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Carlos Giménez y "La Máscara frente al espejo": "la pavorosa intuición de que avanzamos a una sociedad cada más fascista"/ videos, textos, 1984








"El teatro sirve sólo para la paz y la paz es el instrumento más alto de la creatividad del ser humano", Carlos Giménez, 1984.

Entrevista Carlos Giménez sobre/y su espectáculo La Máscara frente al Espejo, basado en "Los grandes de la montaña" de Luigi Pirandello, escrito y dirigido por Carlos Giménez. Esta obra fue presentada dentro del Festival Pirandello, también creado y dirigido por Carlos Giménez, en todas las salas y espacios del Ateneo de Caracas, junio de 1984.


Carlos Giménez cuenta cómo surgió el espectáculo:

"Partimos de Los Gigantes de la Montaña de Pirandello. De esa profunda angustia de estar esperando a que los gigantes acepten o compren una de las funciones; la angustia a la que estamos acostumbrados los creadores.

Trabajamos varios parámetros, varias cosas. La más importante de todas era la pavorosa intuición de que avanzamos a una sociedad cada más fascista. En donde la individualidad y la posibilidad de expresión, la verdadera y libre expresión, están sometidas a un orden material, en el cual el poder, los medios de comunicación, las superestructuras sociales y políticas, generan un nivel de alienación en el que absolutamente nadie es libre, ni aún en las más perfectas sociedades democráticas. Es el fantasma del fascismo.

Esa es la enorme y gigantesca esencia. Hay que bailar con travestis, hay que cantar con marineros, hay que ver a grupos de teatro en acciones multidisciplinarias en los espacios abiertos del Ateneo, mientras una extraña caravana va peregrinando hacia lo que es nuestro refugio, nuestra catacumba, es decir: Rajatabla.


La idea es asistir a un banquete en el cual el viejo, el protagonista de Los Gigantes de la Montaña, el dueño de la casa, invita a los espectadores a perseguir al ángel 101 que va a a hacernos atravesar esa frontera misteriosa que separa la realidad de la fantasía. Cien espectadores (porque el que encabeza la peregrinación es el 101), cien ángeles rumbo al limbo, al purgatorio, atravesando todo el mundo exterior (los espacios libres del Ateneo) en donde está el fascismo realizando sus celebraciones, para introducirnos en las otras catacumbas. 

Y en este trayecto una serie de módulos instalados en pasillos, en salas, camerinos, donde se realizan acciones colectivas o acciones individuales. Se asiste, por ejemplo, a un desdoblamiento de personajes: una mafia está velando a una actriz pero esa actriz llega a su propio velorio. El público es separado, atomizado y empujado a acciones individuales en las que cada uno manifiesta su angustia, su necesidad de escapar, su grito de libertad.

Hasta que finalmente la caravana llega al sótano del teatro y allí se encuentra con Pirandello frente al espejo, instalado en un barco en el lago de Cono, para viajar al cielo. Pirandello va a acompañado de su otro yo, su otro Pirandello, confesandole que se va sin haber terminado de escribir el final de Los Gigantes de la Montaña. Se llevan su cesta, su salchichón, sus quesos y el vino, porque el viaje es largo. Pirandello con su soledad, en un otoño enorme e impenetrable, en su viaje al infinito, su viaje a la inmortalidad. Es el viaje al Universo, es el viaje a Dios.
Pero cuando Pirandello emerge de esa inmensa soledad (el foso de la Sala Anna Julia Rojas), los espectadores, esa caravana de ángeles detrás de él, encuentran el escenario vacío y descubren, emergiendo de las entrañas del escenario, lo que es el mundo del teatro. Cuando se levanta el telón en la platea están los actores y las actrices, los protagonistas de la gran mascarada, y se está entonces frente al espejo, como si se le hubiera dado vuelta: el público en el escenario y los actores y actrices en la platea, aplaudiendo.

Porque, en última instancia, el lugar de uno y de otro se confunden en el momento en que el telón se levanta. Porque la misión del teatro es mezclar la realidad con la fantasía. Y esa zona de misterio es la que se recorre durante todo el espectáculo.

Se lograron cosas extraordinarias:travestis y prostitutas bailando con marineros, el público bailando con prostitutas y con los marineros, músicos con sus bandas, prestidigitadores haciendo sus magias. Una especie de apoteosis de la imaginación que sólo puede existir en el arte, en la zona de misterio, donde las cosas no tienen explicación, sino que existen por si mismas porque son una obra de Dios, una obra de la inspiración del creador". 
Carlos Giménez.

Videos conservados y restaurados por Mario Salvato:
https://www.facebook.com/meamakeupMar...


"Un director tiene la insolencia de hacer un espectáculo simultáneamente masivo y de cámara. ¿Quién es éste, que sin distanciarse de su línea creativa, así, de pronto, de una vez, de una día para otro, rompe sus propios cánones e inventa y reta descaradamente tu imaginación? Claro, es Carlos Giménez. "La Máscara frente al espejo" es un espectáculo que no sólo agota todos los espacios del Ateneo, sino también casi todos los recursos del teatro; es algo diferente a lo visto aquí, incluyendo algunas de las mejores cosas mostradas en los festivales internacionales". Rubén Monasterios, El Nacional, Caracas, 30/06/84


"Tuve el enorme privilegio de ser espectador de semejante y tamaña performance. Nunca antes ni después tuve noticias de algo semejante. Carlos me honró con el privilegio de incluirme en el grupo cuyo recorrido terminaba sorpresivamente en el escenario para asistir a la más hermosa de las escenas, Luigi Pirandello (Roberto Moll) y creo recordar que Pepe o tal vez Cosme pero no estoy seguro, a bordo de un bote se izaban, remando por el aire, hasta desaparecer en las oscuridades de lo alto. Inmediatamente, para nuestro asombro - pues después del largo recorrido de escenas que habíamos transitado, no estábamos en condiciones de afirmar en dónde nos encontrábamos- se levantó un gigantesco telón dejando ver la sala Anna Julia Rojas colmada e iluminada "a giorno". El público de pie ovacionaba y "nos" aplaudía a rabiar. Nosotros, con conciencia de público, sentíamos transformarnos en personajes. Experiencia profundamente pirandelliana. Inolvidable."
Alejandro Ruiz, Córdoba, 9 de noviembre de 2019.

El espectáculo contó con la participación de los grupos Rajatabla, Nuestro Grupo, Espressarte, Pasajeros, Asociación Venezolana de Ilusionistas y la participación especial de Elba Escobar, Alma Ingianni, Patricia Toffoli y Manolo Manolo.


Video dirigido por Danny Guarenas para la División Audiovisual de la UCV. Programa emitido en la Televisora Nacional (Venezuela).

Fuente texto: Rajatabla 20 años, de Blanca Sánchez y David Rojas



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