Dirigido por Carlos Giménez, es la primera vez que se realiza en América
Amplia representación española, con Valle Inclán como protagonista
ÁNGEL LUIS DE LA CALLE
Caracas - El País, España, 5 Julio de 1978
Después de quince años de existencia circunscrita exclusivamente al continente europeo, el Teatro de las Naciones se ha trasladado a Latinoamérica, como un reconocimiento de la realidad histórica de esta región de mundo y resultado de su renacimiento cultural. La IV Sesión Mundial del Teatro de las Naciones se inauguró ayer oficialmente, en Caracas, aunque las sesiones de trabajo se iniciaron hace ya algunos días. Los organizadores venezolanos han conseguido concentrar en el programa de la sesión la más densa y amplia serie de acontecimientos de toda la historia del Teatro de las Naciones. Es tal la cantidad de coloquios, exposiciones, talleres, exhibiciones musicales y folklóricas, aparte de las representaciones teatrales mismas, que al simplemente espectador o al estudioso se le hace difícil seleccionar las preferencias.
Es precisamente este uno de los aspectos más destacables de la IV Sesión Mundial: tanta importancia se le ha dado a los intercambios de ideas, a los análisis sobre la realidad teatral del momento, como a las escenificaciones de obras. El festival deja de ser, así, una simple concatenación de estrenos o reposiciones para convertirse en un auténtico foro de singular importancia.
Toda la programación se ha elaborado en base a un lema fundamental: «El teatro en su contexto histórico.» Los coloquios, uno de los tres grandes pilares de la IV Sesión, miran decididamente hacia Latinoamérica, como lo demuestran los enunciados de los temas: La dramaturgia y la crítica en América Latina, Las corrientes estéticas y su introducción y aplicación en América Latina, Confrontación de teatro del Tercer Mundo y El espacio teatral.
En el primero de estos grupos, los ponentes han tratado de situar la identidad del teatro latinoamericano y su proyección histórica. El segundo analiza la influencia en este continente de tres grandes renovadores de la escena moderna: Stanislaviski, Brecht y Artaud, en el tercero de los coloquios se planteará el amplísimo tema del teatro popular a través de la creación colectiva.
Otra de las significativas actividades paralelas es la exposición «Gran Teatro del Mundo», que recoge en fotografías, cuadros, carteles, vestuarios, reproducciones escenográficas y espectáculos audiovisuales la evolución de la expresión teatral en el último siglo, con una especial referencia a la escena venezolana. En esta exposición se presenta, además, una parte específica dedicada al autor español Valle Inclán, a cuya Figura dedica la IV Sesión del Teatro de las Naciones un homenaje especial.
Uno de los foros que más expectación ha despertado es el que se dedicará al tema Teatro y democracia en la España actual, en el que van a participar Antonio Buero, Enrique Llovet, Eduardo Haro, José Campos-Borrero, Manuel Collado, Rafael Pérez Sierra, Ricardo Salvat y Juan-A. Hormigón.
La parte escénica de la IV Sesión no es menos densa que las actividades paralelas. Los organizadores han preferido, en este sentido, cargar las tintas sobre la significación de los grupos teatrales más que sobre las obras mismas. Cuarenta y cinco de estos grupos representan a los treinta países presentes en el festival. La participación venezolana es la más nutrida: nada menos que trece conjuntos. Hay representaciones tan atractivas como las de Mali, Nigeria, Irán e India.
La presencia del grupo estadounidense Bread and Puppet, que representará Juana de Arco, es otra de las vedettes anticipadas de la IV Sesión. Otro grupo norteamericano, La Mama, pondrá en escena una obra de Fernando Arrabal, El arquitecto y el emperador de Asiria.
La representación escénica española ha quedado a cargo de la compañía de María José Goyanes, con dos obras de Valle Inclán, La hija del capitán y Las galas del difunto. México ha elegido otra obra de Valle, Luces de bohemia, para su presencia en la sesión, con José Tamayo como director de la Compañía Nacional Mexicana.
Un miembro del comité que visitó España para ponerse en contacto con las distintas compañías teatrales españolas había invitado a la de Nuria Espert para que ésta representara en Caracas la versión de Fedra, realizada por Salvador Espríu, aunque en el programa oficial no figura esta compañía, sin que, por el momento, se hayan dado razones para ello.
05 de julio de 1978.
Fuente texto : El País
Fuente Primer subtítulo y foto: este blog