¡Hace
40 años me tocó la lotería! Me gané la oportunidad de aprender el oficio de la
producción de espectáculos al lado de uno de los más grandes: El gran Carlos Giménez.
Un 13 de Febrero de 1975 (no 74 como se comenta por ahí) se estrenó en
el Pequeño Teatro de Magallanes de Madrid Magnus
e hijos, obra de Ricardo Monti por el grupo Rajatabla. El periódico ABC lo
reseña en la página 68 de ese día, en la sección Informaciones Teatrales y
cinematográficas. Comencé mis primeros pasos gracias a mi prima Mariela
Ibarra Romero, quien le pidió a Carlos que me pusiera a hacer algo porque
"esta muchachita de 17 años esta de ociosa"... nos habíamos mudado a
Madrid con mi padre, después de un tormentoso exilio.
Carlos me echó una mirada y le dijo a
Salitas Jose
Rafael Salas Verde, "ella te va a ayudar". Salitas tenía la
responsabilidad del vestuario, la escenografía, las luces y un montón de cosas
más... Y asistí a las primeras lecturas de la obra... y me fui quedando
fascinada... conocí a un grupo de jóvenes (un pelín más mayores que yo) que me
parecían dioses en ese momento... Ángel
Acosta, Paquito Alfaro, Alexander Milic, Williams López (hoy en día gerente
y director de Rajatabla) y ellos leían con pasión, Alexander se iba
convirtiendo en ese Magnus, y los otros chicos en sus hijos, ¡todo ante mis
ojos ! ... ¡y de repente la realidad del trabajo me golpeó! Tenía que conseguir
hielo seco, escarcha, periódicos viejos, mandar a hacer lámparas de latón,
comprar bombillos y cuando me di cuenta, Salitas también era parte de la
obra... ¿y entonces? ¿¿¿quién iba a hacer las luces??? ¿¿¿y tener todo listo
para la función cada día??? ¡Pues yo! Esta carajita de 17 años de edad, sin
experiencia ninguna, pero con una pasión y unas ganas enormes de estar allí y
de aprender.
Cada día admiraba más la capacidad de
Carlos de montar un espectáculo fascinante. Su manera de dirigir era potente.
Te impregnaba con su creatividad... iba creando los espacios, momentos y
escenas hasta lograr un mundo fuera de este mundo, dándole vida a las palabras
escritas por Monti, y yo me fascinaba cada vez más...
Carlos tenía un carácter fuerte, y
cuando se ponía bravo... ¡ay ay ay! sálvese quien pueda ... podía arremeter
contra lo que se le atravesara, muy particularmente la escenografía (y yo
detrás," no Carlos, no lo rompas que no hay más!')… y gritaba improperios
que a mi corta edad yo nunca había escuchado, pero también escuchaba sus
palabras de aliento y sus elogios cuando las cosas salían bien. Sus estándares
de calidad eran tan altos como su imaginación. Cabe destacar que a mí jamás me
regañaron... o porque estaba jovencita o porque me tomé mi trabajo muy en
serio...
Aprendí a quemarme los dedos cambiando
un bombillo habiendo dejado el braker encendido (tomemos en cuenta que la
electricidad en España es de 220), a encontrar donde meter unos cables sueltos
en un black out metiendo los dedos en los enchufes, a caminar por todo Madrid
buscando escarcha, y al final darme cuenta que jamás la encontraría si no la
llamaba por el nombre por la que la reconocían en la madre patria: ¡¡"brillantina"!!
¡Jo! Aprendí a que una caja de clavos debajo de un escenario podía pasar por
una bomba y asustarnos como a nadie... Aprendí a viajar por el sur de España con
el grupo, a organizar hoteles y boletos de tren y a correr en estampida cuando
la Guardia arremetía contra los estudiantes de la Universidad donde nos
presentábamos... ¡¡uff !! Aprendí a tener todo listo antes de subir el telón.
Me gané la confianza de Carlos y al
regresar a Madrid, después de la gira por Andalucía, Carlos me mandó al gran
teatro Capsa en Barcelona, 15 días antes de la primera función allí. Sí, a mi
solita, de 17 años, a entenderme con la gente del teatro, a firmar un contrato,
a conseguir hotel, a realizar la pre-producción y a tener todo listo para
cuando todos llegaran... y así lo hice... el 25 de Marzo del 75 Rajatabla
presentó Magnus
e Hijos en Barcelona... ¡¡qué experiencia tan maravillosa!! ¡enriquecedora
y explosiva en mi vida!
Desde entonces, estar detrás del
escenario me fascina. Produje muchos espectáculos para mi papá, discos,
programas de radio, conciertos, desfiles, concursos de belleza ¡¡y pare usted
de contar!! ¡¡Trabajar con mi padre fue mi Master!!, mi Doctorado... y ahora,
trabajando con el Maestro
Vladimir Issaev durante estos últimos 18 años, ¡he logrado un
doctorado más! Producir espectáculos de ballet.
Definitivamente producir espectáculos en general es lo mío... esa adrenalina que se te alborota la semana anterior del show, cuando piensas que nada está listo y que todo va a ser un fracaso... esas mariposas en la barriga minutos antes de abrir el telón siguen estando tan vigentes como hace 40 años... Lidiar con músicos, directores, coreógrafos, bailarines, actores, escenógrafos y vestuaristas puede ser estresante, ¡pero me fascina!
Cuando veo al público aplaudir a los artistas y al talento en vivo, todo en mí vibra . ¡¡La felicidad es inmensa!!
Gracias Carlos
Giménez... Gracias Aldemaro...
Gracias Vladimir. Gracias
a ustedes puedo decir con orgullo que me encanta mi trabajo, y lo hago con
gusto y con pasión... cualquier otra cosa que se atraviese solo huele a
mediocridad... no vale la pena. Son 40 años de experiencias y de arduo trabajo.
De lograr el respeto de los colegas y de gente mucho mayor que tú, de artistas
reconocidos y todo por tu calidad de trabajo y profesionalismo.
Esa reseña del diario ABC de Madrid
dice textualmente: "Intervienen en la representación Williams López,
Francisco Alfaro, Ángel Acosta, José Salas, Alexander Milic y Mariela Romero;
dirige Carlos Giménez, José Salas se ocupa de escenografía y vestuario y Ruby
Roerro (sic) es asistente de dirección". ¡¡Mi nombre por primera vez en la prensa
y escribieron mal mi apellido!! ¡¡qué momento!! Ahí queda eso...
Productora