CARLOS GIMÉNEZ Y LO QUE EL TEATRO PUEDE SER, por ALBERTO FERRERAS, Nueva York, octubre 2023 / del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992" (2023)


 

©Henry Adebonojo 

                                                                                      



Una de las grandes ventajas de envejecer es que te da la oportunidad de agradecer, perdonar y disculparte. Tres actividades que yo considero esenciales para trascender. Desafortunadamente yo no tuve la oportunidad de agradecerle a Carlos Giménez todo lo que hizo por mí. 

Debí agradecerle por su trabajo como director: su primer montaje que vi fue Agualinda. Yo tendría unos 17 años y lo que mostró esa noche en la Sala Rajatabla me abrió los ojos a todo lo que el teatro podía ser. Era audaz, subversivo, sorprendente, conmovedor. Después de Agualinda vinieron muchos más: Bolívar, La Honesta Persona de Sechuan, La Vida es Sueño, Memory, Historia de un Caballo, La Celestina… unos me gustaron más que otros—pero en todos y cada uno de ellos había una ansiedad innovadora que te estremecía. 

Carlos también creó el Festival de Directores para el Nuevo Teatro, en el que participé dos veces, y dos veces salí galardonado. No tengo palabras para describir lo que significó que a los 19 años, alguien como él te considerara talentoso. El premio del festival me condujo a Nueva York en 1985, y me hizo entender que mi destino estaba en esta ciudad que ha sido tan fría y tan cálida al mismo tiempo.

Pero creo que el Festival Internacional de Teatro de Caracas fue la más importante de sus contribuciones. El hecho de que Carlos y María Teresa Castillo crearan un evento que te permitiera ver lo mejor del teatro mundial tuvo un impacto indescriptible en mi vida: me transformó como artista y como espectador. Caracas se volvía un crisol de talento internacional—no sólo por las compañías que venían a presentarse, sino por los escritores, actores y directores que venían de todo el mundo a participar, o simplemente a aprovechar la oportunidad de ver lo mejor del teatro mundial en un solo lugar. Los precios de los boletos eran mucho mas que razonables y—si no se vendían todos—bastaba con esperar en la puerta para que te dejaran entrar totalmente gratis. Si no tenías la oportunidad de ver la obra, bastaba con que otra persona te contara lo que te habías perdido para llenar tu cabeza de milagros y posibilidades. Juro que llevo tres décadas contándole a jóvenes artistas lo que fue ver a Fura Dels Baus en el Poliedro, o Els Comediants en el Teresa Carreño.

Recientemente monté una obra en Nueva York (“Hamlet in Harlem”, Theater for the New City, 2022) y les aseguro que todo lo que ocurrió en ese escenario—con excepción del texto que está dedicado a mi gran maestro de dramaturgia Juan Carlos Gené—lo aprendí directa o indirectamente gracias a Carlos Giménez.  Carlos no me enseñó lo que el teatro debía ser, sino lo que el teatro podía ser. Ese es el mejor regalo que se le puede hacer a un artista. 

La única vez que llegué a agradecerle algo a Carlos, fue en 1985 cuando ganamos en el primer Festival de Directores para el Nuevo Teatro con “Vanálisis”. Marietta Perroni, Wilfredo Cisneros y yo le regalamos un pequeño broche de oro con las máscaras de la comedia y la tragedia. Recuerdo que en la tarjeta citamos a García Márquez: 

“Muchos años después, frente a un pelotón de críticos teatrales, Marietta, Wilfredo y Alberto habían de recordar aquella tarde remota en la que Carlos Giménez los llevó a conocer el hielo.”

 

 


ALBERTO FERRERAS

Escritor y cineasta venezolano radicado en Nueva York,  conocido por su galardonada novela “B as in Beauty” (B de Bella)—publicada en U.S.A, España e Italia—y por la serie documental “Habla” de HBO (2003-2020). 

Ferreras es el creador de “Somos”, la primera instalación de video comisionada por el Smithsonian para el National Museum of the American Latino, que actualmente se encuentra en exhibición en la galería Molina del National Museum of American History en Washington DC.

Hizo su debut como guionista con el largometraje colombiano “Que Viva La Música” (Sundance 2015), y su trabajo como cineasta independiente lo ha llevado a la Berlinale, el British Film Institute, Outfest, e incontables festivales internacionales de cine. En Nueva York Ferreras ha escrito y dirigido las obras, “My Audition for Almodovar” y “Hamlet in Harlem”, galardonada por su elenco, producción y dirección en los Latino Alternative Theater Awards 2023.

 

 


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