Definitivamente no hay casualidades. El 28 de marzo se cumplirán dos décadas de la muerte prematura de Carlos Giménez, actor y director argentino que aterrizó en Venezuela a principios de los años setenta, fundó Rajatabla (hasta hoy uno de los experimentos teatrales más importantes de la historia cultural del país) y creó el Festival Internacional de Teatro, del que se celebrará la edición XVIII a partir del próximo viernes.
Como si pidiera a gritos recordarlo, hurgando en los archivos me asaltó una entrevista publicada el 20 de marzo de 1983, justo 10 años antes de su fallecimiento. En ella Giménez disertaba sobre su quehacer creativo, pero también sobre la esencia del ser humano y la realidad social venezolana, temas que siempre le preocuparon y plasmó en sus montajes. "A veces me gustaría que hubiese una revolución que cambiara el orden de las cosas, aunque si llegase pienso que me iría, no podría soportarla porque soy profundamente individual. Ese es el problema del artista, es capaz de imaginar lo que vendrá aunque no siempre es capaz de vivir lo que imagina".
El artículo es una colección de frases agudas y un testimonio de cuánto le faltaba por hacer a sus 36 años. "Mi sueño es transformar no sólo el teatro de Venezuela sino el de América Latina". En 1993 una enfermedad le bajó el telón de improviso; dos décadas después, se sigue extrañando ese estilo provocador que contó duras verdades en las tablas pero no dejó de ser optimista: "No creo que el hombre camine hacia su destrucción. Cada hombre tiene en sí una partícula de Dios. La esperanza es la esencia del ser humano. A pesar de todo, siempre cree que mañana será mejor".
Si quieren leer toda la entrevista, pueden descargarla haciendo clic en los siguientes enlaces numerados: (1) (2) (3) (4) (5) y (6)
©Efraín Castillo
Revista Estampas, El Universal
Caracas, 17 de Marzo de 2013
Fuente: Revista Estampas