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| ©Rolando Peña-Karla Gómez |
¿En
qué FITC trabajaste y cuál fue su tarea en él?
Trabajé en el Festival
de 1988 y de 1990 como actor en las obras de La Compañía Nacional de Teatro,
dentro de las producciones nacionales que participaron en esos festivales. Es a
partir del festival del año 92 que entro a formar parte de la coordinación de
taquilla que lideraba Francisco “Paco”
Alfaro.
¿Qué importancia personal tuvo para ti el FITC?
Mi primer festival como espectador fue en la
edición de 1981, prácticamente saliendo de la adolescencia y dando mis primeros
pasos como estudiante de teatro, ese
festival me dio la oportunidad de conocer lo mejor del teatro Latinoamericano y
a los grandes de Europa.
¿Qué importancia cultural y económica crees que tuvo el
FITC para Venezuela?
Caracas pasó a ser la
capital latinoamericana de la gran fiesta teatral, donde toda una ciudad se
volcaba a disfrutar de la amplia programación
que brindaba el festival, desde Catia hasta Petare. La diversidad de
espectáculos tanto nacionales como internacionales le dio al espectador
venezolano un amplio bagaje cultural y el conocimiento de las tendencias
artísticas predominantes en el teatro del momento. El público tenía la
posibilidad de poder ver hasta tres espectáculos diarios en horarios diversos,
por lo amplio de la programación.
¿Crees que el FITC benefició o
perjudicó a los grupos de teatro nacionales?
El FITC fue una vitrina
para que lo mejor del teatro venezolano se mostrara al mundo con sus propuestas
y así aprovechar la gran cantidad de espectadores asiduos a este maravilloso
evento para que también disfrutaran de las obras nacionales.
El teatro es y será
siempre una necesidad social y una inversión invaluable.
¿Crees que el público
venezolano se volvió más exigente con las obras nacionales a partir del FITC?
El espectador
venezolano siempre ha sido muy exigente
con cualquier espectáculo nacional e internacional, pues fue educado viendo lo
mejor de las artes escénicas, por supuesto los creadores venezolanos también
tienen una formación sólida que les permite comprometerse, siempre más, con el
hecho artístico y esto da como resultado que sus producciones gocen del agrado
del espectador.
¿Qué significó María Teresa Castillo para el FITC?
María Teresa Castillo
fue la madre y madrina del FITC, toda
una gran dama de la cultura venezolana, una mujer que siempre creyó en los
jóvenes y les abrió las puertas del Ateneo de Caracas para que hicieran
realidad sus sueños.
¿Qué
significó Carlos Giménez para el FITC?
Carlos fue el alma y
motor del festival, él junto a todo su equipo de trabajo (actores, directores y técnicos) hicieron
que el FITC proyectara a Caracas y a Venezuela como una referencia cultural en
todo el continente. En pocas palabras la Venezuela teatral se conoce en el
mundo gracias a Carlos Giménez.
¿Quieres contar alguna anécdota?
Gracias al FITC del año
1983, que trajo como invitado al Piccolo Teatro di Milano, con su obra
Arlecchino Servitore di due Padroni, dirigida por el maestro Giorgio Strehler,
me vi motivado a viajar a Italia y seguir mis estudios en la escuela de esa
prestigiosa agrupación.
GERARDO
LUONGO ZOPPI
Actor de teatro, cine y
televisión venezolano; productor, promotor cultural, egresado de la Scuola D
́Arte Drammatica “Piccolo Teatro di Milano”, Italia.
Perteneció al grupo de
teatro Rajatabla durante 20 años
actuando en más de 30 obras, entre ellas las mundialmente famosas “El coronel
no tiene quien le escriba” de García Márquez y “Señor Presidente” de Asturias,
ambas dirigidas por Carlos Giménez.
Actor de La Compañía
Nacional de Teatro participando en más de 20 obras como: “La Tempestad” y “Fuenteovejuna”,
ambas dirigidas por Carlos Giménez; “Una viuda para cuatro” dirigida por
Antonio Costante, “El Burgués Gentil Hombre” dirigida por José Ignacio
Cabrujas, “Don Juan Tenorio” dirigida por Miguel Narros, “Los Sainetes”
dirigida por José Simón Escalona, “A bailar con Billos” dirigida por Joaquín
Riviera.
Ha actuado en más de 10
largometrajes venezolanos y en más de 50 comerciales, además de múltiples participaciones
en televisión.
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