"Un teléfono irrumpió violentamente contra el cristal de la ventana. El edificio temblaba todo, se estremecía al compás de los gritos. La furia incontenible provocaba el sube y baja de montones de personas que, con el ceño fruncido, solucionaban miles de problemas. El batir de las puertas aceleraba sus pasos y los tropiezos inevitables desencadenaban risas nerviosas (...) La fuerza de Giménez lo impulsaba todo cual manivela de zaranda. En ese huracán giramos todos los que con él trabajamos alguna vez. Impulsados por el estrés incalculable que provocaba su carácter. Conscientes de que se estaba ante la presencia de alguien que sabía lo que hacía. Alguien que era capaz de hacer llegar a este lejano país a los más grandes del teatro del mundo. Alguien que lograba convertir a Caracas en el escenario del mundo (...)".
Fuente: Ana Lía Cassina, Mariana Llanos, Carmen Gallardo