¿En cuales Festivales Internacionales de
Teatro de Caracas (FITC)trabajaste y cuál fue tu tarea en ellos?
A mi regreso de viaje de estudios en Polonia, alucinado de la potencia cultural de ese maravilloso país. en 1981 se anunciaba el FITC, solicitaban guías y como ya dominaba la lengua polaca y regresaba que explotaba de tantos asombros cotidianos en el bellísimo pentágono cosaco fui a RAJATABLA. Después de una breve entrevista con Pepe Tejera y Gonzalo Velutini me presentaron ante Carlos Giménez. Atrás de la inmensa melena catastrófica que portaba, estaban mis desorbitados azules espectando al último rapsoda del teatro, ángel y gaucho. Dos preguntas, quizás, dos respuestas emocionadas y un mandato ¡Te encargo primeramente a los artistas de Andrzej Wajda y su producción de EL PRÍNCIPE IDIOTA de Dostoievski y a Tadeusz Kantor con su WIELOPOLE, WIELOPOLE a su arribo posterior a Caracas!
Caracas estaba incandescente, el centro de tantos
sismos y movimientos sicalípticos: el Ateneo de Caracas me engulló. Ser cicerón
y traductor de artistas inmensos que no pude conocer en su propia tierra:
Tadeusz Kantor, Jerzy Radziwilowicz, Jan Novicki entre otros, fue de parte de
Carlos, Merlín aquí, iniciación extática chamánica ante un debilucho, pálido y
nervioso Arturo que yo era. Y me explota la granada y un río a correr hasta un
mar turbulento de emociones altísimas que fueron ágoras para los creadores
teatrales más potentes del planeta. Y me perdonas Viviana, el desvarío poético,
no puedo referirme a Carlos, María Teresa o Rajatabla sin que este cardio se
desboque.
¿Qué importancia tuvieron para ti los
Festivales Internacionales de Teatro de Caracas?
Desde
el primer festival en extensión al recién inaugurado Teatro de la Ópera de
Maracay, cuando todavía no conocía a Carlos Giménez, creo 1975 ( tú me corriges
los embates del alemán) cuando vi El
Campo de Griselda Gambaro con la compañía del Teatro San Martín, The People Show 45 de una compañía de
Inglaterra y la Cantata de Santa María
de Iquique de Chile, el teatro para un provinciano fue milagro, verdadera
homilía sin el tedio de curas engolados y sobreactuados. Era la vida misma, el
único cosmos, un relámpago en la noche del mundo. Ya engullido por él, los
sucesivos festivales donde participé fueron el simposio de profetas y sibilas
que marcaron mi derrotero. El amor a la disciplina, al trabajo, al
ennoblecimiento cotidiano del oficio fueron mi libro de gramática: aprendía a
leer, como dice Carlos siempre presente, el Coraje de los Persas, es decir las
sensibilidades más depuradas del mundo presentado sus altísimos logros siempre
en perfeccionamiento. Los Festivales Internacionales de Teatro de Caracas, más
allá de ética, estética, academia o universidad son desde mi descubrimiento en
Maracay: MI ORÁCULO.
¿Qué importancia cultural y económica
crees tuvo el FITC para Venezuela?
Más
allá del pragmatismo monetario de desalmados materialistas, que cuentan
estrellas y no las ven, la importancia cultural y económica es un hecho
rotundo. Mucho antes del arribo de Carlos Giménez (Ariel como lo llama mi
hermano mayor Juan Carlos Núñez) en Venezuela existía una figura que otorgaba
nuestra Cancillería, un cargo de consejero diplomático extranjero invitado para
el desarrollo cultural de Venezuela, recuerdo en música a Stanislaw Wislocki o
Carlos Chávez. Con la elevación de los precios del petróleo un presidente que
soñó un país, Carlos Andrés Pérez, coincide con la llegada de Carlos Giménez tras su
dolorosa deportación de México, adoptado por la figura preclara de María Teresa
Castillo en su Ateneo de Caracas. Vendedor
de sueños tras demostraciones prodigiosas de su talento en América Latina y
Europa convence con sus ideas y verbo encendido a Pérez. Los festivales se
desarrollan exitosamente hasta emparejarlo con el de Nancy, Francia. Una
derrama monetaria y más de 60 teatros activados en el área metropolitana de
Caracas con extensiones a Maracay y Maracaibo entre otras. La Participación
Nacional dialogaba con la Internacional, en vez de vasos comunicantes fueron
cerebros comunicantes que impactaron en nuestra cultura y elevaron según la
justísima apreciación de Elio Palencia nuestra amedrentada autoestima:
APRENDIMOS QUE MÁS VALE SER QUE TENER, en un país desangrado por botas y planes
económicos para el desarrollo jamás cumplidos, eructo de pretenciosas gastritis
sauditas. Nuestras conductas cambiaron con ojos asombrados, un inmenso diálogo
de sensibilidades forjó un público diferente, como ninguno observado en otras
latitudes. Ratificó que en Tierra de Gracia la xenofobia no cabe. Teníamos
almas sedientas y fueron saciadas con los Festivales de Teatro, nuestro
crecimiento se incrementó al igual que subrayaba el slogan: CARACAS, CAPITAL MUNDIAL DEL TEATRO. La
cenicienta sí fue al baile, el teatro bailó con su príncipe coreado por
públicos desbordados.
¿Crees que el FITC benefició o perjudicó a
los grupos de teatro nacionales?
Definitiva y tajantemente el beneficio fue extraordinario. No creo en el hermetismo que supone la generación espontánea. El gran pintor de Inglaterra Francis Bacon enfatizaba que hasta el aire que respiraba lo influenciaba. El inmenso historiador del arte Sir Ernst Gombrich en su magnífico ensayo Art as Ilusion sostiene que la originalidad como tal no existe, solo es un novedoso cocktail preparado con diferentes licores. En el Creative Bar están todos los licores, la vaina es elaborar ese cocktail que te hace único. En ese caleidoscopio del FITC se nutrieron nuestras compañías nacionales y elevaron sus disciplinas, alcances estéticos, mejoramientos personales. Las derruidas ideas de un arte encriptado en nacionalismos programáticos como el arte soviético jamás se correspondieron con la evolución de la raza humana. Y de ello doy fe tras mis años de vida en la aún República Popular de Polonia en la cual especté los primeros pasos de su caída roja y hasta pertenecí entre los primeros asociados a SOLIDARIDAD de Lech Walesa.
El FITC, además de acondicionar teatros y permitirnos acceder a ver y participar en talleres dictados por maestras y maestros de la escena mundial, ¿crees que sirvió para algo más? ¿o que el dinero que se usó en financiarlo se podría haber usado para necesidades más urgentes?
Mis
recientes estudios en el campo de desarrollo personal ratifican que tu activo
principal es la educación. Mi capital es lo que a lo largo de mi vida he
estudiado, he leído, me ha formado. Un adefesio materialista de ideologías para
la guerra, que se compiten y se muerden la cola desde escenarios de fanatismos
religiosos, políticos, económicos, paradigmáticos en exceso que nos hace cantar
el tango CAMBALACHE, que siempre ha
habido chorros, maquiavelos y estafaos, derroche de maldad insolente que
solo se transforma en compasión, empatía y amor a través de la educación con
los auténticos valores del pueblo. SÍ Y CON MAYÚSCULAS:
LOS FESTIVALES DE TEATRO EDUCARON A UNA NACIÓN, A UN CONTINENTE A PONER ÉNFASIS EN LA MÉDULA ESPINAL: NUESTRAS ALMAS…y ahora con minúsculas, los estafadores del alma, los fariseos de nuestros sueños de libertad y democracia, de diálogo y vida republicana, que extinguieron a mi país VENEZUELA desde el fondo de sus resentidos egos enfermos no llegan a las uñas de los pies nítidos de nuestro FITC.
¿Crees que el público venezolano se volvió más exigente con las obras nacionales a
partir de FITC?
¿Qué significó María Teresa Castillo para el FITC?
¿Qué significó Carlos Giménez para el
FITC?
¿Quieres contar alguna anécdota?
Querida Viviana si alborotas ese avispero, las avispas llegarán desde México a la Argentina, son muchas y se me atragantan. Sin embargo, hay una muy especial, cuando Kantor estaba por viajar desde Milán a Caracas, por no sé qué circunstancias de demoras de vuelos o mal servicio, el Maestro armó un tango en el aeropuerto que amenazaba el viaje. Carlos, Giorgio Ursini y Bernardette Chaudé me llamaron sus oficinas. Carlos me dijo como Merlín a Arturo en ritual iniciático: Tienes todas las potencias diplomáticas y mi total confianza para amainar la ira del leviathan. Salí agradecido por su confianza siempre y recitando asustadísimo para mis adentros instalado en un Homero villacurano ¡Canta Oh Diosa la cólera del Pélida Aquiles!Cree fervientemente como Aquiles Nazoa en la amistad como la más bella invención
del ser humano y canta desenfadado a cada instante "es un asombro tener tu
hombro y es un milagro la ternura" del tango A un semejante aprendido de Susana Rinaldi.
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