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CARLOS GIMÉNEZ Y YO, POR JOSÉ LUIS MONTERO CONDE/ HOMENAJE A SUS 30 AÑOS DE AUSENTE PRESENCIA, Maracaibo, Venezuela, 7 de agosto de 2023

 



 

Yo trabajaba en la Compañía Nacional de Teatro cuando se decide hacer una coproducción con Rajatabla y montar  Fuenteovejuna. Había que dividir el elenco: mitad CNT y mitad Rajatabla.  Y cuando se hace el reparto yo quedo afuera porque la elección era de mayor a menor, primero las personas con más experiencia,  y yo era de los mas nuevos.  Laurencia era Francis Rueda que era de la CNT y  el Comendadora Alexander Milic que era de Rajatabla. Yo me quedé sin papel pero tenía derecho a tener un libreto y a ir a los ensayos. Y yo decidí  ir a todos los ensayos. Y eso fue lo que hice y anotaba en mi libreto todas las indicaciones que Carlos daba. Los ensayos eran en la Sala Rajatabla y yo me sentaba en la última fila, calladito. Me acuerdo que mis compañeros que también habían quedado fuera del montaje me decían: “¿Qué haces tú perdiendo el tiempo yendo al ensayo si no tienes personaje ni te van a dar personaje?” Y yo les decía que para  mí no era perder el tiempo, que yo estaba haciendo un taller de  teatro, que ver a Carlos Giménez dirigir Fuenteovejuna para mí era un taller de teatro y además gratis.

Pasaron  los ensayos y un actor empezó a tener problemas con su  personaje y  el  famoso Monólogo de El Ensangrentado y todos los días Carlos estaba insatisfecho y le daba indicaciones   pero el actor, que es un actor brillante, maravilloso,  no daba con el personaje. Y yo anotaba todo lo que Carlos le decía y me iba a mi casa a poner en práctica sus indicaciones y por supuesto hacía rato que yo ya me sabía el monólogo.

Pero yo le tenía pánico a Carlos Giménez.  A mí Carlos Giménez se me paraba cerca y a mí me temblaban las piernas, porque de verdad que el tipo me intimidaba; Carlos tenía una personalidad impresionante, arrolladora, intimidante.

En los ensayos Carlos daba una pausa para descansar y en una de esas pausas yo estoy conversando con algunos integrantes de Rajatabla y estos  manifestaba su preocupación por este actor que no daba con el personaje. Y entonces yo les comento: “Yo me lo sé.” Entonces se ponen contentisimos y me dicen que le diga a Carlos. “¡¿Qué le diga a Carlos?!” No, no, yo no me atrevo a hacer eso, no me atrevo a  hablar con Carlos.” Y me dicen: “A Carlos le gusta la gente atrevida.” Y yo les digo: “Bueno, pero a eso yo no me atrevo.” Y yo soy muy atrevido, me he atrevido a muchas cosas en la vida, pero la verdad es que Carlos intimidaba, me frenaba. Hay un mito de que Carlos era un dictador en el escenario y eso no es verdad. Se dice que Carlos maltrataba al elenco y eso es absolutamente falso. Yo nunca vi a Carlos maltratar a nadie. Todo lo contrario. Yo vi a Carlos ayudar a mucha gente. Yo vi a Carlos  inventar personajes en una puesta para ayudar a actores que necesitaban trabajar. Y lo vi hacer eso varias veces. Pero aparte de eso, lo vi a ayudar a la gente de muchas otras maneras.

Bueno, yo estaba conversando con estos compañeros y Carlos se acerca a saludar y estos veteranos le dicen: “Carlos, él se sabe el personaje.” Y Carlos me miró de pies a cabezas, me escaneó, y me dijo:

-                                       -        ¿Ah, sí?

-        Sí, Maestro -le respondí.

-        Muy bien, mañana lo hace en el ensayo.

Te imaginarás la emoción. Me fui a mi casa y no domí de los nervios. Al día siguiente estaba tempranísimo en el ensayo, muy nervioso pero a la vez muy seguro. El ensayo comenzó, lo volvió a hacer este actor y cuando éste termina Carlos para el ensayo y dice:


-        ¿Aquí está José Luis Montero? -por supuesto todo el mundo se miró porque nadie entendía.

-        Sí, Maestro, aquí estoy -le respondí desde la última fila.

-       

Carlos da una pausa para descansar y cuando el ensayo se reanuda el actor se pone en su puesto y Carlos dice:

-        No, yo  necesito que lo haga José Luis Montero.

-        

Yo bajo, me paro en el sitio, en el medio de dos compañeros que hacían de soldados, dos actores que no eran mis amigos porque eran de Rajatabla y apenas los estaba conociendo, pero uno de ellos me dice: “Si se te va el texto me haces una seña y yo te soplo.” Y yo le respondo: “Gracias pana, pero no se me va a ir el texto.” Hago el monólogo, no se me olvidó ni una coma, aplicando todas las explicaciones que Carlos había dado en  los ensayos previos. Ah, entre paréntesis, dejame decirte que de Fuenteovejuna sólo se iban a hacer 2 funciones en la Anna Julia Rojas para luego  ir al Festival de Spoleto en Italia y luego al  Festival Internacional de Ciudad de México. Retomando, cuando termino el monólogo Carlos vuelve a parar el ensayo, sale de la sala y me dice:

-                                        -        Sígame.

 

Yo lo sigo y cuando estamos en el hall del edificio Rajatabla, yo estaba temblando de miedo, muy asustado, me dice:

-        ¿Usted tiene pasaporte?

-        Sí, Maestro.

                -     Felicitaciones. Usted se va a Italia. El personaje es suyo. Lo felicito

Yo me quedé sin palabras. Todavía  me emociono cuando lo recuerdo. Carlos entonces dio todas las instrucciones para que me sacaran fotos para que yo apareciera en el programa de mano de las funciones en Italia, que me buscaran vestuario para la sesión de fotos, que yo redactara rápido una biografía…total que yo me fui. Pero antes hicimos dos funciones en la Anna Julia Rojas, luego nos fuimos a Spoleto, donde tuvimos un éxito impresionante, y al regresar descansamos una semana antes de irnos a México.  Ah, yo me voy a Spoleto como actor de la CNT, que estaba muy contenta por este logro mío que también era de ella, pero antes de irnos a México un día, me acuerdo que era viernes,  estábamos caminando Carlos y yo desde Rajatabla hasta el Teresa Carreño y me dice:

-                                        -¿Cuánto ganas tú en la Compañía Nacional?

  Yo le digo cuánto era, que no me acuerdo ahorita, y él  me dijo textualmente:

-                                        -Eso es un insulto a tu talento. Te ofrezco el triple y te vienes a Rajatabla.

 

Imaginate, estar en Rajatabla, que era el gran grupo, el grupo de vanguardia, era el sueño de todo actor. Y me dice:

-                            -Eso sí. Hoy haces la carta de renuncia, hoy la llevas a la Compañía y hoy me traes la copia firmada por la CNT. Porque el lunes te quiero en la nómina de Rajatabla.

(…) Le llevé la copia firmada y Carlos llamó a Paco Alfaro, el administrador y vicepresidente del  grupo,  y le dijo que me pusiera en la nómina de Rajatabla. Entonces yo me voy a México ya como actor de Rajatabla.

(…) Yo estuve poco en el grupo porque cuando en 1992 hicimos Oficina Número 1 de Larry Herrera,  basada en el libro de Miguel Otero Silva, que fue el último montaje que dirigió Carlos con Rajatabla,  ya Carlos había sido diagnosticado de VIH.

Cuando terminamos Oficina Número 1  a Carlos lo hospitalizan. Y yo me voy al  Zulia porque me invitan para trabajar con una directora croata, Nenni Delmestre, y Rajatabla me da el permiso, con la condición de que aparezca como actor invitado.

Pero antes de empezar a ensayar regreso a Caracas para despedirme de Carlos. Fue muy triste porque estaba la idea errónea de que a los pacientes con  VIH no se los podía tocar, no se les podía besar, no se podía estar cerca de ellos, no se los podía abrazar, cosa que era absolutamente falsa. Entonces  fue muy triste porque Carlos estaba con tapaboca, yo con tapaboca, casi que me ponen una bata, y no dejaban que me acercara a él. Yo le conté que me iba a Maracaibo a hacer Bodas de Sangre y él se puso muy contento y así nos despedimos, los dos con lágrimas en los ojos… No poder abrazarlo, no poder darle un beso a Carlos…fue muy duro.

Regresé al Zulia y  estrenamos el Día Internacional del Teatro, el 27 de marzo. (…) Después del estreno, cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que quería dormir hasta tarde y  que no me despertara por nada del mundo. A las 6 de la mañana del 28 de marzo me despierta mi mamá y me dice que me llama Lina Vengoechea, la Directora del Centro de Bellas Artes de Maracaibo y Lina me dice:

-                                                -Carlos acaba de morir.

 

Carlos le dio  muchísimo al teatro venezolano, no fue sólo Rajatabla. Carlos creó muchísimas instituciones en beneficio del artista venezolano, del actor, del dramaturgo, del director. Creó el Centro de Investigación, el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CNDT); creó junto al Maestro Abreu el sistema  Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), del cual yo fui gerente en su núcleo Zulia; creó el Taller Nacional de Teatro (TNT), que era la escuela de formación de Rajatabla; el Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), uno de los más importantes de mundo y Rajatabla llegó a ser la compañía más internacional de Venezuela, ¡yo con Rajatabla fui a Corea del Sur!

Carlos  fue un ser excepcional, un ser de otro mundo y todavía nos hace mucha falta.

 


JOSÉ LUIS MONTERO

Actor y gerente cultural. Realiza sus estudios en la Escuela de Teatro "Inés Laredo" y en la Sociedad Dramática de Maracaibo. Paralelamente a su formación actoral recibe una intensa preparación en danza y canto. Ha formado parte de la Compañía Nacional de Teatro, el grupo Rajatabla y el TNJ-Zulia (donde se desempeñó como actor y gerente), así como artista invitado en numerosas agrupaciones teatrales. Ha trabajado con los grandes del teatro, el cine y la tv como Carlos Giménez, Román Chalbaud y Julio César Mármol, entre otros. Se ha presentado en escenarios de América, el Caribe, Europa y Asia. Premio Municipal de Teatro-Caracas 2004 y Orden al Mérito en el Trabajo en su primera clase en el 2009, entre otros reconocimientos. Actualmente reside en Maracaibo donde se desempeña como Coordinador General del Ballet Juvenil Teresa Carreño-Zulia y como actor de forma independiente.


Fragmento de la entrevista de Luis Perozo Cervantes en el  podcast Puerto de Libros: Librería Radiofónica, a quien agradecemos nos haya permitido su reproducción.

 





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