Carlos Giménez, María Teresa Castillo y "El Coronel no tiene quien le escriba" en el "IV Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz"/ Concepción Reverte Bernal, Latin American Theatre Review, Kansas University, Spring 1990









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 En esta ocasión (...)  se ha rendido un homenaje especial al Ateneo de Caracas, con la asistencia de su presidenta: María Teresa Castillo. Una vez concluido el Festival, varios de los grupos participantes han iniciado una gira por Madrid, Bilbao, Salamanca, Zaragoza.

Las intervenciones de los grupos latinoamericanos han sido:

VENEZUELA: Acorde con el homenaje al Ateneo de Caracas, la apertura oficial del Festival correspondió al grupo Rajatabla, que es probablemente la compañía nacional venezolana que mayor número de giras ha realizado desde su creación hacia 1971. Bajo la dirección de Carlos Giménez, el grupo puso en escena El Coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez. En palabras del propio Giménez en el folleto que presenta las obras del Festival de Cádiz al público, Rajatabla ha interpretado el texto del colombiano como "el drama del hombre común de América Latina. La esperanza fallida, la ilusión rota en promesas no cumplidas, en asaltos a la honestidad y en pactos de muerte",  con "poder, espacio y tiempo, temas que son una constante en la trayectoria de Rajatabla",  y donde "superposición de tiempos y modificación de espacios, regulan esta puesta en escena que intenta aproximarse a la tragedia. Tragedia de un hombre y unos pueblos sometidos a la expoliación de su riqueza y a la traición de su esperanza." 

La representación se hizo en el Teatro Andalucía, que es el que cuenta con un escenario italiano de mayores dimensiones, lo que permitió ofrecer la espectacularidad y belleza plástica con que había sido planeada; por otra parte, la excelente interpretación, la escenografía y los saltos espacio-temporales transportaban al espectador al realismo mágico de la narrativa de García Márquez. Otros aspectos destacables fueron el costumbrismo colombiano-venezolano (teniendo en cuenta que el arquetipo de Macondo y la zona tórrida de Venezuela poseen rasgos comunes) y algunos cuadros de corte naturalista (asimismo propios de la obra del colombiano), como la puesta en escena de la acción de defecar. Resumiendo mi impresión del espectáculo, cabe decir que fue la transmisión de una tesis política latinoamericana con un lenguaje  teatral efectista. 


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Concepción Reverte Bernal
Latin American Theatre Review
Spring 1990
Fuente: Latin American Theatre Review


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