Carlos Giménez, María Teresa Castillo, Juan José Bartolomeo y Miriam Fletcher, Casa del Artista |
Vi el post donde me etiquetaron
pidiendo material del FITC.
Lamentablemente no guardé nada y no existían redes sociales en aquellos años.
Lo que sacaron en la prensa y fotos de algún fotógrafo como Rolando Streuli se
quedó en los archivos de la Casa. Dudo los conserven.
Lo cierto es que la Casa del Artista
fue un proyecto presentado por Alfredo Sadel a Amador Bendayán y originalmente
era una casa hogar para artistas. Eso se modificó a un centro de mejoramiento
profesional y presentaciones teatrales que recaudaran recursos para apoyar con
becas y salud a los trabajadores culturales de todas las disciplinas. Se
recibió en comodato un edifico y un lote vecino donde se construiría una
clínica y otra sala grande, un cine y más salones de uso múltiple. Se recibió
un cascarón en pleno cambio de gobierno en 1989/90 en una guerra fuerte que era
contra Blanca Ibáñez y Jaime Lusinchi pero que nos caía directamente a nosotros.
Nadie quería ir.
José Antonio Abreu y María
Teresa Castillo, que eran visionarios, apuestan por apoyar el proyecto y logran
que Carlos Andrés Pérez apruebe recursos para culminar la obra. Así llega
Carlos Giménez a la directiva, representando al Conac.
Miramos Fletcher, que se convirtió en ficha
fija en mi vida, me decía que Carlos llegó siendo otro a la Casa. Que Mirla y
yo lo habíamos conmovido trabajando en soledad y se volvió nuestro ángel de la
guarda. Del Carlos temperamental, bravo etc. yo no vi ni un milímetro. Solo al
creador. Al genio y al amigo. Muchas tardes se venía desde Rajatabla y
hablábamos solo de planes para los espacios de la casa... y lo que el llamaba
"el paso de comedia", cuando
participaban Conchita Obach, doña Amalia
Pérez Díaz, Rafael Briceño, Mirtha Pérez, Mirla Castellanos y Guillermo Dávila
conmigo hablando de locuras del medio... impublicables!
Hubo un salto al éxito y se
reunió el mundo cultural en pleno con la tv y radio cubriendo todos nuestros
eventos. Se abrieron las salas Juana Sujo y Doris Wells. Llegaron Román
Chalbaud, Isaac Chocrón, el maestro Rafael Briceño, doña Amalia Pérez Díaz, Yolanda
Moreno y Carlos Marques como asesores y directivos, con Mirla Castellanos de
presidenta.
Se incluyeron las 2 salas en la
grilla del FITC de 1990, aún sin estar completamente equipadas, para recibir todo
lo posible en equipos y promoción del festival. Quiero decir aquí que ésa fue
una función muy importante del FITC: dotar a las nuevas y viejas salas de
teatro de los recursos técnicos de que carecían. Además de la promoción que
hacía que, acabado el festival, el público supiera de nuestra existencia y
acudiera a nuestras funciones.
En nuestras salas recibimos al Teatro
de arte de Moscú con la pieza El jardín de los cerezos de Chejov... y en
ruso, con traducción simultánea y equipos de la primera actriz América Alonso.
También recibimos Tambores en
la noche del Teatro di porta di Roma, El tren de Chile y varias obras
venezolanas con un homenaje a José Pepe Tejera con función única de El coronel no tiene quien le escriba.
Charlas, foros y las visitas de
Cristine Chapineau, la Diosa francesa de la Danza o de la directora del
festival internacional de teatro de Colombia, Fanny Mickey, marcaron a la Casa
como centro importante.
En la Casa se presentaban Fausto
Verdial con Orlando Urdaneta en Pares y Nines o Mimí Lazo con El
aplauso va por dentro, Flor Núñez con Tengamos el sexo en paz, Tania
Saravia, Orlando Urdaneta con Divorciarme yo? y piezas fabulosas de Carlos
como Despertar de primavera o El campo con Karl Hoffman y Francis Rueda, también grupos de danza o populares del país: no teníamos
fechas libres para seguir programando. Éxito total.
La Casa creció y se volvió en
lugar respetado. Se creó el Premio Nacional del Artista, que la gente del Oscar
americano se sorprendió al ver que era multidisciplinario; la Orden Alfredo
Sadel de las Artes... y pasos gigantes para la creación de la clínica.
Y Carlos Giménez y el FITC
fueron determinantes para que todo esto fuera posible...
Director general de la Casa del Artista
1987- 2001
Este artículo forma parte del libro “EL FITC DE MARÍA TERESA Y CARLOS ERA UNA FIESTA”, de próxima aparición.