JOSÉ AUGUSTO PARADISI RANGEL: "Carlos Giménez fue Einstein ante el vasto campo de las posibilidades creativas del ser humano", entrevista de Viviana Marcela Iriart, Ciudad de México, octubre 2023/ del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992" (2023)

 


©Rolando Peña-Karla Gómez






¿En cuales Festivales Internacionales de Teatro de Caracas (FITC)trabajaste y cuál fue tu tarea en ellos?

A mi regreso de viaje de estudios en Polonia, alucinado de la potencia cultural de ese maravilloso país. en 1981 se anunciaba el FITC, solicitaban guías y como ya dominaba la lengua polaca y regresaba que explotaba de tantos asombros cotidianos en el bellísimo pentágono cosaco fui a RAJATABLA. Después de una breve entrevista con Pepe Tejera y Gonzalo Velutini me presentaron ante Carlos Giménez. Atrás de la inmensa melena catastrófica que portaba, estaban mis desorbitados azules espectando al último rapsoda del teatro, ángel y gaucho. Dos preguntas, quizás, dos respuestas emocionadas y un mandato  ¡Te encargo primeramente a los artistas de Andrzej Wajda y su producción de EL PRÍNCIPE IDIOTA de Dostoievski y a Tadeusz Kantor con su WIELOPOLE, WIELOPOLE a su arribo posterior a Caracas! 

Caracas estaba incandescente, el centro de tantos sismos y movimientos sicalípticos: el Ateneo de Caracas me engulló. Ser cicerón y traductor de artistas inmensos que no pude conocer en su propia tierra: Tadeusz Kantor, Jerzy Radziwilowicz, Jan Novicki entre otros, fue de parte de Carlos, Merlín aquí, iniciación extática chamánica ante un debilucho, pálido y nervioso Arturo que yo era. Y me explota la granada y un río a correr hasta un mar turbulento de emociones altísimas que fueron ágoras para los creadores teatrales más potentes del planeta. Y me perdonas Viviana, el desvarío poético, no puedo referirme a Carlos, María Teresa o Rajatabla sin que este cardio se desboque.

 

  ¿Qué importancia tuvieron para ti los Festivales Internacionales de Teatro de Caracas?

Desde el primer festival en extensión al recién inaugurado Teatro de la Ópera de Maracay, cuando todavía no conocía a Carlos Giménez, creo 1975 ( tú me corriges los embates del alemán) cuando vi El Campo de Griselda Gambaro con la compañía del Teatro San Martín, The People Show 45 de una compañía de Inglaterra y la Cantata de Santa María de Iquique de Chile, el teatro para un provinciano fue milagro, verdadera homilía sin el tedio de curas engolados y sobreactuados. Era la vida misma, el único cosmos, un relámpago en la noche del mundo. Ya engullido por él, los sucesivos festivales donde participé fueron el simposio de profetas y sibilas que marcaron mi derrotero. El amor a la disciplina, al trabajo, al ennoblecimiento cotidiano del oficio fueron mi libro de gramática: aprendía a leer, como dice Carlos siempre presente, el Coraje de los Persas, es decir las sensibilidades más depuradas del mundo presentado sus altísimos logros siempre en perfeccionamiento. Los Festivales Internacionales de Teatro de Caracas, más allá de ética, estética, academia o universidad son desde mi descubrimiento en Maracay: MI ORÁCULO.

 

¿Qué importancia cultural y económica crees tuvo el FITC para Venezuela?

Más allá del pragmatismo monetario de desalmados materialistas, que cuentan estrellas y no las ven, la importancia cultural y económica es un hecho rotundo. Mucho antes del arribo de Carlos Giménez (Ariel como lo llama mi hermano mayor Juan Carlos Núñez) en Venezuela existía una figura que otorgaba nuestra Cancillería, un cargo de consejero diplomático extranjero invitado para el desarrollo cultural de Venezuela, recuerdo en música a Stanislaw Wislocki o Carlos Chávez. Con la elevación de los precios del petróleo un presidente que soñó un país, Carlos Andrés Pérez,  coincide con la llegada de Carlos Giménez tras su dolorosa deportación de México, adoptado por la figura preclara de María Teresa Castillo en su Ateneo de Caracas.  Vendedor de sueños tras demostraciones prodigiosas de su talento en América Latina y Europa convence con sus ideas y verbo encendido a Pérez. Los festivales se desarrollan exitosamente hasta emparejarlo con el de Nancy, Francia. Una derrama monetaria y más de 60 teatros activados en el área metropolitana de Caracas con extensiones a Maracay y Maracaibo entre otras. La Participación Nacional dialogaba con la Internacional, en vez de vasos comunicantes fueron cerebros comunicantes que impactaron en nuestra cultura y elevaron según la justísima apreciación de Elio Palencia nuestra amedrentada autoestima: APRENDIMOS QUE MÁS VALE SER QUE TENER, en un país desangrado por botas y planes económicos para el desarrollo jamás cumplidos, eructo de pretenciosas gastritis sauditas. Nuestras conductas cambiaron con ojos asombrados, un inmenso diálogo de sensibilidades forjó un público diferente, como ninguno observado en otras latitudes. Ratificó que en Tierra de Gracia la xenofobia no cabe. Teníamos almas sedientas y fueron saciadas con los Festivales de Teatro, nuestro crecimiento se incrementó al igual que subrayaba el slogan: CARACAS, CAPITAL MUNDIAL DEL TEATRO. La cenicienta sí fue al baile, el teatro bailó con su príncipe coreado por públicos desbordados.

 ¿Crees que el FITC benefició o perjudicó a los grupos de teatro nacionales? 

Definitiva y tajantemente el beneficio fue extraordinario. No creo en el hermetismo que supone la generación espontánea. El gran pintor de Inglaterra Francis Bacon enfatizaba que hasta el aire que respiraba lo influenciaba. El inmenso historiador del arte Sir  Ernst Gombrich en su magnífico ensayo Art as Ilusion sostiene que la originalidad como tal no existe, solo es un novedoso cocktail preparado con diferentes licores. En el Creative Bar están todos los licores, la vaina es elaborar ese cocktail que te hace único.  En ese caleidoscopio del FITC se nutrieron nuestras compañías nacionales y elevaron sus disciplinas, alcances estéticos, mejoramientos personales. Las derruidas ideas de un arte encriptado en nacionalismos programáticos como el arte soviético jamás se correspondieron con la evolución de la raza humana. Y de ello doy fe tras mis años de vida en la aún República Popular de Polonia en la cual especté los primeros pasos de su caída roja y hasta pertenecí entre los primeros asociados a SOLIDARIDAD de Lech Walesa.

 El FITC, además de acondicionar teatros y permitirnos acceder a ver y participar en talleres dictados por maestras y maestros de la escena mundial, ¿crees que sirvió para algo más? ¿o que el dinero que se usó en financiarlo se podría haber usado para necesidades más urgentes?

Mis recientes estudios en el campo de desarrollo personal ratifican que tu activo principal es la educación. Mi capital es lo que a lo largo de mi vida he estudiado, he leído, me ha formado. Un adefesio materialista de ideologías para la guerra, que se compiten y se muerden la cola desde escenarios de fanatismos religiosos, políticos, económicos, paradigmáticos en exceso que nos hace cantar el tango CAMBALACHE, que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, derroche de maldad insolente que solo se transforma en compasión, empatía y amor a través de la educación con los auténticos valores del pueblo. SÍ Y CON MAYÚSCULAS:

LOS FESTIVALES DE TEATRO EDUCARON A UNA NACIÓN, A UN CONTINENTE A PONER ÉNFASIS EN LA MÉDULA ESPINAL: NUESTRAS ALMAS…y ahora con minúsculas, los estafadores del alma, los fariseos de nuestros sueños de libertad y democracia, de diálogo y vida republicana, que extinguieron a mi país VENEZUELA desde el fondo de sus resentidos egos enfermos no llegan a las uñas de los pies nítidos de nuestro FITC.


¿Crees que el público venezolano se volvió más exigente con las obras nacionales a

partir de FITC?


Ratifico la teoría de los cerebros comunicantes. Cuando visito algún museo, leo un buen libro, escucho música de altísimo nivel, veo el mejor teatro o una obra maestra cinematográfica me expando, estoy en constante asombro, desarrollo nuevas conexiones entre mis neuronas, nuevas sinapsis, nuevos genes como los demuestran los descubrimientos más recientes en neurociencias, epigenética y física cuántica. ¿A quién le dan una cena exquisita exquisita y sus sensaciones gástricas no cambian, no se tornan más depuradas y exigentes? El público venezolano se hizo uno de los más conocedores y exigentes del planeta en todas las artes y específicamente en teatro con los FITC. Alcanzar esos niveles fue bandera del teatro venezolano y nosotros el público tuvimos febricitancias legítimas frente a Kantor y Wielopole, Wielopole, Giorgio Strehler y su Arlequín servidor de dos patrones, Griselda Gámbaro y su El Campo, Jósef Szajna y Réplica; Antunes Filhio y Macunaíma; Kazuo Oono y Admirando la Argentina; Sankai Juku y El Niño Pez…ad infinitum. Por supuesto nos hicimos adictos al teatro como el espectáculo más bello del mundo.


  ¿Qué significó María Teresa Castillo para el FITC?

María Teresa Castillo para todos fue la madre coraje de un sueño, la nodriza que amamantó el Nuevo Ateneo de Caracas, la nodriza de Carlos Giménez y su prodigioso talento, la mamá de RAJATABLA, la vestal de un templo en constante peregrinaje cada dos años, el FITC. Recuerdo emocionado cuando mi maestro Tadeusz Kantor se encontró con Marie Terese como lo pronunciaba en francés apolacado, emocionadísimo diciéndome: Elle est véritablement une impératrice de la culture mondiale.

 ¿Qué significó Carlos Giménez para el FITC?

Te lo digo en mexicano rajado: EL PAPÁ DE LOS POLLITOS. Y si me voy a mis estudios actuales en neurociencias y física cuántica: Carlos fue Einstein ante el vasto campo de las posibilidades creativas del ser humano, atrayendo para nuestro país y el mundo una potencia y una voluntad superior para aglutinar y gerenciar desde el amor y la empatía el convite fantástico del FITC.

¿Quieres contar alguna anécdota?

Querida Viviana si alborotas ese avispero, las avispas llegarán desde México a la Argentina, son muchas y se me atragantan. Sin embargo, hay una muy especial, cuando Kantor estaba por viajar desde Milán a Caracas, por no sé qué circunstancias de demoras de vuelos o mal servicio, el Maestro armó un tango en el aeropuerto que amenazaba el viaje. Carlos, Giorgio Ursini y Bernardette Chaudé me llamaron sus oficinas. Carlos me dijo como Merlín a Arturo en ritual iniciático: Tienes todas las potencias diplomáticas y mi total confianza para amainar la ira del leviathan. Salí agradecido por su confianza siempre y recitando asustadísimo para mis adentros instalado en un Homero villacurano ¡Canta Oh Diosa la cólera del Pélida Aquiles!





José Augusto Paradisi Rangel: Artista multidisciplinario (Venezuela, 1957) en perenne construcción y asombro en el infinito campo de posibilidades cuántico. Defensor estoico de la belleza y sus procesos creativos como instrumento crítico y transformador del ser humano, celebra agradecido el 40 aniversario de su carrera artística consolidada por múltiples  exposiciones, performances, textos  y conciertos  en México, Puerto Rico, Estados Unidos, Colombia y Venezuela. Su obra literaria y pictórica se edita en Escritoras Unidas & Cía de Argentina. 

Cree fervientemente como Aquiles Nazoa en la amistad como la más bella invención del ser humano y canta desenfadado a cada instante "es un asombro tener tu hombro y es un milagro la ternura" del tango  A un semejante aprendido de Susana Rinaldi

 

 


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