INDIRA PAEZ, escritora y dramaturga: “El legado de Giménez y su aporte al mundo del teatro se hicieron evidentes en 2002, cuando el FITC recibió el León de Plata de San Marcos, la máxima distinción para la interpretación internacional de la escena y el espectáculo en vivo, otorgada por la Fundazione Internazionale di Venezia. Este reconocimiento subraya la trascendencia y el impacto global del festival que Carlos Giménez contribuyó a edificar y fortalecer”, entrevista de Viviana Marcela Iriart, septiembre 2023

 

 

 

Indira Páez con Elio Palencia y Mecha

 



¿En qué FITC participaste y cuál fue tu actividad en él?

 

Tuve la dicha de ser participante en el FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE CARACAS en 1988. Estaba cumpliendo 15 años (el festival, no yo) desde su primera edición en 1973 – aunque no se realizaba todos los años-.

Para ese entonces, yo formaba parte de la agrupación teatral URBE, dirigida por Elio Palencia, Marcos Purroy y Rubén Darío Gil. Carlos Giménez tuvo la brillante idea de que cada grupo de teatro local se convirtiera en una suerte de anfitrión para algún grupo participante. A nosotros nos tocó recibir y atender a ASTRID HADDAD que venía a Caracas con un desparpajado e irreverente monólogo musical. A partir de entonces me volví su fanática. Fue una experiencia maravillosa.

 

¿Qué importancia personal tuvo para ti el FITC?

 

Gracias al festival, la historia universal del teatro se hizo materia viva para mí. Aquella muchachita de 19 años que apenas comenzaba a enamorarse de las tablas, tuvo el inmenso privilegio de ver las creaciones escénicas de gente como Tadeusz Kantor (Cricot II, Polonia), Berliner Ensemble (Alemania), Antunes Filho (Macunaima, Brasil), Peter Brook (CICT, Francia), Andrezj Wajda (Stary Teatre, Polonia), Giorgio Strehler (Il PiccoloTeatro di Milano), Peter Stein (Schaubune, Alemania), Gilles Maheu (Carbone 14, Canadá), Lindsay Kemp Company), Tomaz Pandur (Drama S.N.G. Maribor, Eslovenia) y tantos otros...

 

El festival significaba sumergirse en una experiencia de intercambio de mentes, emociones, técnicas, puntos de vista. Unos días en los que el planeta se detenía. No importaba nada. Era llenarse de arte. Era dormir en los pasillos del Teresa Carreño, si era necesario, para poder entrar a un espectáculo antes de que se agotaran las entradas.

 

Conocer y compartir, viajar sin salir de Venezuela, reconocer culturas del mundo entero... las actividades de calle, las fiestas paralelas al festival... definitivamente una experiencia alucinante que me abrió completamente la cabeza y me hizo apasionarme infinitamente más por el teatro.

 

 

¿Qué importancia cultural y económica crees que tuvo el FITC para Venezuela?

 

El FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE CARACAS se convirtió en un punto neurálgico de convergencia cultural, puso a Caracas y a Venezuela en el tapete histórico de las artes escénicas y por supuesto activaba -como los grandes festivales del mundo entero- la inversión y la movida turística, atrayendo a espectadores de todas partes.

 

 

¿Crees que el FITC benefició o perjudicó a los grupos de teatro nacionales?

 

Creo que era beneficioso que los grupos locales pudieran presentarse en el marco del festival, puesto que el evento atraía un sinnúmero de personas que no necesariamente eran asiduos al teatro. El festival entonces fungía de plataforma de lanzamiento para convocar nuevos espectadores.

 

El FITC, además de acondicionar teatros y permitirnos acceder a ver y participar en talleres dictados por maestras y maestros de la escena mundial, ¿crees que sirvió para algo más? ¿o que el dinero que se usó en financiarlo se podría haber usado para necesidades más urgentes?

 

La cultura es siempre una necesidad urgente.

El FITC fue un crisol de movimientos teatrales, sirvió como un cruce de caminos para creadores de todo el globo, estableciéndose como un espacio abierto de aprendizaje.

 

¿Crees que el público venezolano se volvió más exigente con las obras nacionales a partir del FITC?

 

Absolutamente. Al haber presentado una amplia gama de producciones teatrales de todo el mundo, el FITC permitió a la audiencia venezolana descubrir diferentes estilos artísticos, técnicas interpretativas y temáticas. Esta exposición a la diversidad del teatro pudo haber profundizado la perspectiva del público, incrementando su reconocimiento por la amplitud y calidad del arte dramático. Como consecuencia, es probable que las expectativas de los espectadores venezolanos hacia el teatro producido en su país se hayan elevado, impulsando a los artistas locales a intentar alcanzar o incluso superar los estándares internacionales que el festival presentó.

 

¿Qué significó María Teresa Castillo para el FITC?

 

María Teresa Castillo fue una figura clave en la promoción de las artes en Venezuela. Su trabajo en el Ateneo de Caracas y otras organizaciones culturales sin duda ayudó a proporcionar un terreno fértil para eventos como el Festival Internacional de Teatro de Caracas.

 

¿Qué significó Carlos Giménez para el FITC?

 

Con el paso de más de tres décadas y a través de catorce ediciones, la visión y liderazgo de Giménez permitieron que el FITC se posicionara como uno de los encuentros teatrales de mayor relevancia a escala mundial. Este evento ganó prestigio hasta situarse entre los cinco mejores de su clase a nivel internacional, logrando ser el más destacado en América Latina.

El legado de Giménez y su aporte al mundo del teatro se hicieron evidentes en 2002, cuando el FITC recibió el León de Plata de San Marcos, la máxima distinción para la interpretación internacional de la escena y el espectáculo en vivo, otorgada por la Fundazione Internazionale di Venezia. Este reconocimiento subraya la trascendencia y el impacto global del festival que Carlos Giménez contribuyó a edificar y fortalecer.

 

 

¿Quieres contar alguna anécdota?

 

Un par: cuando nos tocó atender a ASTRID HADDAD, Mercedes Barrios, conocida como “La Mecha” en ese tiempo, quiso cocinarle una rica comida venezolana. La Mecha era una maravillosa actriz de URBE, y además una extraordinaria cocinera. Pasó días haciendo manjares venezolanos: asado negro, carne desmechada, caraotas, bollos pelones... y cuando llegó Astrid al apartamento de La Mecha en Parque Central (que habíamos decorado profusamente para la ocasión), la actriz y cantante Mexicana nos sorprendió a todos sacando de su bolsa un frasco de picante gigantesco. Sin siquiera probar la comida, bañó todo de su picante mexicano y allí fue que empezó a comer, ante los ojos claros y sin vista de la pobre Mecha, jejeje.

 

Otra cosa que recuerdo es que a mí no me dejaban salir de noche, entonces yo mentía para poder ir a las obras de teatro y después a las fiestas con los artistas, algunas incluso en casa del mismo Carlos, otras en Mata de Coco o en la calle. El festival muchas veces coincidía con la Semana Santa que es de asueto en Venezuela, así que yo inventaba a mis padres que me iba a la playa la semana completa con mi mejor amiga, para poder disfrutar tranquila del festival. Me quedaba durmiendo con mis amigos. Una noche, llegando al Ateneo a ver una de las obras, una de mis compinches me emboscó en la calle... “No entres, tu mamá vino a ver la obra”. Jajajajaja. Yo salí corriendo súper frustrada... ¡Quién me manda a haber tenido una mamá a la que le gustaba el teatro!

 

©Viviana Marcela Iriart

Septiembre 2023

 

 

Esta entrevista será publlicado próximamente en el libro “El FITC de María Teresa y Carlos”, de edición online y lectura gratuita.

 

 

INDIRA PÁEZ

Escritora y dramaturga venezolana )Puerto Cabello19 de febrero de 1968). Se dedica a escribir telenovelas y obras de teatro. Vive en Miami desde enero de 2008. Ganadora de un Premio Municipal de Teatro (Caracas) por su obra Crónicas desquiciadas (2002) e igualmente ganadora de un Premio Emmy como coescritora de la serie para televisión Gabriel, amor inmortal, galardón que otorga la Academia Nacional de las Artes y Ciencias de la Televisión de los Estados Unidos (2009). En abril de 2021 publicó un libro de crónicas humorísticas semi autobiográficas llamado MORIR DE HUMOR. En junio de 2022 ganó el PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA DE LA CIUDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIAS en su edición número 25 con su libro POEMARIA.