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MIGUEL HENRIQUE OTERO: María Teresa Castillo, una vida para el Teatro, Madrid, 13 de octubre de 2023 / del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992"







©Rolando Peña-Karla Gómez






María Teresa Castillo -mi madre- nació en 1908. Habrían de transcurrir cinco décadas hasta el momento, sin duda afortunado, en que fue designada Presidenta del Ateneo de Caracas en 1958, primer paso en su camino hacia la creación del Festival Internacional de Teatro en 1973.

 

Desde muy joven tuvo una vida de extraordinaria intensidad. Siendo una adolescente se vinculó a la política, a las luchas sociales, a la actividad cultural y al periodismo. Su corazón fue siempre el de una justiciera. Estuvo próxima a la generación de 1928; se hizo parte del movimiento comunista; repartía propaganda en contra de la dictadura gomecista; vivió un año en New York trabajando como costurera; estuvo detenida, en tiempos de López Contreras, casi todo un año, por participar en actividades políticas de calle; trabajó como reportera en el diario Últimas Noticias, bajo la dirección de Kotepa Delgado; en la primera etapa de Radio Caracas Radio fue conductora de un programa de temas misceláneos. En 1946 se casó con el escritor y periodista Miguel Otero Silva. De ese matrimonio venimos mi hermana Mariana y yo.

 

En 1931, la iniciativa de un grupo de artistas, escritores e intelectuales que frecuentemente organizaban pequeños eventos culturales, se materializó en la fundación del Ateneo de Caracas. En una primera etapa, estuvo bajo la dirección de la compositora y pianista, María Luisa Escobar. En 1958, tras el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, María Teresa Castillo, que había estado vinculada al Ateneo desde su fundación, fue designada presidenta, lo que da inicio a una etapa, de cinco décadas, de excepcional florecimiento y proyección.

 

Bajo su liderazgo inspirador, el Ateneo de Caracas se convirtió en la institución cultural privada más importante de Venezuela y América Latina, y en un modelo de gestión e interacción cultural. El Ateneo logró crear una editorial; fundó una revista, Papeles, que se constituyó en un hito entre las revistas culturales y de ideas en el continente; estableció una galería de arte; una librería; una escuela de cine; estimuló la fundación de grupos de teatro; puso en movimiento una permanente programación de espectáculos musicales -de lo popular a lo clásico- teatrales, dancísticos; promovió miles de debates intelectuales y artísticos de diversa índole.

 

Todo lo que se pueda recapitular hoy, resultará insuficiente para ofrecer una idea de lo que esa institución significó para los caraqueños y para el movimiento cultural venezolano. El Ateneo se expandió y se profesionalizó, no sólo para atender al crecimiento del público cultural, sino bajo el estímulo de las instituciones democráticas del país, que asumieron, con amplio criterio, el beneficio para la sociedad venezolana que significaba -y significa siempre- una actividad cultural amplia, constante, diversa y abierta a lo nuevo: justo los valores a los que respondía el activismo del Ateneo de Caracas. El resultado de este enorme activismo es bien conocido: la sede del Ateneo y sus alrededores -la Plaza Morelos, la plaza de los Museos, el Teatro Teresa Carreño- se convirtieron, por decisión de los caraqueños y los visitantes, en el centro cultural de la ciudad.

 

 

La irrupción del Festival Internacional de Teatro


El Nacional, 1974


 











El interés del Ateneo de Caracas por el teatro se remonta hasta su fundación. En biografías y memorias se cuenta cómo, en los hogares y la propia sede, aunque los espacios no fuesen los más adecuados, se realizaban con sorprendente frecuencia, espectáculos en escala reducida.

 

En 1951, el actor y director de teatro chileno Horacio Peterson, que había emigrado a Venezuela, comenzó a dirigir la escuela de teatro del Ateneo de Caracas. Esa fue una, entre numerosas otras iniciativas, que el Ateneo desarrolló como parte de sus programas a favor del teatro. A lo largo de todo el año, el público podía encontrar espectáculos de calidad, algunos provenientes de América Latina, de las universidades y de las regiones venezolanas.

 

Con la llegada de María Teresa Castillo a la dirección de la institución, la actividad teatral recibió un enorme empuje. El fundamental Grupo Rajatabla, creado en 1971 por el director argentino Carlos Giménez -quizá la compañía teatral venezolana que ha alcanzado la mayor proyección internacional-, se fundó bajo el estímulo del Ateneo y de María Teresa Castillo. Desde mediados de los años sesenta, los espectáculos teatrales tenían un estatuto central en la programación del Ateneo. 

 

Carlos Giménez, que había nacido en Argentina, en 1946, era un multifacético hombre del teatro. Además de director, dramaturgo, luminista, escenógrafo y productor, se desempeñó en la televisión como guionista y director. También, tan relevante como lo anterior, es que fue un eficaz gerente cultural y un creador de instituciones como grupos teatrales, festivales, premios, escuelas y más. Era una maquinaria de hacer cosas que, en alianza con mi madre, hicieron posible la idea y la materialización del Festival Internacional de Teatro, sin duda alguna, el más importante evento cultural venezolano producido en nuestro tiempo, que surgió en un país en el que la programación cultural vivía un momento de apogeo en los ámbitos más diversos.

 

Quiero recordar que cuando María Teresa Castillo y Carlos Giménez comenzaron a soñar con un festival, y hablaban de posibles invitados, logística y demás asuntos que demanda una empresa de semejante envergadura, no tenían ni un peso, ni las relaciones internacionales necesarias, ni estaban a la mano los profesionales que podrían constituir los equipos de producción, ni tampoco estaba claro si las salas de teatro disponibles en Caracas contaban con los recursos técnicos para afrontar las necesidades de los grupos extranjeros, ni sabían cómo reaccionarían los grupos internacionales ante una invitación proveniente de una ciudad que, hasta ese momento, no tenía una reputación consolidada como capital cultural (como sí la tenían Buenos Aires o Ciudad de México).

 

¿Qué hicieron María Teresa Castillo y Carlos Giménez ante aquellas descarnadas realidades? Emprendieron la organización del Festival Internacional de Teatro de Caracas, inseparables, decididos, incansables, activos, convencidos de los grandes beneficios que traería al país y al teatro, la causa que habían emprendido juntos. Lo organizaron una primera vez y lo continuaron haciendo mientras tuvieron fuerzas para hacerlo. Lo que comenzaron, hay que reconocerlo, casi sin planificación, aglutinó apoyos de toda índole, generó los equipos necesarios, ensambló las piezas necesarias para que, desde la primera edición, el Festival representase un acontecimiento para el público, la comunidad teatral, las empresas y las instituciones que dieron su apoyo, a pesar de que no había antecedentes.

 

Visto en retrospectiva, cabe formular la pregunta, ¿cuál podría ser un balance cualitativo, una vez que aquella iniciativa de dos emprendedores ha cumplido cincuenta años? Quiero proponer el siguiente:

 

Uno: Para el público representó un salto cualitativo, tener la oportunidad de ver las representaciones en salas de teatro, calles, plazas, canchas deportivas y en otros espacios, propuestas dramatúrgicas, escénicas y estéticas de una extraordinaria diversidad, a menudo en otras lenguas, por parte de agrupaciones teatrales provenientes de una impresionante cantidad de países.

 

Dos: Para la comunidad teatral venezolana, cada espectáculo y cada edición del festival se constituyó en una oportunidad de intercambio creativo, de visualización de propuestas distintas, de asistir a talleres o tertulias con grandes figuras de la escena, de categoría mundial, al tiempo que, para las agrupaciones venezolanas que se incluían en cada edición, fue la inestimable ocasión de mostrar sus montajes, sus capacidades y proyectos.

 

Tres: Una cuestión muy importante, a la que no siempre se le otorga la consideración que merece: lo que el Festival le trajo a Caracas como marca cultural. Caracas se convirtió en una referencia de categoría mundial en el mundo del teatro. Haber sido invitado al gran encuentro teatral de Caracas era una medalla, una forma de reconocimiento, un hecho que generaba prestigio.

 

Cuatro: El festival de Caracas se constituyó en una plataforma  de proyección del teatro internacional hacia América Latina. No me refiero al muy conocido ejemplo del Festival Internacional de Teatro de Colombia, sino al hecho menos conocido, de cómo, luego de las presentaciones en Caracas, los grupos visitantes aprovechaban y organizaban giras por otras ciudades de América Latina: Lima, Guayaquil, Buenos Aires, Santiago de Chile, Montevideo y otras. Caracas era el primer paso de giras teatrales cada vez más ambiciosas.

 

Cinco: Aunque no es posible tener una cuantificación exacta de la cantidad de público que disfrutaba de cada festival, entre otras razones porque el número de espectáculos de calle eran numerosos, tanto en Caracas como en otras ciudades. Recuerdo que en una entrevista que concedió a El Nacional, en 1990 o 1991, Carlos Giménez estimaba que, en las 8 primeras ediciones del Festival Internacional de Teatro, el público superaba los 3 millones de personas.

 

Seis: Una de las preocupaciones fundamentales de los organizadores del festival era que fuese lo más accesible y democrático posible. Se distribuían miles y miles de boletos sin ningún costo, había espectáculos gratuitos y de calle. Ese fue un factor democratizador de mucho peso. María Teresa Castillo repetía, que el festival no debía abandonar nunca su objetivo social y su objetivo educativo.

 

Siete: Durante los días que duraba el festival, en Caracas se establecía un ambiente muy especial, que tenía de orgullo, de júbilo, de encuentro, de nuevas experiencias visuales y estéticas, de despliegue cívico y artístico. En la medida en que el festival se proyectó hacia otras ciudades, el fenómeno comenzó a reproducirse en otras ciudades. El Festival Internacional de Teatro demostró, de forma categórica, que las disciplinas artísticas alientan la convivencia.

 

Cuando se revisa, con el cuidado necesario, los programas de cada edición, la lista de invitados, la cantidad y calidad de eventos realizados; cuando se leen los nombres de los directores y las agrupaciones que estuvieron en Venezuela; cuando se reflexiona sobre la diversidad dramatúrgica, escénica, lingüística, musical y discursiva que se expresó en Caracas; cuando se piensa en todos los esfuerzos profesionales, organizativos, logísticos, empresariales e institucionales que participaron con entrega y generosidad; cuando uno pone todas estas cosas, una al lado de la otra, no cabe sino asombrarse, preguntarse cómo fue posible, y decir, gracias a Carlos Giménez y gracias a María Teresa Castillo, dos héroes cívicos del siglo XX venezolano.




 

MIGUEL HENRIQUE OTERO

(CaracasVenezuela3 de marzo de 1947) es un periodista venezolano, presidente y director del periódico El Nacional. Fue vicepresidente del Bloque de Prensa, la asociación de prensa principal de Venezuela. Henrique Otero es reconocido como pionero en el uso de nuevas tecnologías en el periodismo y en la gestión de empresas de medio de comunicación. También fue presidente del Grupo de Diarios América, miembro de la directiva de la Sociedad Interamericana de Prensa y de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA). Es hijo del escritor Miguel Otero Silva.

Otero se graduó con un título Matemáticas de la Universidad Central de Venezuela. Después de realizar estudios de posgrado en administración empresarial, viaja a Europa para estudiar economía en Churchill CollegeCambridge, y sociología en la Universidad de Sorbonne. Después de regresar a Venezuela empieza una extensa actividad cultural, política y empresarial que continúa hoy en día.

Actividad pública

En 1977 fue nombrado como secretario general del Ateneo de Caracas. Fundó la Editorial Ateneo de Caracas, donde más de 600 obras han sido publicadas. En 1983 es electo como diputado independiente para el Congreso Nacional representando al estado Anzoátegui, nombrado por Democracia Cristiana. En 1988 es reelecto y en 1993 repite otro periodo, pero con una base uninominal. 

A finales de 2007 Otero fundó el movimiento de oposición Movimiento 2D que apoyó a la coalición de partidos políticos opositores de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones parlamentarias de 2010. En abril de 2015, la juez María Eugenia Núñez ordenó la prohibición de salida de Venezuela a 22 directores de El NacionalLa Patilla y Tal Cual, incluyendo a Miguel Henrique Otero, acusados de difamación agravada del presidente de la Asamblea NacionalDiosdado Cabello. A raíz de amenazas y medidas legales, Henrique Otero huyó de Venezuela y se ha visto obligado a dirigir su periódico desde Madrid. El gobierno venezolano ha llevado a cabo varias demandas de naturaleza política y lo ha amenazado públicamente con arrestarlo de regresar a Venezuela.

Premios

  • El 23 de noviembre de 2010 recibió el Premio Internacional de Periodismo presentado por el diario El Mundo de España.
  • En 2015 recibió el Premio Luca De Tena, otorgado por el diario ABC de España. La nominación de Miguel Henrique Otero fue propuesta por el expresidente español José María Aznar y el expresidente colombiano Andrés Pastrana.
  • El 12 de julio de 2017 obtuvo el premio Libertad otorgado el Club Liberal de España.

 

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MARÍA TERESA-CARLOS-FITC 1973-1992




JOSÉ SIMÓN ESCALONA: “María Teresa Castillo fue la impulsora, la gran animadora, la madre, pero no solamente del FITC, de todo el Teatro Venezolano de su tiempo (…) Carlos Giménez fue un internacionalista cultural fuera de serie. Comparable solo a sus extraordinarias dotes artísticas”/ entrevista de Viviana Marcela Iriart, Caracas, 27 de septiembre de 2023/ del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992" (2023)









  

©Rolando Peña-Karla Gómez





Hola José Simón, ¿en qué FITC trabajaste y cuál fue tu tarea en él?

Inicié mi relación con el Festival desde el primero, como parte del Ateneo de Caracas y espectador entusiasta del FITC. Participamos como GRUPO THEJA en el Segundo, representando el Teatro Liceísta Nacional con nuestro primer montaje “Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta” de Pablo Neruda, por invitación de María Teresa Castillo y CarlosGiménez. Desde esa oportunidad fuimos invitados a casi todas las ediciones. También formé parte de la Junta Directiva del Festival durante varias ediciones.

  

A continuación una relación de las obras representadas como GRUPO THEJA en cada edición del FITC.

1974. II FITC. “Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta” de Pablo Neruda. Director: José Simón Escalona

1976. III FITC. “Mientras se espera la muerte” de Edgar Mejías. Director: José Simón Escalona

1978. IV FITC y Festival de las Naciones Unidas. “La escopeta” de Paul Williams. Director: José Simón Escalona

1981. V FITC “Calígula, una pasión sin futuro”. Escrita y dirigida por José Simón Escalona

1983. VI FITC “Marilyn, la última pasión”. Escrita y dirigida por José Simón Escalona

1990. VIII FITC. El Grupo Theja representa el Teatro Nacional con 3 montajes:

“Autorretrato de artista con barba y pumpá” de José Ignacio Cabrujas, Director: José Simón Escalona

 “Geranio” escrita y dirigida por Xiomara Moreno. Producción: José Simón escalona

“Qué opina Ud. De la mujer que le quita el marido a otra” de Oscar Yánez y dirigida por Javier Vidal. Producción de José Simón Escalona

1992. IX FITC. Grupo Theja entre las instituciones integrantes de la creación del Premio Miyó Vestrini, dentro del marco del FITC. El Teatro Alberto de Paz y Mateos del grupo Theja se convierte en Subsede del FITC.

1995. X FITC. José Simón Escalona, integrante de la Junta Directiva del FITC

“Marilyn, la última pasión” de José Simón Escalona. Segundo montaje bajo la dirección de Javier Vidal.

2000. XII FITC. José Simón Escalona integrante de la Junta Directiva del FITC

2001. XIII FITC. José Simón Escalona, integrante de la Junta Directiva del FITC

“Hipólito Velado” de José Simón Escalona sobre textos de Eurípides, Seneca  y Racine. Director: José Simón Escalona

2002. XIV FITC. José Simón Escalona integrante de la Junta Directiva

“Territorio húmedo” de Angélica Escalona para Thejadanzateatro. Producción: José Simón Escalona

2004. XV FITC. José Simón Escalona, integrante Junta Directiva

“La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca. Dirección: Javier Vidal. Producción: José Simón Escalona

2006. XVI. José Simón Escalona, integrante Junta Directiva

“Autorretrato de artista con barba y pumpa”. De José Ignacio Cabrujas. Dirección José Simón Escalona

 “Cuerpos en Solo” de Angélica Escalona para Thejadanzateatro

2013. XVIII FITC “De todas todas” de José Simón Escalona. Director: Javier Vidal. Producción: Angélica Escalona

2015. XIV FITC Javier Vidal invitado especial para los espacios abiertos y de investigación sobre El Grupo Theja

 




¿Qué importancia personal tuvo para ti el FITC?

Definitivamente fue la mejor escuela para confrontar nuestro trabajo con lo mejor del teatro mundial y consolidar en estos importantes eventos una red de relaciones con distintos festivales internacionales para visitar países como Alemania, Egipto, España, Portugal, Brasil, Colombia, Ecuador y llevar nuestro trabajo a tan distintos espacios de exhibición y discusión sobre el arte teatral. Como miembro directivo del Festival durante varias ediciones, y como subsede con el Teatro Alberto de Paz y Mateos, fuimos enriqueciendo nuestra cultura escénica con el recibimiento de tantos grandes maestros y creadores que sería imposible de conocer en ninguna escuela de teatro. El FITC fue la experiencia más enriquecedora durante tantos años y trascendente en nuestra formación profesional.

¿Qué importancia cultural y económica crees que tuvo el FITC para Venezuela?

Creó su tiempo un público extraordinario para el Teatro Nacional. También para nuestro teatro, por la influencia de los mayores maestros del Siglo XX, dejó una escuela que influyó en la calidad y trascendencia del Teatro Venezolano.

¿Crees que el FITC benefició o perjudicó a los grupos de teatro nacionales?

Desde mi perspectiva, fue siempre un incentivo para la búsqueda de la excelencia. Las grandes producciones nacionales de esos tiempos, competían de igual a igual con los mejores espectáculos del teatro de arte mundial. Siempre nos quejamos porque nunca nada es perfecto, pero en el análisis de aquellos magnos eventos, y en la distancia de las pasiones, hay que reconocer que fue de gran trascendencia en nuestro desarrollo artístico. En lo personal, conocí el mejor teatro del mundo en mi propio país. Y tuve la oportunidad y distinción de formar parte de la directiva de un Festival modelo en el mundo. Inolvidable.

El FITC, además de acondicionar teatros y permitirnos acceder a ver y participar en talleres dictados por maestras y maestros de la escena mundial, ¿crees que sirvió para algo más?  ¿o que el dinero que se usó en financiarlo se podría haber usado para necesidades más urgentes?

Ojalá en estos tiempos la Cultura y en especial el Teatro, recibieran la atención y el apoyo financiero y de infraestructura, tanto oficial como privado que tuvo los Festivales Internacionales. El desarrollo del Teatro nacional sería brillante.

¿Crees que el público venezolano se volvió más exigente con las obras nacionales a partir del FITC?

Indudablemente, eran espectadores del mejor Teatro Mundial. Para nosotros, realizadores y creadores del patio, fue de una enorme exigencia y por supuesto implicó el desarrollo de nuestras mejores virtudes.

¿Qué significó María Teresa Castillo para el FITC?

Ella fue la impulsora, la gran animadora, la madre, pero no solamente del FITC, de todo el Teatro Venezolano de su tiempo. La influencia de esta mujer extraordinaria, su energía, su generosidad y empeños, dejaron una huella profunda, una semilla que renacerá de las cenizas de estos últimos 20 años de desdichas sociales, educativas, políticas, financieras, culturales…

¿Qué significó Carlos Giménez para el FITC?

 El ideólogo, el motor, el mejor productor y gerente. Un internacionalista cultural fuera de serie. Comparable solo a sus extraordinarias dotes artísticas.

¿Quieres contar alguna anécdota?

Disfruté de todos los espectáculos, encuentros, discusiones, pero hubo también un ambiente de íntima compenetración que eran las noches de los Teatros Permanentes. Una bacanal de emociones. Performances en sí mismos cargados de toda la belleza del teatro. Nos sentíamos libres y dioses. Las noches eran interminablemente excitantes.

 ¿Quieres contar algo que no te haya preguntado?

Me enamoré en cada Festival. Son secretos que llevamos también como aprendizaje y crecimiento interior. La vida secreta de los Festivales, eran tan inmensas como el disfrute estético de los escenarios. Una época GLAM.

¡Muchas gracias!

A ti. Es una empresa bellísima la que llevan con estos documentos. Y un honor participar de ellos.


 

JOSÉ SIMÓN ESCALONA

 Nace en Ciudad Bolívar, Edo. Bolívar, Venezuela, el 17 de mayo de 1954. Estudió Arquitectura en la Universidad Simón Bolívar y Artes en el Instituto Pedagógico de Caracas.

Dramaturgo, director, actor de teatro.  Productor, ejecutivo y autor de telenovelas en Radio Caracas Televisión, entre ellas La loba herida (1992), Sirena (1993) y Llovizna (1997).

Inicia su actividad artística como actor en 1967 y funda el GRUPO THEJA en 1.973, declarado Patrimonio Cultural de Caracas, agrupación cuyos éxitos han traspasado las fronteras de Venezuela  y en la cual se desempeña como Presidente Fundador y Director Principal.

Algunas de sus obras de teatro: Cuatro Esquinas; Señoras; Padre e hijo; Todo corazón, Amargo de Angostura; Jav y Jos; Marylin, la última pasión; Ángeles y Arcángeles; De todos todas; Rumberas. 



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Biografía de Carlos Giménez, creador del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) /del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992", ed. Escritoras Unidas & Cía. Editoras (2023)


 

Con Giorgio Strehler. ©Ángel Acosta/Aníbal Grunn



Nace en Córdoba, Argentina, el 13 de abril de 1946 y fallece en Caracas el 28 de marzo de 1993. Fue nacionalizado venezolano por decreto en 1977. Premio Nacional de Teatro 1990 (Venezuela). Fundador y director  del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) desde 1973 a 1992.

Nació en una familia clase media: su madre, Carmen Gallardo, costurera, había sido actriz de una compañía de teatro itinerante. Su padre era Juan María Giménez, chofer. Su madre fue su primera realizadora de vestuario y su hermana mayor, Anita, su primera productora y actriz de su grupo.

Director de teatro, creador de festivales nacionales e internacionales, gerente cultural, escenógrafo, iluminador, actor, musicalizador, dramaturgo, director de televisión, guionista.

En apenas 29 años dirigió 101 obras de teatro en siete países: Argentina, Venezuela, Estados Unidos, España, Perú, México, Nicaragua.

A los 10 años crea su primer grupo teatral, El Club de los Corazones Unidos, y un periódico cultural.

A los 17 años funda el grupo El Juglar, que rápidamente se convierte en una de las mejores agrupaciones de Argentina y realiza su primera gira europea por España, Italia y Francia, donde conoce a Jack Lange, director del Festival de Teatro de Nancy, que lo invita a participar del festival al año siguiente.

A los 19 realiza su segunda gira europea y gana sus dos primeros premios internacionales en Varsovia y Cracovia, Polonia, otorgados por el Instituto Internacional de Teatro-ITI-Unesco.

A los 20 años crea el Primer Festival Nacional de Teatro en Córdoba.

A los 22 años realiza su primera gira latinoamericana por tierra, que repetirá al año siguiente, llegando a Venezuela a finales de 1969, donde conoce a María Teresa Castillo.

En 1971 funda en Caracas el grupo Rajatabla, que se convirtió rápidamente en una de las mejores agrupaciones teatrales del mundo. Rajatabla fue un ejemplo de integración humana: estaba formada por personas de todas las razas, nacionalidades, sexo, orientación sexual, clases sociales.

Fue invitado a dirigir en inglés en Nueva York por el legendario productor de Broadway, Joseph Papp y participó en esa ciudad de varias ediciones del Festival Latino y Festival Shakespeare organizadas por Papp.

Fue invitado por Giorgio Strehler a dirigir su Piccolo Teatro di Milano en Italia  y por el Grupo Satyricon de Rusia, invitaciones que no pudo concretar debido a su prematura muerte.

Realizó giras por 33 países  en 3 continentes: América, Europa, Oceanía.

Participó en 36 festivales internacionales de teatro en Europa y América.

Ganó aproximadamente  100 premios  y/o condecoraciones y/o distinciones en Argentina, Colombia, Italia, México, Perú, Polonia, Venezuela.

Creó más de 20 instituciones y/o grupos y/o premios teatrales en Argentina y Venezuela: Primer Festival Nacional de Teatro (Córdoba), Festival Latinoamericano de Teatro de Córdoba, grupos El Juglar  y el Club de los Corazones Unidos, Casa de Teatro El Juglar; Festival Internacional de Teatro de Caracas, grupo Rajatabla, Festival Pirandello,  Taller Nacional de Teatro, Centro de Directores para el Nuevo,  Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, Instituto Universitario de Teatro, Rajatabla-danza, Assitej-Venezuela, Asamblea Venezolana de Teatros Independientes,  Acuerdo San José de Costa Rica,  Comité Permanente  del Teatro Latinoamericano,  Primera Muestra Nacional de la Asamblea Venezolana de Teatros Independientes, Premio María Teresa Castillo, Premio Marco Antonio Ettedgui ..

Realizó obras en coproducción con España, Estados Unidos, Italia y la Unión Soviética.

Por oponerse a dictaduras militares,  al abuso del poder político, a la xenofobia y homofobia, fue perseguido, censurado y atacado en diferentes países:  Argentina, México, España, República Dominicana, Venezuela…

Algunos de sus éxitos nacionales e internacionales:  El Coronel no tiene quien le escriba de García Márquez, La Celestina de Fernando de Rojas, Bolívar de José Antonio Rial,  Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias, Tu país está feliz de Antonio Miranda, La Máscara frente al espejo, de Pirandello, Magnus e Hijos de Ricardo Monti, El Campo de Griselda Gambaro, Peer Gynt de Ibsen, El Otro Judas de Abelardo Castillo, El Reñidero de De Cecco, La Querida Familia de Ionesco…

Murió el 28 de marzo de 1993 en Caracas a los 46 años. El gobierno venezolano decretó tres días de duelo y el presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, asistió a su funeral.

Personalidades de la cultura mundial, como el ministro de Cultura de Francia, Jack Lang, expresaron sus condolencias.

En 1994 y por pedido del elenco de la Comedia Cordobesa, que Carlos había dirigido varias veces, la sala principal del Teatro Real de Córdoba fue bautizada con su nombre.

 


Le Provencal, Marsella, Francia,  1 Junio 1965. Fuente: Jorge Arán

 



El productor de Broadway Joseph Papp, José Antonio Rial y Carlos Giménez, Nueva York. Fuente: Margarita Irún

 


Enrique Introini, Carlos Giménez y su hermana Anita  en Auschwitz, 1965. Fuente: Jorge Arán

 


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Biografía de María Teresa Castillo, creadora del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) / del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992" (2023)


María Teresa con su gran amiga Antonia Palacios

 

María Teresa Castillo es considerada la Madre de la Cultura de Venezuela de la segunda mitad del siglo XX, por el apoyo incondicional que le brindó a centenares de artistas de todas las disciplinas de todo el país, sin distinción de raza, sexo, condición social, orientación sexual, nacionalidad.

En los años ’70 le dio apoyo y trabajo a cientos de artistas de todo el continente que llegaban a Venezuela huyendo de las dictaduras de sus países.

Fue una gran defensora de los derechos humanos y de todas las Artes.  Su trabajo y sus opiniones fueron valoradas por artistas e intelectuales de todo el mundo. Recibió las más altas distinciones nacionales e internacionales por su labor de promoción de la cultura y las artes en Venezuela. En 1990 Carlos Giménez crea, junto con la Encyclopaedia Britannica de Venezuela,  el Premio María Teresa Castillo  a las manifestaciones artísticas y culturales de Venezuela.

Además de ser la  fundadora  y presidenta del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) en 1973 (junto a Carlos Giménez)   y presidenta del Ateneo de Caracas desde 1958, fue periodista, activista contra las dictaduras de Gómez y Pérez Jiménez, activista por los derechos de la mujeres; creadora y/o presidenta de la Agrupación Cultural Femenina, la Asociación Venezolana de Mujeres, la Federación de Ateneos de Venezuela, Rajatabla, Celcit, entre muchas otras instituciones.

María Teresa participó en el Primer Congreso de Mujeres celebrado en Venezuela e integró diferentes organizaciones venezolanas e internacionales dedicadas a la paz y a la defensa de los derechos humanos.

Nació el 15 de octubre de 1908 en Cúa, estado Miranda, en una hacienda familiar dedicada a la producción de café. A los dos años murió su padre y junto a madre y hermana se trasladó a Caracas, en donde la situación económica familiar desmejoró.

En 1934 por su oposición al dictador Juan Vicente Gómez se exilia en Nueva York, donde trabaja como costurera en una fábrica. Regresa unos meses antes de la muerte del dictador. Unos meses después  es encarcelada por distribuir propaganda revolucionaria y pasó un año detenida en la Jefatura Civil de La Pastora.

Aunque no pudo hacer la escuela secundaria, fue aceptada por su gran inteligencia en la Escuela de Periodismo en 1946, siendo una de las primeras mujeres periodistas y trabajó muchos años en el  periódico caraqueño Ultimas Noticias.

En 1946 contrajo matrimonio con el escritor y periodista Miguel Otero Silva, amigo suyo desde 1928, cofundador del periódico caraqueño El Nacional, con quien tuvo un hijo Miguel Henrique y una hija  Mariana Otero Castillo.

Presidió el Comité de Solidaridad con Nicaragua, fue vicepresidenta de Fundanalítica, integró el Comité Internacional para el Premio Mundial de la Cultura de la Unesco entre 1987 y 1988, fue miembro del Comité Asesor para la Celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, de la Asociación Venezolana de Periodistas (1988-1989) y vicepresidenta del Comité Venezolano por los Derechos Humanos (1988-1990).

En 1989 fue electa diputada del Congreso de la República y se convirtió en la primera presidenta de la Comisión Permanente de Cultura de la Cámara de Diputados hasta 1992, e integró la Comisión de Desarrollo Regional de la Cámara de Diputados hasta la finalización de su mandato en 1994. Fue luego miembro del Consejo Directivo de la Fundación Teresa Carreño hasta 1992, del Consejo Nacional de Teatro y del Consejo Directivo del Museo de Bellas Artes. También fue pilar fundamental en la constitución de Amnistía Internacional en Venezuela en 1978.

Entre las múltiples condecoraciones que recibió están el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Abierta (UNA), las medallas Francisco de Miranda y Andrés Bello en primera clase y la Luisa Cáceres de Arismendi en su única clase, además del Honor al Mérito Teresa Carreño. En España le otorgaron la Orden Lazo Isabel La Católica y en Cuba la medalla Alejo Carpentier; así como la de educación en Chile. El Ministerio de la Cultura y de la Comunicación de Francia le confirió la Orden de las Artes y de las Letras.

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Con su hija Mariana, su hijo Miguel Henrique y su esposo Miguel Otero Silva


Con la actriz británica Vivian Leigh


Con el escritor argentino Julio Cortázar

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MARÍA TERESA-CARLOS-FITC 




 

 

 


Publican libro sobre el Festival Internacional de Teatro de Caracas, El Nacional, 24 de enero de 2023

 











Fuente: El Nacional

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