Mi encuentro con el Festival Internacional de Teatro de
Caracas (FITC) fue de la manera menos pensada, se remonta en aquellos
tiempos en donde la vida en Venezuela era más sosegada y vivible: 1960- 1976.
Para entonces me
encontraba trabajando en ese lugar hermoso llamado casco de Petare, lugar
privilegiado por el cuidado de sus calles de piedras y casas coloniales bien
preservadas. En una de ellas, disponíamos de una pequeña habitación en dónde
ensayábamos nuestras obras con mi grupo de teatro de entonces: Teatro La Otra Banda.
En ese lugar, un buen
día apareció Carlos Giménez
con la mágica Mariela Romero excelente dramaturga venezolana. Ella
generosamente lo llevó pues tenía referencias nuestra de nuestro trabajo con
Rodolfo Santana.
Buscamos un espacio en
un rincón donde observarán el ensayo de la obra "Tiranicus" de
Rodolfo Santana. Al término del ensayo Carlos nos invitó a formar parte de los
grupos venezolanos participantes en la edición del III FITC (1976). Así entramos en ese mundo extraordinario creado
por Carlos Giménez y se abrió el abanico
de nuestra amistad y el disfrute de este singular evento.
Vivir esa experiencia
en el FITC y disfrutar de cada actividad programada en la vasta grilla de la
fiesta, no tenía parangón. Era saltar de la realidad a otro mundo gigantesco
lleno de encanto, fantasía y vigor creador. Grupos de distintos países de todo
el mundo, maestros de la escena, directores, actores, actrices, escenógrafos,
pintores, músicos y cantantes. Todo esto
era increíble y fascinante. Era toda una escuela visual y mental donde reinaba
el arte y la cultura en total majestuosidad. Esto era solo comparable al Festival Mundial de Teatro en Nancy, Francia
de Jack Lang en su mejor momento, evento que recuerdo por haber participado
en el año 1973 con la obra “La Farra” también de Rodolfo Santana.
La distinguida señora Maria
Teresa Castillo tuvo la objetividad de dar cuenta del genio creador de Carlos
Giménez y pudo convencerlo de quedarse
entre nosotros respaldando cada una de
sus iniciativas, y no sé equivocó. El FITC saltó al mundo de la escena mundial
como el mejor festival de América y luego del mundo.
De esta manera, los
grupos venezolanos entraron a formar parte de la enorme legión de creadores que
se apersonaron en nuestro país. Ese contacto despertó la creatividad
apaciguada, de algún modo, de nuestros artistas. Pudimos participar en
talleres, intercambios, contactos directos con otros creadores y los enlaces
para concurrir a festivales internacionales. Era pues, una retroalimentación
positiva que se mantuvo por largo tiempo. Durante el desarrollo del Festival de
Caracas era un corri-corri de un lugar a otro, viendo espectáculos en la calle
de gran factura hasta en salas de alto renombre o pequeños espacios habilitados
para representación de obras y todos los interesados de los ciudadanos cabíamos
en ellos. Absolutamente todos.
En esa angustiosa
carrera por ver y participar, de llegar a la sala a tiempo para lograr la mejor
localidad era una odisea, luego salir rápido para ir a otro teatro, era
fantástico y agotador.
Esto reafirma que
invertir en cultura y en el arte es la más relevante acción política a favor de
una nación. Esto se ha dicho sobradamente, muchísimas veces y los
"políticos obcecados" no lo oyen o lo han dejado de entender. Solo
así, crecen y se desarrollan los países, lo demás es oscuridad.
El FITC creación
absoluta del magistral Carlos Giménez, se constituyó sin duda alguna, en la más
grande aventura de nuestro teatro venezolano en años.
Córdoba, España, 2 de agosto de 2023
Venezolano residenciado en España. Director, productor, actor, diseñador de vestuario y escenografía, docente, gerente cultural, pedagogo teatral, dramaturgo, guionista cine. Fundador del Festival Internacional de Teatro de Los Andes, Teatro Móvil Campesino y El Theatrón Centro Dramático (Mérida). Ex Presidente del Consejo Regional de Teatro del Estado Mérida. Ganador de varios premios nacionales e internacionales. Participó en más de 20 festivales internacionales de teatro. Trabajó con César Rengifo, Márquez Páez, Gilberto Pinto, Rodolfo Santana. Tomó talleres con Augusto Boal (Brasil), Enrique Buenaventura (Colombia) y Ruggiero Jacobi (Italia). Ha dirigido más de 45 obras de teatro y realizado giras por varios países, entre ellos España, Francia, Colombia, Portugal y México.