Como si nada le bastara, como si nada fuera suficiente, como si todos los días Carlos tuviera la obligación de estrenar un nuevo proyecto, como si no pudiera apagar esa necesidad que lo impulsaba a crear día a día un hecho artístico, y eso fue su vida, desde siempre, desde recién egresado del Seminario de Teatro “Jolie Libois” de Córdoba (Argentina), un creador compulsivo, desafiante, audaz, polémico, incansable…talentoso…!
CREACIÓN DEL NUCLEO
DRAMATICO EXPERIMENTAL DE RAJATABLA
En
el año 1991, Rajatabla, cumplió sus veinte años de existencia llevando la
cultura teatral venezolana por todo lo alto, asombrando al mundo. Para
celebrarlo y celebrarse, la Junta Directiva de Rajatabla: Carlos, Pepe Tejera,
Aníbal Grunn, Francisco Alfaro y Daniel López resolvieron crear un NUCLEO DRAMATICO
EXPERIMENTAL al que dieron el nombre de “FEBRERO 28”, tal el día de la
fundación del elenco madre. Este era un
nuevo movimiento artístico creado e
impulsado por ese generador incansable de fuentes de experimentación,
profesionalización y trabajo que fue Carlos Giménez.
La
premisa fundamental de la nueva agrupación era llevar a escena libros de
autores latinoamericanos y estar integrado por actores del Grupo Rajatabla que
voluntariamente se sumaran al proyecto, siempre que no interfiriera con las
actividades (funciones, ensayos o giras) del Grupo Rajatabla.
En conferencia de prensa del mes de julio de
1991 cuando se da a conocer el proyecto, Carlos decía:
“No debemos dormirnos
en los laureles. Ha llegado momento en que los actores veteranos y jóvenes de
Rajatabla puedan experimentar otras técnicas de actuación y dirección, en una
actitud que les permita ofrecer nuevas y diferentes alternativas a sus trabajos.
Este nuevo elenco estará liderado por una Comisión Directiva formada por Pepe
Tejera, Daniel López y Francisco Alfaro, quienes serán los responsables de la
concepción, producción y ejecución de la programación”.
También por esta época, Carlos, de común
acuerdo con el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CDNT) convoca a escritores para un
proyecto internacional donde cada autor desarrollaría un tema sobre el lema “la
madre de todas las batallas”. No puedo ampliar este tema ya que no formé parte
del mismo, pero entre los autores invitados
llegó a Caracas Raúl Brambilla,
actor, autor y director cordobés, compañero mío en el elenco de la Comedia
Cordobesa.
Fui
invitado a formar parte del elenco de Febrero
28, y Carlos me pidió que yo propusiera proyectos para un primer montaje.
Un tanto desorientado sobre cuál sería la estética del nuevo elenco lo conversé
con Brambilla. Él me sugirió algunos libros y entre ellos uno de su propia
autoría que ya había sido montado en Córdoba por la Comedia Cordobesa con mucho éxito: El corazón en una jaula.
En
esta obra, Brambilla proponía un encuentro ficticio entre dos históricos
cineastas: Jean Vigó y George Meliés en un diálogo que los envuelve y los
preserva de vivir en una realidad que les es adversa. La obra tiene varias
lecturas y el personaje de Meliés me ofrecía la posibilidad de mostrar varias
facetas en la composición dramática. Se lo propuse a Carlos. Lo leyó y al otro
día me llamó para decirme que lo había aprobado, que me hacía responsable, que
confiaba en mí, pero que si era un yerro me pondría una estampilla en la frente
para que me regresara a Córdoba.
Raúl
Brambilla fue designado como director artístico y él seleccionó un elenco de
jóvenes actores de Rajatabla con quienes nos embarcamos en el nuevo proyecto: Luz
Rodríguez, Ingrid Muñoz, Vito Lonardo, José Luis Montero y yo. La escenografía fue encomendada a Augusto
González y Marcelo Pont Vergés y producción de Andrés Vásquez y Gabriel Flores
con la asistencia de dirección de José Sánchez.
En
Rajatabla se trabajaba a toda prisa, no habíamos finalizado con una puesta que
ya estábamos encarando un nuevo desafío.
EL ESTRENO DE “FEBRERO 28”
El
estreno de El corazón en una jaula se
produjo en agosto de 1991 en la Sala Esther Bustamante de la Escuela César
Rengifo de Caracas, sala que fue originariamente un estudio de televisión (en
ese momento totalmente abandonado) y el espacio venía de maravillas para los
diseños de los escenógrafos y a los fines de la dirección del espectáculo, ya
que se asemejaba mucho al estudio de cine donde se desarrollaba la acción.
La
primer función se realizó dentro del Festival Nacional de Teatro y Danza de
Venezuela, haciéndonos acreedores a los siguientes premios: Mejor Iluminación:
José Jiménez y Marcelo Pont Verges; Mención Mejor Dirección: Raúl Brambilla; Mención Mejor espectáculo: El corazón en una jaula y finalmente Mejor
Actor: Ángel Fernández Mateu.
Como
verán, me salvé de la “estampilla en la frente” que me devolvería a Córdoba!
Con
semejante inicio hicimos allí una temporada y luego se llevó el montaje durante
1992 a la Sala Rajatabla donde continuamos con mucha afluencia de público y
críticas estupendas, incluso hicimos funciones en el interior del país con un
éxito rotundo, mientras nos preparábamos- todo el elenco- para lo que sería una
nueva maravilla de Carlos Giménez: “Mozart, el Ángel Amadeus” del autor
venezolano Néstor Caballero.
Córdoba, 13 de febrero de 2020
ÁNGEL LITO FERNÁNDEZ MATEU
Vito Lonardo |