El FITC la más grande aventura del teatro venezolano, por RODOLFO MOLINA, Córdoba, España, 3 de agosto de 2023

 




 

Mi encuentro con el Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) fue de la manera menos pensada, se remonta en aquellos tiempos en donde la vida en Venezuela era más sosegada y vivible: 1960- 1976.

Para entonces me encontraba trabajando en ese lugar hermoso llamado casco de Petare, lugar privilegiado por el cuidado de sus calles de piedras y casas coloniales bien preservadas. En una de ellas, disponíamos de una pequeña habitación en dónde ensayábamos nuestras obras con mi grupo de teatro de entonces: Teatro La Otra Banda.

En ese lugar, un buen día apareció Carlos Giménez con la mágica Mariela Romero excelente dramaturga venezolana. Ella generosamente lo llevó pues tenía referencias nuestra de nuestro trabajo con Rodolfo Santana.

Buscamos un espacio en un rincón donde observarán el ensayo de la obra "Tiranicus" de Rodolfo Santana. Al término del ensayo Carlos nos invitó a formar parte de los grupos venezolanos participantes en la edición del III FITC (1976). Así entramos en ese mundo extraordinario creado por Carlos Giménez y se abrió el  abanico de nuestra amistad y el disfrute de este singular evento.

Vivir esa experiencia en el FITC y disfrutar de cada actividad programada en la vasta grilla de la fiesta, no tenía parangón. Era saltar de la realidad a otro mundo gigantesco lleno de encanto, fantasía y vigor creador. Grupos de distintos países de todo el mundo, maestros de la escena, directores, actores, actrices, escenógrafos, pintores, músicos y cantantes.  Todo esto era increíble y fascinante. Era toda una escuela visual y mental donde reinaba el arte y la cultura en total majestuosidad. Esto era solo comparable al Festival Mundial de Teatro en Nancy, Francia de Jack Lang en su mejor momento, evento que recuerdo por haber participado en el año 1973 con la obra “La Farra” también de Rodolfo Santana.

La distinguida señora Maria Teresa Castillo tuvo la objetividad de dar cuenta del genio creador de Carlos Giménez  y pudo convencerlo de quedarse entre nosotros respaldando  cada una de sus iniciativas, y no sé equivocó. El FITC saltó al mundo de la escena mundial como el mejor festival de América y luego del mundo.

De esta manera, los grupos venezolanos entraron a formar parte de la enorme legión de creadores que se apersonaron en nuestro país. Ese contacto despertó la creatividad apaciguada, de algún modo, de nuestros artistas. Pudimos participar en talleres, intercambios, contactos directos con otros creadores y los enlaces para concurrir a festivales internacionales. Era pues, una retroalimentación positiva que se mantuvo por largo tiempo. Durante el desarrollo del Festival de Caracas era un corri-corri de un lugar a otro, viendo espectáculos en la calle de gran factura hasta en salas de alto renombre o pequeños espacios habilitados para representación de obras y todos los interesados de los ciudadanos cabíamos en ellos. Absolutamente todos.

En esa angustiosa carrera por ver y participar, de llegar a la sala a tiempo para lograr la mejor localidad era una odisea, luego salir rápido para ir a otro teatro, era fantástico y agotador.

Esto reafirma que invertir en cultura y en el arte es la más relevante acción política a favor de una nación. Esto se ha dicho sobradamente, muchísimas veces y los "políticos obcecados" no lo oyen o lo han dejado de entender. Solo así, crecen y se desarrollan los países, lo demás es oscuridad.

El FITC creación absoluta del magistral Carlos Giménez, se constituyó sin duda alguna, en la más grande aventura de nuestro teatro venezolano en años.


©RodolfoMolina

Córdoba, España, 2 de agosto de 2023

 

Venezolano residenciado en España.  Director, productor, actor, diseñador de vestuario y escenografía, docente, gerente cultural, pedagogo teatral, dramaturgo, guionista cine. Fundador del Festival Internacional de Teatro de Los Andes, Teatro Móvil Campesino y El Theatrón Centro Dramático (Mérida). Ex Presidente del Consejo Regional de Teatro del Estado Mérida. Ganador de varios premios nacionales e internacionales. Participó en más de 20 festivales internacionales de teatro. Trabajó con César Rengifo, Márquez Páez, Gilberto Pinto, Rodolfo Santana. Tomó talleres con Augusto Boal (Brasil), Enrique Buenaventura (Colombia) y Ruggiero Jacobi (Italia). Ha dirigido más de 45 obras de teatro y realizado giras por varios países, entre ellos  España, Francia, Colombia, Portugal y México.