Yo trabajaba en la Compañía Nacional de Teatro cuando
se decide hacer una coproducción con Rajatabla y montar Fuenteovejuna. Había que dividir el elenco: mitad CNT y mitad
Rajatabla. Y cuando se hace el reparto yo
quedo afuera porque la elección era de mayor a menor, primero las personas con
más experiencia, y yo era de los mas
nuevos. Laurencia era Francis Rueda que
era de la CNT y el Comendadora Alexander
Milic que era de Rajatabla. Yo me quedé sin papel pero tenía derecho a tener un
libreto y a ir a los ensayos. Y yo decidí
ir a todos los ensayos. Y eso fue lo que hice y anotaba en mi libreto
todas las indicaciones que Carlos daba. Los ensayos eran en la Sala Rajatabla y
yo me sentaba en la última fila, calladito. Me acuerdo que mis compañeros que
también habían quedado fuera del montaje me decían: “¿Qué haces tú perdiendo
el tiempo yendo al ensayo si no tienes personaje ni te van a dar personaje?” Y
yo les decía que para mí no era perder
el tiempo, que yo estaba haciendo un taller de
teatro, que ver a Carlos Giménez dirigir Fuenteovejuna para mí era un
taller de teatro y además gratis.
Pasaron los
ensayos y un actor empezó a tener problemas con su personaje y
el famoso Monólogo de El
Ensangrentado y todos los días Carlos estaba insatisfecho y le daba
indicaciones pero el actor, que es un
actor brillante, maravilloso, no daba
con el personaje. Y yo anotaba todo lo que Carlos le decía y me iba a mi casa a
poner en práctica sus indicaciones y por supuesto hacía rato que yo ya me sabía
el monólogo.
Pero yo le tenía pánico a Carlos Giménez. A mí Carlos Giménez se me paraba cerca y a mí
me temblaban las piernas, porque de verdad que el tipo me intimidaba; Carlos
tenía una personalidad impresionante, arrolladora, intimidante.
En los ensayos Carlos daba una pausa para descansar y
en una de esas pausas yo estoy conversando con algunos integrantes de Rajatabla
y estos manifestaba su preocupación por
este actor que no daba con el personaje. Y entonces yo les comento: “Yo me lo
sé.” Entonces se ponen contentisimos y me dicen que le diga a Carlos. “¡¿Qué le
diga a Carlos?!” No, no, yo no me atrevo a hacer eso, no me atrevo a hablar con Carlos.” Y me dicen: “A Carlos le
gusta la gente atrevida.” Y yo les digo: “Bueno, pero a eso yo no me atrevo.” Y
yo soy muy atrevido, me he atrevido a muchas cosas en la vida, pero la verdad
es que Carlos intimidaba, me frenaba. Hay un mito de que Carlos era un dictador
en el escenario y eso no es verdad. Se dice que Carlos maltrataba al elenco y
eso es absolutamente falso. Yo nunca vi a Carlos maltratar a nadie. Todo lo
contrario. Yo vi a Carlos ayudar a mucha gente. Yo vi a Carlos inventar personajes en una puesta para ayudar
a actores que necesitaban trabajar. Y lo vi hacer eso varias veces. Pero aparte
de eso, lo vi a ayudar a la gente de muchas otras maneras.
Bueno, yo estaba conversando con estos compañeros y
Carlos se acerca a saludar y estos veteranos le dicen: “Carlos, él se sabe el
personaje.” Y Carlos me miró de pies a cabezas, me escaneó, y me dijo:
- - ¿Ah, sí?
-
Sí,
Maestro -le respondí.
-
Muy
bien, mañana lo hace en el ensayo.
Te imaginarás la emoción. Me fui a mi casa y no domí
de los nervios. Al día siguiente estaba tempranísimo en el ensayo, muy nervioso
pero a la vez muy seguro. El ensayo comenzó, lo volvió a hacer este actor y
cuando éste termina Carlos para el ensayo y dice:
-
¿Aquí
está José Luis Montero? -por supuesto todo el mundo se miró porque nadie
entendía.
-
Sí,
Maestro, aquí estoy -le respondí desde la última fila.
-
Carlos da una pausa para descansar y cuando el ensayo
se reanuda el actor se pone en su puesto y Carlos dice:
-
No,
yo necesito que lo haga José Luis
Montero.
-
Yo bajo, me paro en el sitio, en el medio de dos
compañeros que hacían de soldados, dos actores que no eran mis amigos porque
eran de Rajatabla y apenas los estaba conociendo, pero uno de ellos me dice:
“Si se te va el texto me haces una seña y yo te soplo.” Y yo le respondo:
“Gracias pana, pero no se me va a ir el texto.” Hago el monólogo, no se me
olvidó ni una coma, aplicando todas las explicaciones que Carlos había dado
en los ensayos previos. Ah, entre
paréntesis, dejame decirte que de Fuenteovejuna sólo se iban a hacer 2
funciones en la Anna Julia Rojas para luego
ir al Festival de Spoleto en Italia y luego al Festival Internacional de Ciudad de México.
Retomando, cuando termino el monólogo Carlos vuelve a parar el ensayo, sale de
la sala y me dice:
- - Sígame.
Yo lo sigo y cuando estamos en el hall del edificio
Rajatabla, yo estaba temblando de miedo, muy asustado, me dice:
-
¿Usted
tiene pasaporte?
-
Sí,
Maestro.
Yo me quedé sin palabras. Todavía me emociono cuando lo recuerdo. Carlos
entonces dio todas las instrucciones para que me sacaran fotos para que yo
apareciera en el programa de mano de las funciones en Italia, que me buscaran
vestuario para la sesión de fotos, que yo redactara rápido una biografía…total
que yo me fui. Pero antes hicimos dos funciones en la Anna Julia Rojas, luego
nos fuimos a Spoleto, donde tuvimos un éxito impresionante, y al regresar
descansamos una semana antes de irnos a México.
Ah, yo me voy a Spoleto como actor de la CNT, que estaba muy contenta por
este logro mío que también era de ella, pero antes de irnos a México un día, me
acuerdo que era viernes, estábamos
caminando Carlos y yo desde Rajatabla hasta el Teresa Carreño y me dice:
- -¿Cuánto
ganas tú en la Compañía Nacional?
Yo le digo
cuánto era, que no me acuerdo ahorita, y él
me dijo textualmente:
- -Eso es
un insulto a tu talento. Te ofrezco el triple y te vienes a Rajatabla.
Imaginate, estar en Rajatabla, que era el gran grupo,
el grupo de vanguardia, era el sueño de todo actor. Y me dice:
- -Eso
sí. Hoy haces la carta de renuncia, hoy la llevas a la Compañía y hoy me traes
la copia firmada por la CNT. Porque el lunes te quiero en la nómina de
Rajatabla.
(…) Le llevé la copia firmada y Carlos llamó a Paco
Alfaro, el administrador y vicepresidente del grupo, y le dijo que me pusiera en la nómina de
Rajatabla. Entonces yo me voy a México ya como actor de Rajatabla.
(…) Yo estuve poco en el grupo porque cuando en 1992
hicimos Oficina Número 1 de Larry Herrera, basada en el libro de Miguel Otero Silva, que
fue el último montaje que dirigió Carlos con Rajatabla, ya Carlos había sido diagnosticado de VIH.
Cuando terminamos Oficina Número 1 a Carlos lo
hospitalizan. Y yo me voy al Zulia
porque me invitan para trabajar con una directora croata, Nenni Delmestre, y
Rajatabla me da el permiso, con la condición de que aparezca como actor
invitado.
Pero antes de empezar a ensayar regreso a Caracas para
despedirme de Carlos. Fue muy triste porque estaba la idea errónea de que a los
pacientes con VIH no se los podía tocar,
no se les podía besar, no se podía estar cerca de ellos, no se los podía
abrazar, cosa que era absolutamente falsa. Entonces fue muy triste porque Carlos estaba con tapaboca,
yo con tapaboca, casi que me ponen una bata, y no dejaban que me acercara a él.
Yo le conté que me iba a Maracaibo a hacer Bodas de Sangre y él se puso
muy contento y así nos despedimos, los dos con lágrimas en los ojos… No poder
abrazarlo, no poder darle un beso a Carlos…fue muy duro.
Regresé al Zulia y estrenamos el Día Internacional del Teatro, el
27 de marzo. (…) Después del estreno, cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá
que quería dormir hasta tarde y que no
me despertara por nada del mundo. A las 6 de la mañana del 28 de marzo me
despierta mi mamá y me dice que me llama Lina Vengoechea, la Directora del
Centro de Bellas Artes de Maracaibo y Lina me dice:
- -Carlos
acaba de morir.
Carlos le dio
muchísimo al teatro venezolano, no fue sólo Rajatabla.
Carlos creó muchísimas instituciones en beneficio del artista venezolano, del
actor, del dramaturgo, del director. Creó el Centro de Investigación, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CNDT); creó junto al Maestro Abreu el sistema Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), del cual yo fui gerente en su núcleo Zulia;
creó el Taller Nacional de Teatro (TNT), que era la escuela de formación de Rajatabla;
el Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), uno de los más importantes de mundo y
Rajatabla llegó a ser la compañía más internacional de Venezuela, ¡yo con
Rajatabla fui a Corea del Sur!
Carlos fue un
ser excepcional, un ser de otro mundo y todavía nos hace mucha falta.
JOSÉ LUIS MONTERO
Actor y gerente cultural. Realiza sus estudios en la Escuela de Teatro "Inés Laredo" y en la Sociedad Dramática de Maracaibo. Paralelamente a su formación actoral recibe una intensa preparación en danza y canto. Ha formado parte de la Compañía Nacional de Teatro, el grupo Rajatabla y el TNJ-Zulia (donde se desempeñó como actor y gerente), así como artista invitado en numerosas agrupaciones teatrales. Ha trabajado con los grandes del teatro, el cine y la tv como Carlos Giménez, Román Chalbaud y Julio César Mármol, entre otros. Se ha presentado en escenarios de América, el Caribe, Europa y Asia. Premio Municipal de Teatro-Caracas 2004 y Orden al Mérito en el Trabajo en su primera clase en el 2009, entre otros reconocimientos. Actualmente reside en Maracaibo donde se desempeña como Coordinador General del Ballet Juvenil Teresa Carreño-Zulia y como actor de forma independiente.
Fragmento de la entrevista de Luis Perozo Cervantes en
el podcast Puerto
de Libros: Librería Radiofónica, a
quien agradecemos nos haya permitido su reproducción.