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Sobre mi pasar por el teatro: Carlos Giménez, por Arturo Santoyo, Caracas, 19 de marzo de 2020





 


En estos días un amigo, quien estudió conmigo en el TNJV Caracas, me preguntó por qué compartía tantas cosas sobre Carlos Giménez y le respondí porque era el único que nos había puesto en el mapa y bien puestos.

La primera vez que escuché su nombre fue cuando mi hermano mayor, Iván Santoyo, me mencionó que había muerto Carlos Giménez, el director del Rajatabla y me echó un cuento maravilloso del quehacer teatral de ese hombre al que él tampoco conocía, ni a su obra siquiera,  fue justo en la esquina de la heladería Bolívar, tenía yo 10 años y vivía aún en El Tigre; así que nunca le conocí personalmente pero le he respetado desde entonces, porque si ese muchacho de pueblo que era mi hermano hablaba tan bien de alguien de quien ni siquiera conocía su obra, algo bueno tendría.

Tiempo después, como por el 95, supe que mi primo Gregorio Milano, que en ese tiempo trabajaba en la novela Kaina, era famoso en El Tigre, había pasado por el TNT del Rajatabla, un gran hombre de teatro mi primo, después les hablaré de él también, y así fui tejiendo mi cariño hacia un tipo que nunca conocí en persona y que muchos desdeñan pero que tantos otros aman. Luego me fui a estudiar teatro a Caracas terminando en el TNJV; en una audición que hice junto al magnífico Jorge Cogollo, quedamos, y teníamos clases en el sótano de la Torre Este de Parque Central y la sala se llamaba Carlos Giménez, y un día para honrar su memoria Aníbal Grunn realizó un montaje collage sobre varias escenas de obras de Carlos, y allí estaba yo, de El Tigre, cerca de  Marcos Moreno, Elba Escobar, Francis Rueda de Pinto, Erich Wildpred, entre tantos otros grandes que habían trabajado con el sr Carlos. Por ese tiempo se editó el libro Carlos Giménez antes y después de Edgard Antonio Moreno Uribe, para el que Aníbal escribió parte de su experiencia con Carlos y yo estuve allí mientras se escribían esas páginas, y así poco a poco fui conociendo al sr Carlos Giménez, por quien tengo un profundo cariño y admiración porque como dice Gabriela Parisi, son más las cosas buenas que las mala, sobretodo en el arte.

Y así fui aprendiendo de Carlos por las anécdotas de mis amigos que sí trabajaron con él como Noel Lloverá, Luis Garvan, David Blanco, Vito Lonardo , Aura Rivas, María Brito, Will Meza, Gregorio Milano, Héctor Becerra, Alfredo Caldera, sobre todo Aníbal Grunn, y tantos otros que, en fin, fueron tocados alguna vez por su rigor y magia, como aquellos quienes sólo conocen lo negativo de un personaje y no lo maravilloso de un ser.

Todo esto lo cuento porque un amigo me preguntó por qué compartía tantas cosas sobre Carlos y que viviera mi tiempo, que eso ya era pasado, y es que Carlos es un referente, sobre todo ahora en estos tiempos tan duros, donde todos quieren dirigir y actuar porque es fácil y no, no es así, son tiempos de conocer más profundamente lo que debemos gritar sobre las tablas.

Seguiré escribiendo poco a poco sobre gente que quiero, admiro y debo decir; este cuenta como mi primer escrito.
 
 ©Arturo Santoyo
Caracas, 19 de marzo de 2020
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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