¿En qué FITC participaste y cuál fue tu actividad en
él?
Tuve la dicha de ser participante en el FESTIVAL
INTERNACIONAL DE TEATRO DE CARACAS en 1988. Estaba cumpliendo 15 años (el
festival, no yo) desde su primera edición en 1973 – aunque no se realizaba
todos los años-.
Para ese entonces, yo formaba parte de la agrupación
teatral URBE, dirigida por Elio Palencia, Marcos Purroy y Rubén Darío Gil. Carlos
Giménez tuvo la brillante idea de que cada grupo de teatro local se
convirtiera en una suerte de anfitrión para algún grupo participante. A
nosotros nos tocó recibir y atender a ASTRID HADDAD que venía a Caracas con un
desparpajado e irreverente monólogo musical. A partir de entonces me volví su
fanática. Fue una experiencia maravillosa.
¿Qué importancia personal tuvo para ti el FITC?
Gracias al festival, la historia universal del teatro
se hizo materia viva para mí. Aquella muchachita de 19 años que apenas
comenzaba a enamorarse de las tablas, tuvo el inmenso privilegio de ver las
creaciones escénicas de gente como Tadeusz Kantor (Cricot II, Polonia),
Berliner Ensemble (Alemania), Antunes Filho (Macunaima, Brasil), Peter Brook
(CICT, Francia), Andrezj Wajda (Stary Teatre, Polonia), Giorgio Strehler (Il
PiccoloTeatro di Milano), Peter Stein (Schaubune, Alemania), Gilles Maheu
(Carbone 14, Canadá), Lindsay Kemp Company), Tomaz Pandur (Drama S.N.G.
Maribor, Eslovenia) y tantos otros...
El festival significaba sumergirse en una experiencia
de intercambio de mentes, emociones, técnicas, puntos de vista. Unos días en
los que el planeta se detenía. No importaba nada. Era llenarse de arte. Era
dormir en los pasillos del Teresa Carreño, si era necesario, para poder entrar
a un espectáculo antes de que se agotaran las entradas.
Conocer y compartir, viajar sin salir de Venezuela,
reconocer culturas del mundo entero... las actividades de calle, las fiestas
paralelas al festival... definitivamente una experiencia alucinante que me
abrió completamente la cabeza y me hizo apasionarme infinitamente más por el
teatro.
¿Qué importancia cultural y económica crees que tuvo el
FITC para Venezuela?
El FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE CARACAS se
convirtió en un punto neurálgico de convergencia cultural, puso a Caracas y a
Venezuela en el tapete histórico de las artes escénicas y por supuesto activaba
-como los grandes festivales del mundo entero- la inversión y la movida
turística, atrayendo a espectadores de todas partes.
¿Crees que el FITC benefició o perjudicó a los grupos de
teatro nacionales?
Creo que era beneficioso que los grupos locales
pudieran presentarse en el marco del festival, puesto que el evento atraía un
sinnúmero de personas que no necesariamente eran asiduos al teatro. El festival
entonces fungía de plataforma de lanzamiento para convocar nuevos espectadores.
El FITC, además de acondicionar teatros y permitirnos
acceder a ver y participar en talleres dictados por maestras y maestros de la
escena mundial, ¿crees que sirvió para algo más? ¿o que el dinero que se usó en
financiarlo se podría haber usado para necesidades más urgentes?
La cultura es siempre una necesidad urgente.
El FITC fue un crisol de movimientos teatrales, sirvió
como un cruce de caminos para creadores de todo el globo, estableciéndose como
un espacio abierto de aprendizaje.
¿Crees que el público venezolano se volvió más exigente
con las obras nacionales a partir del FITC?
Absolutamente. Al haber presentado una amplia gama de
producciones teatrales de todo el mundo, el FITC permitió a la audiencia venezolana
descubrir diferentes estilos artísticos, técnicas interpretativas y temáticas.
Esta exposición a la diversidad del teatro pudo haber profundizado la
perspectiva del público, incrementando su reconocimiento por la amplitud y
calidad del arte dramático. Como consecuencia, es probable que las expectativas
de los espectadores venezolanos hacia el teatro producido en su país se hayan
elevado, impulsando a los artistas locales a intentar alcanzar o incluso
superar los estándares internacionales que el festival presentó.
¿Qué significó María Teresa Castillo para el FITC?
María Teresa Castillo fue una figura clave en la
promoción de las artes en Venezuela. Su trabajo en el Ateneo de Caracas y otras
organizaciones culturales sin duda ayudó a proporcionar un terreno fértil para
eventos como el Festival Internacional de Teatro de Caracas.
¿Qué significó Carlos Giménez para el FITC?
Con el paso de más de tres décadas y a través de
catorce ediciones, la visión y liderazgo de Giménez permitieron que el FITC se
posicionara como uno de los encuentros teatrales de mayor relevancia a escala
mundial. Este evento ganó prestigio hasta situarse entre los cinco mejores de
su clase a nivel internacional, logrando ser el más destacado en América
Latina.
El legado de Giménez y su aporte al mundo del teatro
se hicieron evidentes en 2002, cuando el FITC recibió el León de Plata de San
Marcos, la máxima distinción para la interpretación internacional de la escena
y el espectáculo en vivo, otorgada por la Fundazione Internazionale di Venezia.
Este reconocimiento subraya la trascendencia y el impacto global del festival
que Carlos Giménez contribuyó a edificar y fortalecer.
¿Quieres contar alguna anécdota?
Un par: cuando nos tocó atender a ASTRID HADDAD, Mercedes
Barrios, conocida como “La Mecha” en ese tiempo, quiso cocinarle una rica
comida venezolana. La Mecha era una maravillosa actriz de URBE, y además una
extraordinaria cocinera. Pasó días haciendo manjares venezolanos: asado negro,
carne desmechada, caraotas, bollos pelones... y cuando llegó Astrid al
apartamento de La Mecha en Parque Central (que habíamos decorado profusamente
para la ocasión), la actriz y cantante Mexicana nos sorprendió a todos sacando
de su bolsa un frasco de picante gigantesco. Sin siquiera probar la comida,
bañó todo de su picante mexicano y allí fue que empezó a comer, ante los ojos
claros y sin vista de la pobre Mecha, jejeje.
Otra cosa que recuerdo es que a mí no me dejaban salir
de noche, entonces yo mentía para poder ir a las obras de teatro y después a
las fiestas con los artistas, algunas incluso en casa del mismo Carlos, otras
en Mata de Coco o en la calle. El festival muchas veces coincidía con la Semana
Santa que es de asueto en Venezuela, así que yo inventaba a mis padres que me
iba a la playa la semana completa con mi mejor amiga, para poder disfrutar
tranquila del festival. Me quedaba durmiendo con mis amigos. Una noche,
llegando al Ateneo a ver una de las obras, una de mis compinches me emboscó en
la calle... “No entres, tu mamá vino a ver la obra”. Jajajajaja. Yo salí
corriendo súper frustrada... ¡Quién me manda a haber tenido una mamá a la que
le gustaba el teatro!
Septiembre 2023
Esta entrevista será publlicado próximamente en el libro
“El FITC de María Teresa y Carlos”, de edición online y lectura gratuita.
Escritora y dramaturga venezolana )Puerto
Cabello, 19 de febrero de 1968). Se dedica a
escribir telenovelas y obras de teatro. Vive en
Miami desde enero de 2008. Ganadora de un Premio Municipal de Teatro (Caracas) por su
obra Crónicas desquiciadas (2002) e igualmente ganadora de un Premio
Emmy como coescritora de la serie para televisión Gabriel, amor
inmortal, galardón que otorga la Academia Nacional de las Artes y Ciencias de
la Televisión de los Estados Unidos (2009). En abril de 2021 publicó un libro
de crónicas humorísticas semi autobiográficas llamado MORIR DE HUMOR. En junio
de 2022 ganó el PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA DE LA CIUDAD DE LAS PALMAS DE
GRAN CANARIAS en su edición número 25 con su libro POEMARIA.