Rajatabla es un grupo de
teatro que nace del éxito de un montaje, Tu país está feliz, de Antonio Miranda
(1971). El éxito hace pensar en la posibilidad de constituir un grupo estable,
que más tarde llega a ser el Taller de Teatro del Ateneo de Caracas. Al nacer
bajo
el amparo de esta institución, Rajatabla comienza con un respaldo que de alguna
manera significa un prestigio que en 1987 ya reafirma como propio, gracias a
una obra realizada de manera continua, coherente, como nos muestran sus
producciones, la significación alcanzada tanto a nivel nacional como
internacional y su independización económica del Ateneo de Caracas al
convertirse en 1985 en una Fundación.
Evidentemente la aparición
de Rajatabla en el ámbito teatral nacional marcó una pauta diferente que nos
permite hablar de un después referido, fundamentalmente, a las innovaciones que
sobre puesta en escena muestra en cada uno de sus espectáculos. Un estilo de
hacer teatro dentro de la corriente llamada generalmente teatro espectáculo;
una visión estética en la que los actores, diseñadores y director junto con el
público crean un mundo, en donde muchas veces, la escenografía, la música, y la
iluminación pasan a ser personajes, reafirmando a nivel escénico visual, las
ideas y conceptos de los temas tratados.
El pilar fundamental del
grupo Rajatabla es Carlos Giménez,
su director, quien llega a Venezuela con la intención de seguir viaje a Europa.
En Argentina, su país natal, había formado parte del grupo El Juglar, del que en determinado momento pasa a ser su director.
Por razones políticas en 1968 Carlos Giménez tiene que salir de su país y es
entonces cuando viene a Venezuela invitado por Horacio Peterson a dirigir Cementerio de automóviles de Arrabal,
pero al llegar a Venezuela decide montar La orgía de Enrique Buenaventura. La puesta en escena de La orgía está cargada de símbolos y denuncias a nivel social,
político y religioso. Es una denuncia a la corrupción en América Latina y es
también un poco el tema en boga en el teatro latino americano que comienza a
perfilarse en el mundo como un teatro político muy particular.
Es un poco lo que Carlos
Giménez y, como consecuencia, el grupo Rajatabla querrán decir y dirán en todos
sus montajes, sus denuncias y sus críticas a través de Tu país está feliz
(1971), Venezuela tuya (1971), Fiebre (1974), Señor Presidente (1977), El candidato (1978), La muerte de García Lorca (1979), Bolívar (1982), La honesta persona de Sechuan (1985) y La vida es sueño (1986). El gran tema del Rajatabla
es el poder y cómo se ejerce en diversos momentos históricos y políticos.
Pero a Rajatabla y muy
especialmente a Carlos Giménez le interesan mucho más los problemas estéticos,
los efectos y el gran espectáculo que el contenido ético de las obras que ha
montado; limitando la creación dramática a los intereses de la puesta en
escena, situándonos frente a un teatro en el que es más importante la forma que
el contenido.
Esta disociación se hace más
notoria en la relación actores-puesta en escena en la que podemos observar dos
planos muy diferenciados: la puesta en escena generalmente integrada al espacio
seleccionado para el montaje y la actuación en un segundo plano.
Es precisamente el elemento
visual como lenguaje lo que permite que los espectáculos de Rajatabla sean
comprensibles, pese a su carga simbólica, intelectual, por los diferentes
sectores populares y por países con un idioma diferente al castellano. No hace
falta ser un experto en el manejo del lenguaje teatral para entender, por
ejemplo, la persecución y la tortura en Señor Presidente, o la represión como elemento
constante en Bolívar.
Para el grupo y en
particular para Carlos Giménez, Señor Presidente, significó el hallazgo de un
lenguaje y de una manera de enfrentar el hecho teatral en el que la imagen
escénica adquiere un valor relevante; y es también, y sobre todo, el encuentro
de un espacio físico no convencional, que para los montajes siguientes
significa el punto de partida de Giménez en su evolución como director. En 1976
Rajatabla comienza a trabajar en la sala que hoy día lleva su nombre, y cuya
estructura permite al director experimentar espacios escénicos en procura de
una relación más cercana entre público y espectáculo. Evidentemente, al hacer
compartir al público el mismo lugar que los actores, como sucede en Señor Presidente, El candidato, La muerte de García Lorca, Martí: la palabra y en
casi todos los montajes del grupo, existe una relación física entre público y
espectáculo con connotaciones diferentes a las de un teatro a la italiana.
La poca distancia en los
montajes del grupo Rajatabla entre el lugar destinado a los actores y al
público hace que los espectadores capten más rápido las diferentes expresiones
de los actores; pero el interés de Carlos Giménez de involucrar al público en
el espectáculo no se limita a una relación espacial física; es una manera
particular de usar la luz, el color, las texturas y las imágenes visuales con
la intención de provocar una reacción inmediata en los espectadores.
Muchas de las escenas en los
montajes de Rajatabla adquieren una dimensión fotográfica. Carlos Giménez es un
creador de cuadros vivos por la manera como organiza a la gente y como utiliza
la luz y los colores, formando imágenes casi estáticas que parecen atrapar,
como en una fotografía, los momentos relevantes de ciertas actitudes e
intenciones de los personajes. La iluminación es otro de los elementos que
definen en Rajatabla la manera de enfrentar el hecho teatral. En todos los
montajes se utiliza luz blanca.
Al tratar de definir la
visión y significación del espacio en los montajes de Rajatabla nos encontramos
con otro elemento importante: en la totalidad de las escenografías utilizadas, aun
siendo éstas de diferentes diseñadores, lo que se hace es usar elementos que
sugieren un espacio determinado. Es quizás uno de los elementos más importantes
que puedan significar un estilo en Rajatabla para interpretar el espacio
escénico de un modo particular.
Esta manera de utilizar el
espacio por la cual el público comparte el mismo lugar del actor, en un intento
de borrar los límites entre el espacio de representación y el público nos lleva
a afirmar que para Carlos Giménez y el grupo Rajatabla el espacio escénico debe
ser todo el teatro.
La línea estética que
muestra Rajatabla es criticada por algunos expertos que encuentran en ella una
repetición de elementos. A través de los diferentes montajes, se vuelve
estéticamente a los mismos; se acusa a Carlos Giménez de usar fórmulas gastadas
por las diferentes tendencias europeas. Sin duda, en las puestas en escena del
grupo Rajatabla notamos una búsqueda hacia lo espectacular, borrar los límites
entre la realidad y la no realidad, resaltar la expresión gestual de un
sentimiento o de una situación; elementos todos parientes del movimiento
expresionista alemán, de ciertos principios del surrealismo o de la búsqueda
del gesto como lenguaje que planteó Artaud. Es la búsqueda de una propuesta
individual por caminos ya transitados.
Todos los espectáculos de
Rajatabla están fundamentalmente dirigidos a los sentidos usando la
sobrevaloración de la imagen visual como su lenguaje principal; es precisamente
la forma como se hace uso de la imagen, donde radica la espectacularidad de los
montajes del grupo. En Rajatabla, en lo que se refiere a la dirección de
actores, no se trabaja con ningún método de actuación de los conocidos y
reconocidos a nivel mundial. Existe una manera de enfrentar el espectáculo, un
estilo de trabajo en el cual el actor tiene la responsabilidad de crear un
personaje, así como la libertad de usar el método de actuación que conozca o
con el que comulgue.
Al existir una diversidad de
estilos de actuación, necesariamente esto produce en el público una relación
extraña con el espectáculo. Sin embargo, desde mi punto de vista, sí existe un
modo de decir el texto muy característico del grupo Rajatabla, en el que
notamos una dicción exagerada y un tono exterior, un grito ascendente que en
muchos casos parece tener una intención clarísima de golpear el oído del
espectador y obligarlo así a penetrar a nivel auditivo y visual en el mundo del
espectáculo.
De los jóvenes que crean en
1971 el grupo, sólo tres de ellos siguen aún formando parte del grupo (Carlos
Giménez, su director, Francisco Alfaro, actor y gerente de administración y
Pepe Tejera, actor). Sin embargo, la continuidad del trabajo nos permite hablar
de Rajatabla como uno de los grupos estables más importantes tanto a nivel
nacional como internacional. Rajatabla intenta formar junto a una infraestructura
humana, que le permita un desarrollo artístico, otra económica que respalde y
haga realidad sus proyectos. Si bien es cierto que Rajatabla recibe un subsidio
del Consejo Nacional de la Cultura desde 1976 y también cuenta con el apoyo
económico e institucional del Ateneo de Caracas, así como de Fundarte y del
Consejo Municipal del Distrito Federal, también es cierto que logra hacer una
buena distribución de sus ingresos, hasta convertirse en una institución que no
sólo costea sus propias producciones, en gran parte, sino que participa en
producciones que se han hecho en el país tanto con grupos nacionales como
internacionales.
La Fundación Rajatabla es
además una institución que no sólo crea y produce espectáculos, sino que junto
con la Compañía Nacional de Teatro que dirige el dramaturgo Isaac Chocrón y la
Sociedad Dramática de Maracaibo que dirige Enrique León son los únicos grupos
de teatro en el país cuyos miembros o personal que trabajan en ellos viven de
su trabajo como actores, técnicos y directores.
Al generar el grupo ese
respaldo económico, por lo que sus integrantes no tienen que buscarlo en otra
parte, el personal de Rajatabla se dedica de manera integral a trabajar en el
teatro; ensayos, representaciones, planificación de giras, organización del
repertorio, programación de la sala Rajatabla, que es su sede, pero que también
alquilan a otros grupos de teatro.
Al igual que se ocupan de
trabajos de caracter administrativo, los integrantes del grupo también se
encargan de la formación de alumnos que participan en los talleres que en 1985
se institucionalizan con el nombre de Taller Nacional del Teatro (TNT). La
intención de este taller es formar o encontrar jóvenes con ciertas aptitudes
dentro del campo de la actuación, que sirvan para determinado montaje o, en el mejor
de los casos, para ser parte de la generación de relevo que permita la
existencia y continuidad del grupo.
Rajatabla desde su
nacimiento se convierte en el grupo más polémico del quehacer teatral a nivel
nacional por dos razones fundamentales: la personalidad de su director, de
quien como un pequeño ejemplo, podemos apuntar lo que sobre sí mismo suele
declarar: "La propuesta que va a dejar huella, no sólo en el teatro
venezolano sino en Latinoamérica, quien ha desarrollado una línea y está en
camino de encontrar su plenitud como creador, soy yo" (Suplemento
"Caracas a diario" de El Diario de Caracas, 22-8-82). En otra
oportunidad, refiriéndose al grupo, en una entrevista realizada por Gloria
Pazos el 5 de enero de 1982, afirmó que "el grupo ha adquirido con su
trabajo, el derecho de exigirle a la comunidad una ubicación como la que tiene
la Galería de Arte Nacional en la plástica, o como lo tiene la música;
Rajatabla es prácticamente lo que vendría a ser la Compañía Nacional de Teatro
en este país."
La otra razón es porque, de
alguna manera, es el único grupo que ha conseguido el suficiente respaldo
económico, no sólo para sus producciones, sino para realizar grandes giras a
nivel nacional e internacional. Rajatabla es el grupo de teatro venezolano más
conocido en el exterior; se podría decir que su propuesta estética es la
representante a nivel internacional del teatro venezolano.
Gloria
Pazos
1988
Latin
American Theatre Review
Universidad
de Kansas, Estados Unidos
Fuente: Latin American Theatre
Review