LA SEÑORITA JULIA, de Strindberg. Dirección Carlos Giménez con Francis Rueda y Karl Hoffman: agosto 1991





















Fuente: Carmen Carmona




Francis Rueda: "El Premio María Teresa Castillo consistía en montar la obra de tus sueños, te daban todo para cumplirlo, quise que Gilberto Pinto, fuese el director y con esa nobleza que lo carscterizaba, me dijo, no, yo quiero que te dirija Carlos Giménez con quién creciste y hay una empatía sensacional, después de tanto disertar, decidimos que fuera Carlos. 

Llamé a Carlos, se lo propuse, aceptó y me dijo: montaremos Hamlet y tú harás el Príncipe de Dinamarca, lo han hecho varias actrices, fulana en Polonia,sutana en Alemania, bla bla. Cuando me ví con la un profesor de esgrima, una profesora de foniatría, etc, etc, que pasó? que un buen dia, el director citó por escenas, pero le gustaba que estuviesen todos los actores en el proceso, cómo debe ser. " Yo no vengo mañana", dijo uno, ah!! yo tampoco, por qué no me toca, dijo el otro. Pues se suspende esta vaina, al carajo todos.

Faltaban dos meses para presentar ese proyecto. Decidió montar el Juicio de Juana de Arco de Shaw, yo feliz, era mi sueño a los 40 años, haría mi personaje soñado. Dos semanas trabajando 15 horas diarias, todo fluyendo y un día, que pasó, que se formó un lío, sin yo saber, lo juro que la última que se enteró fui yo de lo que pasó y " Dios mío, otra vez a empezar de nuevo. Le dije, ya harta a Carlos: mañana traigo la obra que haremos, y será de dos o tres personajes. Ya quedaba un mes para montarla, así fue que apareció La Señorita Julia. A dos semanas del estreno, oigo un escándalo en platea, resulta que está renunciando una actriz, por qué no iba a salir en pantaletas, después de dos semanas y pico sabiendo que iba a salir en pantaletas, que lio, se suspende esta vaina hasta nuevo aviso. Fué tanta mi indignación que le dije a todos: No quiero saber más nada del teatro, prefiero vender hallacas en el mercado de Catia, me fui hecha una fiera llorando a mi casa, mi marido que odiaba verme llorar, decidió llamar a Carlos, por supuesto lo detuve diciéndole que todo pasaría, que había sido un Viacrucis este proceso. A los dos días, retomamos el trabajo con una nueva actriz, Maite Bolivar, Karl Hoffman y yo. Fueron, horas interminables de trabajo para compactarlo. Experiencia única e inolvidable. Gracias a todos los que estuvieron cerca apoyándome. Así es el TEATRO. Único e irrepetible".




Fuente: Francis Rueda

Carlos Giménez por Francis Rueda