Carlos Giménez por Fausto Verdial: "A Carlos Giménez se le necesita en el teatro venezolano, como nunca se ha necesitado a nadie" / El Nacional, Caracas, 14 de noviembre de 1992






Carlos Giménez siempre me pareció demasiado joven. Joven cuando llegó a Venezuela, puro ímpetu, pura renovación, puro escándalo y una nueva visión del teatro. 

Me parecía demasiado joven cuando desde el escenario o cualquier estrado lanzaba a grito abierto sus ideas. Carlos Giménez se convirtió en muy poco tiempo en el gran promotor del teatro venezolano, el más grande que ha tenido el país en toda su historia. 

Carlos se hizo leyenda y yo seguía siempre considerándolo demasiado joven.

Carlos neurótico, vociferador, trabajador múltiple y multifacético. Capaz de estar, pareciera, en muchos sitios al mismo tiempo y en todos esos sitios, brillante arrasador y fiero. Eso, lo he dicho muchas veces públicamente: me gusta. Prefiero la fiereza de los genios a la pasividad de los fatuos.

Nunca fuimos amigos y podríamos haberlo sido, ya que hace casi 20 años, en España, tuvimos un conato de amistad que pudo ser duradera. En Madrid recorrimos juntos las librerías de teatro buscando material e incluso en mi casa, allá, un autor, de cuyo nombre ahora no me acuerdo, nos leyó una obra de teatro, creo que no muy buena. Después el medio, los diversos compromisos de cada uno, a los mejor nuestros propios egos desmesurados, nos separaron, pero yo, y a mucha gente le consta, entre ellas a mi amiga Conchita Obach, tuve siempre el interés y la preocupación de unir a la gente que quiero y con la que siempre trabajo, a las inquietudes e ideas de Carlos Giménez, al que todavía sigo considerando muy joven para que sus quebrantos de salud le hagan estar alejado, porque esto significa que el teatro está en silencio, que los buenos no tenemos sin él a quien poner como ejemplo y a los malos los priva de tenerlo a él como centro de sus odios.

A Carlos Giménez se le necesita en el teatro venezolano como nunca se ha necesitado a nadie. Carlos, amigo, compañero, sal de tu rincón, acompáñanos. Haces falta, demasiada falta.  

Actor. Dramaturgo.Guionista
Caracas, 14 de noviembre de 1992




Fuente: Ana Lía Cassina, archivo de Carmen Gallardo.