatros que luego fueron usados por los grupos
nacionales. Así que creo que fue una gran inversión.
María Teresa Castillo para nosotros fue alma y vida.
Gracias a ella se pudo hacer el FITC y también se pudo crear Rajatabla. Y
además fue el alma mater de la cultura de Venezuela durante más de 70 años.
Siempre contamos con su apoyo y sin ella el festival nunca se hubiera podido
hacer, porque ella nos ayudaba con sus contactos y su presencia era vital, era
como una diosa para nosotros.
La presencia de Carlos en el quehacer teatral
venezolano fue importantísima, vital, un ángel generador de sueños y de proyectos que llenó de vida al
teatro venezolano. Él era el corazón, la columna vertebral, él era todo. Para
Rajatabla, para el mundo teatral venezolano y fundamentalmente para la
existencia del festival que existió gracias a esa capacidad de trabajo y
creativa y los contactos internacionales
que Carlos tenía. Carlos fue pieza fundamental e imprescindible en el FITC.
Anécdotas tengo miles. Como hacerme pasar por el
secretario del presidente Carlos Andrés Pérez para poder sacar del aeropuerto
una carga, el día sábado, de una exposición que se iba a inaugurar al día
siguiente. La aduana estaba cerrada ese día así que yo conseguí el teléfono del gerente de la
aduana, le dije que era el secretario del presidente y que necesitaba urgente
que me diera esa carga… ¡y me la dio!
Otra anécdota es cuando yo vivía en París. Carlos me
llamó un día y me dijo que fuera, con una nota de él, a Grecia para
entrevistarme con la actriz y ministra de cultura Melina Mercouri para invitarla
al FITC como invitada especial. Llegando a Atenas la llamé y ella tuvo un gesto
muy bonito, ya que no sólo recibió la carta de Carlos sino que me invitó a
almorzar en un restaurante que habían creado en su honor.
Cuando vino invitado
el ministro de Cultura de Francia, Jack Lang, muy amigo de Carlos y a
quien Carlos había conocido en su primera gira europea a los 18 años, Carlos me
dijo que fuera su ataché y yo en mi moto lo llevaba para todas partes para que
conociera Caracas.
Quiero hacer un reconocimiento a Francisco “Paco”
Alfaro, que también se nos fue, que fue siempre el administrador del festival y
hacía malabares para resolver los problemas económicos que teníamos, cuando la
plata no llegaba o no alcanzaba. Con él y Carlos vivimos grandes momentos y los
tres éramos piezas fundamentales del festival junto a Gisela Pérez Guzmán y por
supuesto María Teresa Castillo.
WILLIAM LOPEZ
Productor
teatral y cultural venezolano. Presidente de la Fundación Rajatabla. Ex
Director de Logística del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Ex
Director de Cultura de la Alcaldía Mayor de Caracas. Ex Director del programa cultural “Caracas te
quiero” del Ministerio de Cultural. Ex presidente del Poliedro de Caracas. Ex
Director del Programa Cultural del Palacio Presidencial Miraflores.
Estudió
cine en París y teatro en España, además de en Venezuela.
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