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CAMINANDO CON CARLOS GIMÉNEZ POR JUAN PAGÉS, Neuquén, Argentina, febrero 2023

 

Carlos Giménez




Para Viviana, un poco tarde como la Historia.

 

 

Juan Pagés, Mario Delgado, Carlos Giménez, María Rosa Grotti en Picnic en el Campo de Batalla
dirección de Carlos Giménez, 1969. Fuente: Juan Pagés




UN CREADOR Y VISIONARIO LLAMADO CARLOS

 

Conocía a Carlos de nombre, por sus grandes logros en el teatro.  

Corría el año 1967, cuando estudiando en El Teatro Estudio de Córdoba montamos la obra de teatro infantil Cosas de Pepito de Jorge Audrifred bajo la dirección de Dante Cena: yo interpretaba el personaje del gato.  Carlos vio una función y al terminar la representación  veo que conversa con Dante (creo, sobre el trabajo, aunque a Carlos no le gustaba hacerlo).  Cuando se iba me ve, me hace una seña para que lo alcance, me saluda, y muy sarcásticamente, cosa que Carlos siempre hacía, me dice: “me hace falta un gato así”. ¡Yo no entendía nada, risas y cachete colorado!  ¡¡¡¡Carlos me habló!!!!!”. Y se fue.

La curiosidad fue tan grande ante lo que me dijo que a los días fui a la sede de El Juglar, en  la calle Rioja al 300. Estaba ensayando El Cementerio de Automóviles, Carlos fue a indicar un movimiento  a Anita, su hermana; yo, mudo. Cuando Carlos se da vuelta para regresar a su sitio, me ve y como si me conociera de siempre me dice “Si querés podés quedarte”. Al terminar el ensayo, gran algarabío de los actores, conversan entre ellos. Yo, mudo y tieso. Anita me ve, no me conocía, fue amable y cariñosa.

 (Continuamos en Venezuela en esa onda y con ella y Percy trabajamos llevando eventos a Ciudad Guayana. Con la dolencia de Carlos, era muy difícil poder comunicarse con él, Anita me hacía la “segunda” y lograba que me atendiera por teléfono. No podíamos hablar mucho, se cansaba, pero siempre me repetía: “Yo salgo de esta, tengo que hacer muchas cosas…”)

Volviendo a Córdoba,  al término del ensayo del Cementerio de Automóviles, Carlos comienza a conversar conmigo como si ya hubiésemos tenido conversaciones previas, como si nos conociéramos de hace tiempo. Hablamos sobre el ensayo, sobre planes, montajes, salimos de la sede y fuimos caminando y charlando por varias cuadras.

Desde ese día continuamente nos encontrábamos y siempre me preguntaba “qué quería hacer” referente al teatro. Me indicaba “debes hacer tal y cual cosa.”

Pero yo seguía en el Teatro Estudio de Córdoba. En una de las tantas conversas me propone integrarme al proyecto Remedio para Melancólicos con la primera actriz Milagro de la Vega, le dije de una “SÍ” y me contesto “así se hace”. Me entregó un pequeño monólogo de su autoría que era el Barrendero. Estreno, éxito, yo seguí con mis estudios y actividades teatrales. Siempre nos seguíamos encontrando y siempre sabía lo que estaba haciendo.

Sin duda Carlos fue un orientador y conductor en la forma de comprender el valor del hecho teatral y cómo enfrentarlo. Por esa época Carlos ya tenía en vista salir nuevamente de gira y estaba hablando con Héctor Veronesi, director del Grupo Chocolate para integrarlo al proyecto.

Yo escribo y estreno una obra Infantil Las Aventuras de Pablito e integro el elenco de la Comedia Cordobesa. Luego Carlos me propone integrar El Juglar y  comienzan ensayos de diferentes obras:  Picnic en el campo de batalla, Los Amores de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín, remontaje de La Querida Familia.

En donde se explica la frase que me dijo Carlos cuando me conoció “me hace falta un gato así”, por un personaje que incluyó en la obra. También  EL PROYECTO Encuentro para una sola voz con Norma Leandro y CASUALIDAD O TAMBIEN CAUSALIDAD, me pide que interprete en ese montaje, nuevamente el monólogo del Vagabundo. (Carlos siempre veía las acciones que vendrían con mucha anterioridad) visionario o no ¿???

La situación en Argentina estaba muy tensa, se tenía vista la posibilidad de salir de Gira por Latinoamérica hasta el Festival de Manizales. Cordobazo en pleno, salida por Mendoza a Chile y Festival de Manizales.

 


María Rosa Grotti, Esther Plaza,  Graciela Castro, Mario Delgado, Héctor Veronesi, Hugo Arneodo, Juan Pagés. Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, dirección de Carlos Giménez. Fuente: Juan Pagés




TE RELATO ALGUNOS SUCESOS

La invitación que recibimos para ir a Venezuela nos la hizo el profesor y director de Teatro del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, Omar Arriechi, ofreciéndonos, algunas funciones en el Teatro Juárez y en el Politécnico. Alojamiento y comida en casas de familia.

Estando en el aeropuerto de Manizales  La Nubia para regresar a Bogotá y luego ir a Venezuela nos encontramos con uno de los jurados del festival de Manizales, Alfonso Sastre, gran conversación, más con Carlos, por supuesto; Esther Plaza sí se integró en el acto. De repente oigo que Carlos me llama y me presenta a Alfonso Sastre y le dice: “este es el actor que elogiaba”.  Yo no entendía nada. Sastre me dirigió la palabra, pero lo único que entendí de lo que dijo fue: “el soldado enemigo” referente a la obra Picnic. Carlos toma la palabra y dice” pero en la dificultad está la unión”. Yo tenía puesto un sombrero aguadeño que había comprado en Manizales y Carlos, ni lerdo ni perezoso, le dice: “Juan quiere obsequiarte este sombrero”, me lo saca de la cabeza y se lo entrega a Sastre. HORA DE EMBARQUE.  Carlos me dice: “Tranquilo que vienen cosas buenas”.

En Bogotá tuvimos que esperar un día el vuelo para Venezuela, entonces salimos a dar una vuelta por La Candelaria, Esther Plaza, Graciela Castro, Hugo Arneodo, Carlos y yo. Mientras estábamos caminando una gitana nos comienza a seguir, hace señas para que nos detengamos, no lo queríamos hacer, Carlos era miedoso y sin embargo fue él quien nos dijo que nos detuviéramos. La gitana llega, comienza a platicar con nosotros y luego con Carlos comienza una conversación. De repente se quedan en silencio y la gitana le toma la cara a Carlos y mirándole fijamente a los ojos le dice: “tendrás un accidente muy grave en otro país dentro de unos 9 o 10 años, tendrás una caída de mucha altura, pero con el tiempo te recuperarás”.  No supimos qué decir, nos miramos unos a otros, empezamos a caminar, nadie habló nunca de eso. La gitana se fue.

(Accidente caída en el Teresa Carreño 1979???  Esther Plaza llama por teléfono a Hugo Arneodo a Cumaná y le informa del accidente de Carlos haciendo referencia a lo que le vaticinó la Gitana en Bogotá. Hugo me llama  y me dice “Juancito, lo que dijo la gitana en Colombia le sucedió a Carlos”.)

Barquisimeto nos abrió la puerta, nos alojamos en casas de familia como si fueran las nuestras, el cariño y entrega de los barquisimetanos nos hizo comenzar a amar a Venezuela. Éxito rotundo. El Ateneo de Caracas (Josefina de Palacios y María Teresa Otero Silva) nos invita a realizar presentaciones en la capital, revuelo total de gente y éxito. La Federación de Ateneos nos organiza una gira por todo el país.

Al culminar debíamos regresar a Argentina o buscar qué podíamos hacer en Venezuela. Carlos es invitado a dirigir en el Ateneo de Caracas. Esther Plaza es contrata por  el Canal 5, Televisora Nacional. Hugo Arneodo es contratado por la Universidad de Oriente, Cumaná, como director de teatro. María Rosa Grotti y yo nos quedamos en Caracas y fundamos el grupo Gente de Teatro y comenzamos a trabajar en el Parque El Conde, en la Sala Metropolitana de Conciertos. Héctor Veronesi y Graciela Castro regresan a Argentina y Mario Delgado a Perú. Al tiempo María Rosa Grotti se regresa a Argentina. Yo ya estaba trabajando con el Ministerio de Educación. El punto de reunión de los que quedamos, Carlos, Esther y yo, fue el cafetín del Ateneo de Caracas; Hugo no podía por la distancia de Cumaná a Caracas.

Carlos me llama y me cuenta del montaje que quería realizar de un poemario del autor Antonio Miranda (brasilero residenciado en Caracas) titulado Tu País está Feliz. Carlos ya había montado Don Mendo 71 pero no encontraba gente que pudiera seguir con la propuesta que quería realizar con Tu país está feliz, necesitaba gente joven, de confianza y con la fuerza necesaria para darle vida a los textos. Además quería un elenco nuevo, muy juvenil.

Me dice si quiero integrarme al proyecto y que llamaría a Mariel Jaime Maza (también integrante del Juglar, que  la había invitado desde Argentina a trabajar en la Don Mendo 71). Nos propone que Mariel y yo fuéramos los inductores al proceso de creación y que le ayudáramos en la dirección actoral, ya que el resto de los actores no tendrían experiencia. Fue un reto compartido del cual VIENE RAJATABLA.

 


 




SI TE CONTARA ANTES DE LLAMARTE “RAJATABLA”

Todo comenzó en una biblioteca pública, en la  Paul Harris, donde trabajaba como bibliotecólogo Antonio Miranda. Un cartel en la puerta llamaba a incorporarse a un proyecto teatral de un poemario de su autoría: Tu país está feliz. No muchos se interesaron, Gustavo Rodríguez, inscrito para el proyecto, le sugiere a Antonio Miranda hablar con Carlos Giménez y solicitarle sugerencias para la puesta en escena.

Carlos recibió con muy buen agrado la petición y le dijo que luego de leer el poemario les avisaría. Carlos me llama y me cuenta del montaje que quería realizar. Conversamos largo rato.  Carlos ya tenía en mente lo que quería hacer.

Se habla muy poco de María de la Purificación (Mari Puri) de Madariaga, joven venezolana, bibliotecóloga, que trabajaba  en  la Biblioteca Nacional de Venezuela y vivía en Caracas, Altamira, a dos cuadras de la Plaza Altamira y amiga de Antonio Miranda.

Ella estuvo en los comienzos integrando el equipo, no como actriz ni gente de teatro, sino como colaboradora, amiga y consecuente de una idea, que con el tiempo marcaría un paso importantísimo en la historia del teatro venezolano.

Su casa muchas veces fue el lugar de encuentros para leer el poemario, donde también estaban Héctor Clotet, Mariel Jaime Maza, Antonio Miranda, Carlos Giménez y yo. Los primeros GRITOS DE LIBERTAD se dieron en esa casa.

Otras personas sumamente importantes fueron sin duda Porte Acero, el papá de Enrique Porte, que desde un primer comienzo creyó en el proyecto junto a María Teresa Otero Silva, abriendo las puertas del Ateneo y de El Portu, encargado del cafetín del Ateneo que casi todos los días nos cedía su espacio.

Poco a poco fuimos (digo fuimos, porque se trabajó en equipo) convocando a quienes integrarían el elenco. Mari Puri invita a  Francisco Alfaro (Paquito), también nos trajo al inolvidable y talentoso Xulio Formoso y a José Ramón Ortiz, todos amigos.  Antonio Miranda a Gustavo Rodríguez, Juan Gómez se hacía oír con sus solos de batería por el Ateneo de Caracas.  José (Pepe) Tejera, regresando de Chile se entera del proyecto, conversa con Carlos y  se une al equipo; lo mismo sucede con  Enrique Serrano que lleva a Leopoldo Renault a las reuniones que se hacían en la Biblioteca Paul Harris.

Carlos da el visto bueno quedando el elenco integrado por Mariel Jaime Maza, Juan Pagés, José Tejera, Francisco Alfaro, Gustavo Rodríguez, Leopoldo Renault, José Ramón Ortiz, Enrique Serrano. Música y cantante:  Xulio Formoso; Batería: Juan Gómez. Producción: José Tejera. Asistente de Dirección: Edgar Martínez Echegaray.  Iluminación, escenografía y Dirección General: Carlos Giménez.

Quise remarcar en negrilla los nombres de los primeros fundadores debido a que se han dado crédito a otros que no fueron.

No tuvimos lugar fijo de ensayo, algunas veces en biblioteca pública Paul Harris, otras en casa de Mari Puri, Cafetín del Portu, terraza de la gran casona del Ateneo que Juancito (el Cuidador), a escondidas, nos permitía  subir para ensayar y dos ensayos en la sala del Ateneo.

Cuando el trabajo estuvo listo realizamos un ensayo en la Sala de Teatro del Ateneo para María Teresa Castillo Otero Silva, Porte Acero, Antonio Miranda, así como representantes de la institución y algunos otros invitados. El trabajo “gustó” pero no teníamos sala para estrenar. En cartelera estaba la obra Don Mendo 71 en horario estelar que dirigía Carlos.

No teníamos nombre, no éramos un grupo. La promoción la hacía el diario El Nacional como “Teatro Ateneo de Caracas presenta Tu país está feliz”.  Nos proponen que realizáramos  el estreno el domingo 28 de febrero a las 9 y 30 de la noche, después de la función de Don Mendo 71. Resultado: “Éxito”. Consecuencias: petición del público, mayoritariamente juvenil, de más funciones.

Cambio de días, horarios, con dos funciones a veces por día. Meses en cartelera a sala llena.

Durante este proceso y ya integrados en una acción común, pasamos a ser Taller de Teatro del Ateneo de Caracas. Sentíamos la necesidad de continuar el trabajo de forma más estable y comenzamos a ensayar Venezuela Tuya con textos de Luis Brito García.

Queríamos, aparte de ser el Taller de Teatro del Ateneo de Caracas, un nombre propio y en un ensayo propusimos que, para el próximo, trajéramos cada uno de los integrantes un nombre escrito en un papelito, para discutirlo y seleccionarlo, así lo hicimos: RAJATABLA.

 






REPÚBLICA DOMINICANA, SANTA DOMINGO, AÑO 1972

Llegamos a Santo Domingo invitados por la Universidad.

La promoción estaba por todos los pasillos, había revuelo por Tu país está feliz, no por ver la obra sino para que no se presentara.

Las autoridades nos reciben, ante los gritos y amenazas de un grupo estudiantil con identificación  a las tendencias de Mao, que exigía la no presentación del grupo en el recinto universitario, nos explican la situación y suspenden la presentación de Rajatabla, alegando que es por los desnudos que se realizan en la obra. Al salir nos enfrentamos al grupo que nos protestaba. Carlos me dice” busca un punto fijo y míralos sobre sus hombros”.  Antes los gritos y proclamas, Carlos alza la voz y grita: “aquí sucederán grandes cosas”.

Regresamos al hotel Hispaniola, en la Av. Independencia esquina Abraham Lincoln. El resto del grupo ya estaba en sus habitaciones, no sabíamos qué hacer, teníamos regreso para dentro de una semana y media, con la angustia ni comimos. Desayunamos con el grupo sin decir nada de lo que había ocurrido.

Carlos, muy intranquilo, comienza a caminar y a dar vueltas y me dice que se va al cuarto. Al rato lo sigo y al entrar  veo  que con la mano derecha se tomaba una parte del cabello y lo enroscaba en sus dedos: cuando estaba en esa situación no lo interrumpía, sabía que sus pensamientos estaban a mil por hora. Se detiene y me mira fijo con un brillo en sus ojos muy particular y dice: “Vamos, ven”.

Salimos a la calle, no decía nada, solamente su rápido caminar me daba la sensación de que iba a un determinado lugar. Llegamos a la zona céntrica de la ciudad pasado el mediodía, entonces lo encaro y le pregunto: ¿qué hacemos por estos lados? Se detiene de golpe y me dice: “Vamos al cine Lido”. Pregunta  a varios transeúntes por su dirección hasta que lo encontramos en la Av. Mella. Mi sorpresa fue grande: era un cine donde pasaban películas subidas de tono. Carlos observa la entrada, la sala de espera y se dirige a la taquilla. Pide conversar con el Encargado, Nos hacen pasar a un cuartito detrás de la taquilla, Carlos se presenta y le dice quiénes somos y qué hacemos. La conversación se complicó un poco, debido a que el Encargado no entendía lo que Carlos quería hacer. Palabras más, palabras menos, consigue hacer un convenio para hacer funciones de Tu país está feliz una vez que terminara la última función de cine. Le daríamos al encargado un porcentaje de las entradas vendidas.

Cuando salimos Carlos me toma de los hombros y en voz baja me dice: “La política no frena al teatro”.

La primera función creo que la realizamos con mucho temor y eso sí, con  muy poco público. Pero poco a poco se corrió la voz y a sala llena trabajamos 6 funciones.

Conversé con Carlos sobre la importancia de las decisiones y lo que el teatro nos brinda y  me quedó una reflexión que hiciera:

 “si lo que hacemos está bien hecho, siempre romperá barreras”

 

©Juan Pagés

Neuquén, febrero 2023

Director de teatro, actor, docente. Cofundador de Rajatabla. Fundador de La Barraca.  Miembro del grupo El Juglar de Carlos Giménez.

 

Nota de internet: “Cine Lido. Es un cine que trasmite películas para adultos. Está ubicado céntrico, de fácil acceso para ir caminado, es discreto, las instalaciones están un poco desgastadas pero para ver, ligar, conocer otra persona está bien, tomando en cuenta que las estructura son viejas, el precio es simbólico, abre y cierra temprano.”

 

 

 

 

 

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