POTENTE RELATO DE LA LUCHA DE UN INDIVIDUO EMERGE EN 'EL CORONEL' , por Richard Christiansen, The Chicago Tribune, 3 Junio, 1992

 


 


 



"No hace falta una traducción para apreciar la inventiva de la puesta en escena"



Nadie le escribe al Coronel, la producción venezolana que se presenta aquí en el Festival Internacional de Teatro, comienza con un trueno, un remolino de lluvia y un cortejo fúnebre silencioso que marcha solemnemente por el escenario.


En esta adaptación altamente ritualista de la novela de Gabriel García Márquez, que se presenta hasta el domingo en el Teatro Steppenwolf, la sensación de inutilidad y tristeza en el atrasado pueblo de una tierra remota y abandonada se establece de inmediato.

 

Incluso cuando la máquina de lluvia* no está en acción, hay un aura de desesperación húmeda y sudorosa en el aire. La humedad podrida parece estar en todas partes mientras los personajes aplastan a los zancudos que zumban a su alrededor y se sumergen en agua fría para evitar el calor paralizante.

 

El coronel esquelético del título y su esposa con forma de pájaro son dos criaturas al borde de la extinción, sus cuerpos atormentados por el hambre y varias dolencias físicas. Su hogar es una choza de acero corrugado, sus muebles consisten en poco más que una hamaca, una cama y algunas sillas desvancijadas.

 

Todavía de luto por la muerte de su único hijo, asesinado mientras repartía folletos políticos, el coronel y su esposa se mueren lentamente de hambre. Con sus últimos pesos, el coronel espera en vano la pensión que le prometieron hace 15 años por sus servicios en la guerra civil. La única esperanza para él es vender el gallo de pelea de su hijo al jefe politico del pueblo, diabético y fanfarrón, pero se resiste a separarse del ave porque simboliza un orgullo que no quiere vender.

 

El coronel no tiene quien le escriba (su título en español) es una obra inusualmente oscura y sombría de García Márquez, kafkiana en esta presentacion de una fortísima pesadilla que está estrangulando a un  individuo indefenso.

 

No obstante, no es una pieza escénica sombría ni aburrida gracias a la imaginación teatral de Carlos Giménez, quien adaptó la novela de 1957 y la dirigió para su compañía, la Fundación Rajatabla de Caracas.

 

La atmósfera predominante de la producción es la de un sueño, un panorama estilizado en el que un ángel de la muerte, portando un paraguas contra la lluvia, se convierte en un símbolo recurrente.

 

Es un paisaje de ensueño, atravesado por campanas e iluminado por relámpagos, que se contrae y se expande a través de los tabiques acanalados que los actores giran silenciosamente para cerrar una habitación en la casa del coronel o abrir todo el escenario.

 

No hace falta una traducción para apreciar la inventiva de la puesta en escena, ni tampoco, por lo demás, ser esclavo de la traducción plana y simultánea al inglés de los diálogos en español que salen por los auriculares repartidos por los acomodadores.

 

La mejor estrategia para absorber este breve trabajo de 90 minutos es llegar un poco antes y dedicar unos minutos a leer la sinopsis impresa en el programa. Con esa pauta general en mente, uno puede seguir la acción sin distracciones.

 

La actuación del conjunto de 15 miembros bien merece la atención.

 

Aura Rivas, como la esposa del coronel, es una cosita pequeña y rigida, cloqueando sobre sus problemas y picoteando por la casa en su miseria.

 

José Tejera como el asediado coronel, por otro lado, es una figura de espantapájaros de dignidad maltratada, su rostro delgado y canoso, marcado con un bigote caído y su cuerpo vestido con un traje negro que no le queda bien y zapatos rayados.

 

 

Cuando, en el final de la obra, se hunde lentamente en el suelo bajo el peso de su miseria, se convierte, por el poder de su presencia física, en una figura de gran dolor y gran resistencia.

 

 

EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA

 

Obra de teatro adaptada por Carlos Giménez de la novela de Gabriel García Márquez; dirigida por Giménez, con escenografía y vestuario de Rafael Reyeros, iluminación de José Jiménez y Reyeros, y música de Federico Ruiz. Una producción de la Fundación Rajatabla de Venezuela, presentada por el Festival Internacional de Teatro de Chicago en el Steppenwolf Theatre, 1650 N. Halsted St. Martes a domingos, funciones a las 2 p.m. y 7.30 p.m. Duración: 1:30.

 

EL ELENCO

 

El Coronel: José Tejera

Esposa de Coronel:  Aura Rivas

Sabas: Aníbal Grunn

Esposa de Sabas: Pilar Romero

Empleado de Correos: Francisco Alfaro

Doctor: Daniel López

Abogado: Pedro Pineda

Álvaro: Aitor Gaviria

Alemán: Erich Wilpret

Alfonso: Jesús Araujo

 

Con Norman Santana, Gabriel Flores, Alejandro Faillace, José Sánchez, Rolando Jiménez.

 

Traducción simultánea de Jorge Busot.

 


* La “máquina de lluvia” eran mangueras.